Callada. Warmi

Cap. 9

Me senté en el suelo de espaldas a la puerta y Rafa al verme se acercó y se sentó a mi lado. Yo no podía parar de llorar y acabé abrazada a él.

- Ay, Mimi... - me acarició la cabeza y me separó de él para mirarme a la cara - ¿Qué ha pasado?

- Estoy harta... - dije sollozando

- ¿De qué?

- De quererla, joder - dije mientras me secaba la cara - no sé cómo actuar con ella para que no acaben poniéndome los dos la cara colorada y diciendome que me relaje y deje de ser tan evidente - encogí los hombros

- No entiendo nada - dijo invitándome a que le contara todo.

Nos sentamos en el sofá y lo hice. Le conté todo lo que había pasado esa mañana, lo del tweet, lo de Marta y lo que luego me habían dicho ellos en el rellano.

(...)

- Joder, yo también estaría harto... - se quedó pensando - de todas formas yo creo que a Ana deberías de darle tiempo...

- ¿Qué? - pregunté flipando - Tío, ¿Sabes que cualquier persona normal me diría que la mandara a la mierda verdad?

- Sí, y que te fueras con Marta... es lo lógico, pero yo no soy una persona normal, yo soy un visionario - me guiñó un ojo - y a Ana lo que le pasa es que está intentando llevar su vida de antes y está viendo que no puede controlar ciertas situaciones, por eso se pone tan nerviosa cuando la gente se revoluciona con vuestra historia - se colocó bien en el sofá - además creo que su novio es el que lleva las riendas de todo y ella por culpabilidad está intentando complacerlo pero van a durar dos telediarios, te lo digo yo...

- ¿Culpabilidad? - pregunté extrañada

- Sí, te digo yo que se siente culpable por algo, se lo noto...

- Me encantan tus teorías - reí - pero siento no estar de acuerdo y decirte que estás completamente equivocado. Ana quiere a su novio y no se siente culpable por nada, hace las cosas porque las piensa, es una tía muy inteligente y no se deja pisotear fácilmente.

- ¿Te das cuenta como hablas de ella? - me dijo con ternura

- Sí, y eso es lo que se tiene que acabar - me froté los ojos - la tengo idolatrada y no lo merece

- ¿Tú crees que la Ana que acaba de hacerte llorar es la misma a la que conociste hace unos meses? - preguntó serio

- No, precisamente por eso debería de olvidarla porque yo no conocí a la verdadera Ana, allí todo era diferente...

- ¡No! - me gritó y casi me tira del sofá del susto - Aquí te equivocas tú, y mucho. Allí dentro todo era verdad Mimi, no había influencias de nada y erais todos la pureza más absoluta y más bonita. Aquella era la Ana de verdad y no la de ahora, por eso tienes que darle tiempo...

Me apasionaba escucharlo porque de verdad creía en sus palabras. Pero yo no podía hacerlo, ya estaba demasiado escarmentada.

- Oye, tú no serás la reencarnación de Pepito grillo ¿no? - pregunté divertida para obviar un poco el tema

- Nadie sabe mi querida pinocha - me tocó la nariz

- Estás cómo una cabra Rafa - le sonreí - pero eso te hace ser maravilloso así que no se te ocurra cambiar nunca...

- Eso significa que no me vas a hacer ni puto caso ¿verdad? - sonrió elocuente

- Más o menos - me tapé la boca con la mano - pero es que ya no puedo más tío... no me merezco seguir pasándolo así