Cap. 18

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En ese momento pensé que si tenía otra emoción fuerte más en las próximas veinticuatro horas el corazón me iba a empezar a fallar. Me puse la mano en el pecho porque de verdad sentí un malestar bastante preocupante. Ricky y Rafa se acercaron a mí asustados y sin borrar su cara de lástima.

- Estoy bien - les dije anticipándome a lo que me iban a decir y apartándolos de mí

- El próximo tren sale a las 10, los de antes están completos - dijo Rafa informándonos a mí y a Ricky mientras miraba el móvil

- Pues cómpralos ya - contestó Ricky sin parar de mirarme

- Yo quiero dar una vuelta sola chicos, luego nos vemos en la estación ¿vale? - dije con la voz entre cortada

- ¿Seguro? - me preguntó Ricky con desconfianza

Yo asentí y empecé a caminar sin rumbo fijo.

Casada. Dentro de unos meses o como mucho en un año, Ana iba a ser una mujer casada. Sé que estamos en el 2018 pero siendo realistas el matrimonio sigue siendo sinónimo de muchas cosas que ya lo eran hace cincuenta años. Si se casaba podía convencerme de que ya la había perdido para siempre. Y no por mí, porque sinceramente me da igual que haya unos papeles firmados de por medio, pero sí por ella. Ella era una señora encerrada en el cuerpo de una chica de veinticuatro años y el hecho de estar casada la iba a quitar de muchas cosas, estaba segura. Y una de ellas, teniendo en cuenta todo lo que había leído en ese cuaderno, sería yo. Iba a eliminarme de su vida como quien elimina una tentación tóxica.

En ese momento me sentía perdida como nunca antes lo había estado. Tantos sentimientos tan diferentes y en tan poco tiempo no podían ser buenos. Sí, se casaba y era una putada, pero nadie me podía quitar la satisfacción de saber que ella por mí sentía cosas muy especiales. Esas letras lo decían, esa canción lo gritaba. Ya me lo dijo Rafa, las canciones y las miradas no mienten, y yo quería creer más que nunca que eso era verdad.

Me senté en un Starbucks que había cerca de la estación a tomarme un café y leí lo que se comentaba en las redes del momento "pedida" en la firma. Cómo era de esperar la gente estaba algo molesta, Jadel no caía bien entre nuestros seguidores y eso era una realidad, pero la verdad es que a veces él me daba algo de lástima. Yo lo podía entender mejor que nadie, los dos estábamos enamorados de la misma persona y los dos teníamos miedo. Él de perderla y yo de no poder tenerla nunca. Y por supuesto que no me iba a temblar el pulso si tenía que competir con él (suena horrible esa expresión) pero por otra parte no le deseaba ningún mal.

De repente caí en algo. Saqué como una loca el maldito cuaderno de mi bolso y busqué entre los papeles. Estaba convencida de que había leído algo relacionado con todo esto...

11/03/2018

"Te voy a confesar algo que no sabe nadie. Hoy Jadel me habló por primera vez en todos estos años de casarnos. Dice que antes de que empiece a viajar como una loca por trabajo deberíamos de afianzar lo nuestro dándonos el sí quiero. Palabras textuales. Es que suena cursi y antiguo hasta para mí. Dicho de otra manera que quiere atarme para quedarse tranquilo. Yo no sé porque pero le he dicho que vale, que ya lo hablaríamos con más calma, pero no, no quiero, no quiero pasar el resto de mi vida con él. Le quiero pero lo que siento ya no es amor, y no es su culpa, es simplemente que creo que te lo has llevado tu todo."

Suspiré algo aliviada. Hacía poco más de un mes que me había escrito eso y dejaba bastante claro que no quería casarse y que ya no sentía nada por él. No se puede cambiar de opinión tan radicalmente en un mes... ¿no? Algo raro había tenido que pasar, o quizá todo era más simple de lo que parecía. De verdad que estaba al borde de la locura absoluta. Ahora no podía parar de pensar porque le había dicho que sí, no le encontraba el sentido a nada.

Callada. WarmiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora