O11.

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Teniendo una bolsa en su mano decidió salir a tomar aire y dar un pequeño paseo, le costó bastante meter a su madre en trozos y en una bolsa que era demasiada pequeña, pero lo logró, para jeon, nada es imposible. Veía como los pájaros se daban amor en la cima de los árboles, tarareaba una canción la cual llegó a su mente de repente, quería alejarse un poco de la ciudad, buscar algún lugar donde vea perros hambrientos para darles de comer.

Mañana sería un día muy especial para él, nunca antes se había emocionado tanto por un cumpleaños, quizá, era porque ya tendría dieciocho años, los primeros cumpleaños que no compartiría con su madre, aunque le deseaba todo lo bueno donde sea que esté ahora, a fin de cuentas, le quería y daba un buen sexo. Viendo a los animales sonrió, encontró el lugar perfecto para dejarla descansar, los llamó con un silbido y les aventó cada parte para que comieran, se quedó a verlos, morían de hambre y devoraban eso como si no hubiese un mañana, terminó la cena de los perros y jeon se marchó.

Tenía muchas ideas en la cabeza por el día de mañana, la fortuna que su madre dejó le ayudaría en muchas cosas, cambiará esa horrible ropa por una más decente y un nuevo corte de cabello, tenerlo casi como una niña no estaba en sus planes. Cuando su madre estaba viva nunca pudo compartir el tiempo con ella, siempre vestía de la peor manera y nunca salía de casa, ahora se dará la dicha de vivir como él quiere y quizá, vivirá mejor de lo que piensa.

Su rostro se iluminó al ver en una vitrina un hermoso juego de tijeras, desde la más pequeña hasta la más grande, ese regalo se lo podía dar el mismo por su cumpleaños, entró a la tienda y la campana sonó indicando que un nuevo cliente llegó. Todo en ella era hermoso pero esas tijeras necesitaba llevarlas a casa. Quedó congelado, quieto por un momento al ver quién era el dueño de la tienda, o quizá un simple ayudante.

-¿puedo ayudarte?- preguntó con una sonrisa. Jeon no respondió nada, se acercó más y nuevamente el contrario hablo.

-tu cara se me hace muy conocida- tocó su barbilla y dejó la mirada en el aire, cuando logró saber de quién trataba sonrió.

-necesito ese juego de tijeras- señaló el objeto.

-sigues siendo un amante a las tijeras, ¿no es así, jeon?- jimin volvió a sonreír.

tijeras ©jeon jungkook. [bestofmeawards]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora