Conejo y Lechuga Aliados (Vkook-Hopemin)

Amistad

El martes Jungkook no fue al instituto.

Se sentía triste por haber faltado a clases, lo cual era raro en un adolescente como él.
Pero todo pareció iluminarse cuando recibió una llamada.

-¿Hola?- Inquirió sin reconocer el número de la persona que lo llamaba.
-¡Jungkookie!-La voz de Hoseok llenó la silenciosa habitación del pelinegro, quien tenía una expresión incrédula.
-Jungkookie- Repitió el caballo, con su animada voz de siempre- Estoy junto a todos los chicos de Bangtan, nosotros queríamos saber si estabas vivo.

El pelinegro aguantó las ganas de reír, mientras una sensación cálida se extendía por todo su pecho.
Tener amigos, verdaderos amigos, es uno de los placeres más hermosos de la vida.

Al responder procuró que su voz no denotara la gran emoción que lo embargaba.
-Sí, sí, estoy vivo- Aseguró sonriendo contra su celular.
-¿Porque faltaste a clases?-Hoseok Inquirió con la voz preocupada.
-Yo... Debía de ir a hacerme una ecografía y luego me puse mal, por lo que me fuí a casa- Utilizó un tono casual, haciendo que sus palabras fueran más creíbles.

Aquella no era la verdadera razón por la que Jungkook faltó a clases.
Pero era la única "razón" que su padre le permitía dar.
Por mucho que la galleta detestara mentir a sus amigos, no podía ir en contra de una orden de su padre.

-Ohh, pero ahora estas bien, ¿verdad?
-Sí, gracias por preguntar- Jungkook puso una mirada triste al sentir la culpa por engañar a sus amigos. Pero aún así se sintió feliz al saber que le preocupaba lo bastante a ellos como para llamarlo.

- No es nad... Ahhhg Jimin deja de empujarme, aahh chicos no me empujen- Hoseok se quejó en el otro lado de la línea- ¡Ah! ¡Mierda! Kookie, se acaba mi crédito, hablamos luego. ¡Esperamos que estés bien!
Y colgó.
Jungkook rió mientras su mano se dirigía a su pecho, sintiéndose cohibido de tener unos amigos tan atentos.

Por la tarde recibió varios mensajes de sus amigos.

Una sonrisa se extendía por todo su rostro mientras sostenía su celular, continúando su conversación con los chicos, cuando horas mas tarde recibió un mensaje de alguien que no era parte de Bangtan.

Jungkook no tenía dobles intensiones, después de todo, ella había sido su mejor amiga... Tal vez incluso, aún lo era.

Hee Leun, es mayor que él por dos años, y era una gran persona; antes ella tenía novio por lo que Jungkook tuvo que dejar de lado sus sentimientos y continuar con la máscara de "mejor amigo".

Ahora él simplemente extrañaba pasar tiempo con ella, extrañaba a su mejor amiga...
Así que, no tenía nada de malo, ¿cierto?

Al final, después de haber tenido tanta atención por parte de sus amigos, se sintió risueño por lo que aquella noche pudo dormir feliz, complacido.
Tranquilo.

Al día siguiente le tocaba educación física, por lo que les hicieron formar en filas.
Jungkook terminó delante de Yugyeom, quien era un chico bastante alto y de cabello color rubio blanquecino.
Ah, y también el acosador personal de Jungkook.

Mientras hacían las filas, Yugyeom no dejaba de lanzarle sonrisas indiscretas al pelinegro, quien se sentía avergonzado de sentir la constante mirada del chico sobre él, a veces, incluso, Yugyeom se acercaba a Jungkook y le rozaba la parte baja de su espalda, lo sostenía de la cintura o le acariciaba el pecho, y como la galletita se avergonzaba demasiado, terminaba distanciándose disimuladamente.
En una ocasión el peliceniza, fue directamente hasta Jungkook y le acarició su mejilla.
-Me enamoré de tus ojos Kookie- Declaró mientras suspiraba y observaba con detenimiento los ojos de la galletita.

Y la verdad Jungkook ya se había acostumbrado a él, no era mala persona, y no era culpa suya tener un flechazo con el pelinegro.
Además recordó que una vez, cuando unos compañeros hablaron de que Yugyeom perseguía a Jungkook, Taehyung soltó un comentario irónico, mostrándose ligeramente tosco. Lo cual Jungkook quería creer, eran celos.

Así que simplemente lo dejaba pasar, mientras rezaba que aquel chico alto no lo desnudara con los ojos, porque el peliceniza no parecía querer ocultar sus sentimientos por el pelinegro.
Además era abiertamente bisexual.

Uno debe ser realmente valiente para enfrentar el tener una orientación sexual diferente.

Las personas tienen que ser demasiado valientes como para ser diferentes.

O simplemente estar demasiado enamoradas.

El amor vuelve loco hasta al más cuerdo.