Apoyo.

201 22 1
                                    

Al ver a Min Yoongi, y a Jeon Jungkook, nadie creería que ambos podían ser tan buenos amigos, pero lo eran.
Realmente lo eran.

Pasaron por muchísimos momentos juntos, tantos, que incluso el pelinegro se había acostumbrado al carácter un tanto agresivo e indiferente que poseía el rubio.
Pero él sabía, él entendía, como era realmente Min Yoongi.

Solía reservarse casi todo, sólo para sí mismo.
Sentía mucho, pero expresaba poco.
Aunque, cuando tomaba confianza a alguien, se convertía en un amigo increíblemente incondicional.
Un tanto despistado, y que no entendía por completo el sentir de los demás.
Pero siempre estaría allí cuando lo necesitaran.

Jungkook sabía que su relación con el rubio, no estaba pasando buenos momentos. Y no, no era porque alguno de ellos hubiera hecho algo mal, realmente ninguno había cometido algún error.
A veces, el simple hecho de descuidar algo, podía lograr que se deteriorara, y posteriormente, causar su destrucción.

Pero ninguno de los dos estaba dispuesto dejar que algo como eso, sucediera con su amistad.
No permitirían que lo que construyeron con tanto esfuerzo, desapareciera por un simple descuido.

La mañana del miércoles, Jungkook le había propuesto a Yoongi, una idea.
Aunque siendo sinceros, inicialmente fue una excusa que ideó la galleta, para poder pasar un tiempo de calidad con su rubio amigo.

La idea consistía en que ambos cantaran una canción, una canción que realmente le encantaba al menor.
Y sabía, que también era del agrado de Yoongi.

El mayor aceptó con agrado, y ambos quedaron en reunirse esa tarde en casa del rubio, para comenzar a practicar aquella canción.

Puesto que en la noche de ese mismo día, en su instituto, tenían reunión de padres de familia, y estos debían ir con sus hijos, les pareció perfecto ensayar hasta la hora programada para la reunión, e ir juntos.

Al inicio planeaban quedar con los chicos de Bangtan para ir todos juntos, pero lastimosamente, Jin estaba ocupado, y Taehyung debía ir más temprano al instituto, debido a que era parte de la directiva, y ellos debían estar antes para terminar de organizar las actividades para el año.
Entonces, simplemente quedaron en que todos se verían directamente allá.

Jungkook suspiró profundamente mientras se decidía a tocar el timbre de la casa de Yoongi.
Había pasado mucho tiempo desde que no iba allí.
Un lugar que antes era como su segundo hogar.

Se decidió a no ser tan cobarde y presionó el botón.
Unos minutos más tarde Yoongi abrió la puerta, aún con el uniforme del instituto y ligeramente despeinado.

Le dirigió una mirada de cansancio, mientras lo dejaba entrar.
-Debo confiar demasiado en tí, presentandome así- expresó señalandose a sí mismo.
Jungkook se limitó a regalarle una sonrisa reconfortadora.
-No te ves mal.
-De todas formas- Continuó el rubio, al tiempo que caminaban hacia las gradas y subían por ellas- Debo bañarme, así que tendrás que esperarme hasta que termine.

El pelinegro sonrió divertido, no era una petición, más bien, una orden.
Estaba tan acostumbrado al carácter autoritario de su amigo, que cuando se habían distanciado inconscientemente, había extrañado demasiado esa parte de él.

Llegaron al salón de estar y Jungkook se sentó en uno de los sofás, tan conocidos para el.
Su celular comenzó a vibrar, y lo sacó para ver de que se trataba. Notando que muchos mensajes de actualizaciones disponibles, llenaban su pantalla.

El WiFi se conectó solo.
Incluso su celular era consciente de que ese era su segundo hogar.
Sabes que eres realmente cercano a alguien cuando el WiFi se conecta solo pensó divertido.

Conejo y Lechuga Aliados (Vkook-Hopemin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora