Promesa

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Tras el viaje de caridad realizado, las clases y actividades volvieron a la normalidad para todos los alumnos.

Algunos días después de su regreso, los chicos de Bangtan se hallaban ayudando en la ambientación para un pequeño evento que se daría en el instituto.

Para ello, se hubo pedido la ayuda de los alumnos de último grado y sus padres.

Jungkook estuvo ayudando juntos a algunos de sus compañeros y padres hasta tarde, por supuesto, su padre no se encontraba allí, puesto que el hombre estaba trabajando.

Cuando Jungkook divisó a Yoongi se acercó a él con una sonrisa.

-Yoongi~ -Canturreó mientras se acercaba, saltando. 

-Galleta- Saludó el rubio al verlo llegar.

En ese momento Jungkook recordó que al llegar al instituto, cuando se dirigía al coliseo, pasó por una puerta, dentro se escuchaba una melodía y como todo conejo curioso que es, se acercó y espió por la pequeña ventana de la puerta.

Sentado y con una guitarra encima sus piernas, estaba Taehyung; a su lado se hallaba un Yoongi concentrado, cantando; y frente a ellos el consejero escolar que sonreía con satisfacción.

A Jungkook lo embargó un sentimiento de admiración y emoción, escuchar al castaño toca el instrumento lo enternecía, y el ver a Yoongi cantar lo llenaba de orgullo, por lo que no pudo evitar sacar su celular y comenzar a grabarlos, aún sabiendo que arriesgaba su vida, ya que Yoongi detestaba que lo grabaran al cantar.

Lastimosamente no se pudo quedar mucho tiempo allí, porque sus otros compañeros, lo vieron parado en medio del pasillo y se lo llevaron con ellos a ayudar en la ambientación.

-Yoongi~ -Canturreó nuevamente al quedar frente a su rubio amigo, quien lo miraba como su fuera un bicho raro.

-¿Qué tramas? ¿Por qué dices mi nombre de forma tan empalagosa?- Obviamente el nombrado sospechaba de la actitud del menor.

-Que lindo cantas Yoongi~ -Continuó el pelinegro, divertido por la situación.

Yoongi palideció, si es que eso era posible sin que quedara camuflado con la blanca pared tras suyo.
-No me digas que lo grabaste.

Jungkook sonrió ladinamente, más no respondió, en su lugar, sacó si celular del bolsillo trasero de sus pantalones, y lo sostuvo frente al mayor que lo miró un segundo antes de lanzarse sobre su amigo para poder quitarle el aparato, pero el pelinegro fue más rápido y logró esquivarlo.

Yoongi volvió a la carga y Jungkook comenzó a correr por su vida, riendo mientras sentía al pobre anciano tras él, sorprendentemente aquel anciano era bastante rápido cuando se lo proponía. 

-¡Detente allí, rata de dos patas!

Jungkook se dio la vuelta y le saco la lengua de forma juguetona y continuó corriendo. Yoongi se molesto mas y dijo lo primero que se le ocurrió.

-¡Escoria de la vida! -Gritó sin aliento- ¡Te estoy hablando a tí!

Jungkook no pudo más y se echó a reír.

-Tranquila Paquita la del barrio, no te alteres...

Por imbécil se tropezó y cayó al suelo, por lo que Yoongi logró llegar hasta él. El pelinegro puso sus manos a modo de defensa mientras gritaba como una niña.

-¡Lo borraré! ¡Lo prometo! -Tras pensarlo un momento volvió a gritar- ¡Bueno, no! ¡No puedo! ¡En el vídeo también aparece Tae!

Yoongi podía ser un gran insensible muchas veces, pero ante todo, y aunque jamás lo diría en voz alta, amaba a sus amigos, y eso incluía el tomar importancia a sus sentimientos, y a la vez, eso incluía también los fastidiosos sentimientos de la galleta hacia el castaño.                                   El rubio suspiró derrotado, pero más que nada, molesto por haber corrido tanto en vano.

Conejo y Lechuga Aliados (Vkook-Hopemin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora