tijeras ©jeon jungkook. [bestofmeawards]

O15.

Veía a lo lejos como Jimin sostenía una bandeja mientras caminaba hacia su mesa, ambos se habían antojado de ir a tomar una taza de café. Guardó sus tijeras cuando Jimin tomó asiento frente a él, parecían una pareja que celebraban alguna fecha importante, miradas se fijaban en ellos dos que solamente causaban que Jungkook se colocara nervioso, a metros se podía ver su piel rojiza por tanta presión que recibía. Jimin antes de llevar su taza a su boca le deseo por segunda vez feliz cumpleaños en acompañamiento de una bella sonrisa. 

-no has hablado desde que llegamos- habló Jimin al notar aquel silencio que lo estaba matando. 

-es la primera vez que salgo de casa con alguien que no sea más que mi madre- respondió viendo fijamente el humo que salía de la casa.

-ya que estamos compartiendo una buena taza de café, ¿por qué no me cuentas tu afición con las tijeras?- era una pregunta muy atrevida para él, siendo sincero no quería espantarle, así que tendría que mentir, después del todo, quería dar un gran espectáculo dentro de unos días.

-de pequeño mi madre me las compraba, me gusta mucho cortar papel y hacer en el figuras, me siento libre haciendo eso- llevó la taza a sus labios y dio un gran sorbo, estaba exquisito.

-vaya, pensé que tenías algún tipo de fetiche o algo fuera de lo común- río y Jungkook también hizo lo mismo, quería encajar.

-¿puedo preguntar algo?- Jimin asintió y Jungkook continuó. -la chica que estaba hoy contigo, ¿podrías presentarmela?

Jimin abrió los ojos al escuchar aquellas palabras, en el fondo no quería, es más, no quería presentarle a una chica hermosa a un chico tan extraño de un aspecto poco formal, pero por alguna extraña razón le alegraba la idea de que preguntara por ella, si Jungkook supiera lo buena que es en la cama quedaría enmorado, así como Jimin lo estaba.

Fue en una tarde que ella llegó a su casa, tenía un hermoso vestido que dejaba ver mucha piel, su madre no estaba en casa, ella tenía la ilusión de verla y poder hablar un rato, pero lo único que encontró fue a Jimin. Ellos dos habían estado hablando de temas randoms hasta que Jimin empezó a tener una erección.

-discúlpame, tengo que ir al baño- Jimim cubriendo su parte corrió escaleras arriba, la mejor manera de aliviar su cuerpo era masturbándose.

Cerró la puerta, bajo la tapa del inodoro para sentarse y por último bajó sus pantalones junto con su bóxer. Mojaba sus labios con saliva mientras subía y bajaba su mano a gran velocidad. Un pequeño gemido se le había escapado, esperaba que ella no lo escuchara. Sus movimientos se volvieron más rápido y esta vez no le importaba si escuchaba sus gemidos, la deseaba, era la primera mujer que deseaba de una manera inexplicable así no la conozca ni un poco. Echó su cabeza hacia atrás y con los ojos entre cerrados decía su nombre.

Había llegado al clímax. Su semen manchaba su mano y parte de su blusa negra, pero quería correrse nuevamente, así hasta llegar quizá a la quinta. La puerta se abrió dejando ver la figura de ella, estaba confundida y Jimin bastante avergonzado, una mujer le estaba viendo hacerse una paja.

-mi turno- la chica amarró su cabello en una cola de caballo y se acercó al miembro de Jimin, estando en frente, lamió el semen de su mano y el que había en su pene, ahora se encontraba haciéndole un oral.

Jimin esta vez gemía con más frecuencia. Habían tenido sexo en el baño, logrando correrse tres veces más.

-pasaré mañana nuevamente a tu local- después de haber tenido aquel recuerdo quiso acceder con la idea de presentarle a su amiga. Después de aquel encuentro no han habido más.

-¿qué quieres hacer ahora?- preguntó Jimin. Siendo sincero, aún no quería llegar a casa, prefería estar con un conocido de hace algunos años.

-es tarde, debo irme a casa, mi madre ha de estar esperándome- el cuerpo de su madre pudriéndose debe estar esperándolo, abierto para él, para que le meta todo hasta que Jungkook se canse.

-te acompaño- iban por un callejón, uno muy oscuro y Jimin esperaba que nada malo pasara.

Caminaban juntos pero sus mentes estaban en mundos diferentes, Jungkook tenía nervios por aquel comportamiento tan repentino de Jimin, tras haber preguntado por su amiga el rostro de él se puso serio, demostrando los sentimientos que habían hacia a ella y las pocas posibilidades de que llegase a gustar de un hombre, llegase a gustar de Jungkook.

Por otro lado, Jimin permanecía más callado de lo inusual y el pelinegro lo notaba, tras haber recordado aquel momento se ha calentado, nuevamente empezaba a tener una erección pero no había baño cerca para poder masturbarse, tampoco quería que Jungkook pensara mal de él, sabía que llegaría a casa, iría a su habitación, vería porno y la recordaría mientras ve algún vídeo, soñando tenerla nuevamente desnuda.

-Jungkook- habló Jimin, logrando romper el silencio. El menor se detuvo y dio media vuelta para verle.

-¿qué pasa?- preguntó sin importancia.

La distancia que ambos mantenían era corta, todo gracias a los pequeños pasos que daba Jimin para acercarse a Jungkook.

-deja de caminar hacia atrás, no te haré nada malo- lo sostuvo de los brazos y observó sus labios, de cerca son más carnosos y pudo ver mejor el lunar que yacía bajo su labio inferior.

-me estás asustando- y era verdad, Jungkook después de tanto tiempo sintió miedo de otra persona. Dejó liberar un quejido tras sentir el frío de la pared, Jimin lo ha acorralado, no hay manera de escapar.

-tienes una erección- con las mejillas algo rojas habló Jungkook tras haber sentido su pene con el suyo, estaba realmente duro.

-gracias a ti- tomó su rostro con ambas manos y acercó sus labios a los de él, los estaba rozando más no le besaba. -no finjas algo que no eres conmigo, por favor- y se alejó.

-pensé que ibas a besarme- admitió Jungkook.

-sí, eso también pensé yo. te veré mañana, feliz cumpleaños, Jeon- y esta vez se acercó para darle un beso no tan cerca de los labios pero bastante cerca para que fuera a ser un beso.

Jimin se había marchado, dejando a solas a Jungkook, dejándolo también con una erección y unas inmensas ganas de besarle cuando tuvo la oportunidad.