Cap.1

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Tenía muchas ganas de aquel día. Abrí los ojos y la bandera multicolor que Carolina tenía colgada de la ventana fue la primera en interponerse en mi vista. De entre sus colores, aquella mañana el morado brillaba mas fuerte, estaba gritando a voces que hoy era nuestro día y que íbamos a hacer historia.

Realmente me propuse no hacer nada y secundar la huelga en condiciones. Carolina no estaba y yo me dediqué a ver series y a leer durante toda la mañana. Para la hora de comer había quedado con mi productor, pero no era trabajo, realmente estábamos haciendo muy buenas migas y me apetecía verlo de vez en cuando.

Me sentía realmente afortunada por haberme topado con él y que confiara en mi. Era un tipo extraño a primera vista pero cuando lo conocías un poco más, te cautivaba sin remedio. Tenía mi edad, sin embargo llevaba media vida componiendo y produciendo música, teatro, cortos, videoclips... Era un puñetero genio y se había interesado en mí, yo aún estaba flipando.

Llegamos a un restaurante de comida rápida y nos sentamos. Él divisó con interés a los camareros y bufó echándose las manos a la cabeza.

- Estas chicas no sé qué hacen aquí trabajando un día como hoy - dijo apesadumbrado - deberían de estar en la calle.. fijo que no las han dejado

- Joder Rafa... - añadí sorprendida - encima feminista ¿Tú no tienes ningún defecto o qué?

- Sí, soy un tío... ¿Te parece poco?

Ambos reímos

- Oye, Mimi... no te quiero hablar de trabajo porque hoy no es el día pero a partir de mañana tenemos que organizarnos bien para currar. Me han llamado de universal para componer canciones para una de tus compis y tendré que partirme un poco en dos...

- ¡Que guay! - exclamé sonriente - ¿para quien?

- Ana Guerra - me miró apretando sus labios como sabiendo algo de lo que la gente hablaba por ahí - la verdad que me parece un reto componer para ella y con ella, claro... es muy versátil

- Sí - dije seca - es maravillosa Rafa, vas a trabajar súper a gusto con ella.

- ¿Sois muy amigas no? - indagó

- Eh, bueno... lo fuimos dentro de la academia, ahora somos amigas sin más o quiza solo compañeras... la verdad que no lo tengo muy claro - reí desganada y me rasqué un ojo

- Vaya... y... - encogió sus hombros

- Preferiría no seguir hablando de eso sí no te importa - puse cara de súplica

Nunca un nombre y un apellido me habían removido tanto por dentro. Aparentemente mi historia con ella se reduce a dos semanas de sentimientos a flor de piel, de gestos, miradas, abrazos y palabras que se intensificaron y se malinterpretaron. Pero sólo yo sé que eso no es del todo verdad. Al menos por mi parte. Yo estoy callada y tragando de todo desde el día en que salí de la academia. Pero nadie tiene ni idea de lo que gritaría si fuese capaz de hacerlo. A veces me siento un poco hipócrita reivindicando libertad y voz para las mujeres cuando no soy capaz de aplicarmelo a mi misma y mi miedo me impide ser libre.

- Claro, perdona... - me soltó incómodo - ¿oye cómo vas con la búsqueda de piso?

- Pues mal... y no quiero seguir en casa de Carolina, me estoy poniendo muy pesada ya

- Pues de eso quería hablarte también, hay un piso muy guay encima del mío - yo abrí los ojos interesada - necesitaba obras pero de eso se encarga el casero, si quieres puedo hablar con él para que te lo enseñe

- Sí, por favor... - le supliqué

Callada. WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora