Unos brazos que rodeaban su cintura fue lo primero que vio al despertar por la mañana. Se sobresaltó un poco, hasta que lentamente los sucesos de la noche anterior comenzaron a hacer apariciones en su cabeza.
En resumen; Brendon había sufrido de una pesadilla que no se atrevió a contarle y él por una extraña razón decidió ofrecerse a compartir su cama con él. Definitivamente no esperaba que su propuesta fuese aceptada, pero para su sorpresa luego de un par de minutos de duda de parte de su compañero, aceptó. Por lo que durmieron juntos en la pequeña cama, sin un poco de espacio personal y demasiado juntos.
Al comienzo fue algo increíblemente incómodo y Ryan no dejaba de repetirse lo estúpido que había sido en sus pensamientos, pero con el pasar del tiempo, fue algo bastante cómodo. Hasta un poco agradable. De todas formas, creía que había cometido un gran error.
Ambos se habían dormido dándose las espaldas, ¿en qué momento terminaron abrazados?
Brendon dormía como un pequeño bebé, su cabello azabache caía en su frente y sus labios estaban entreabiertos. Tan pacífico, mientras que él apenas tenía un diminuto espacio en la pequeña cama de hotel y su espalda dolía como si hubiese cargado piedras toda la noche. Le sorprendía no haberse caído de ella mientras dormía.
En el par de meses que llevaban conociéndose, estos días fueron los más agradables junto al pelinegro. Su relación era más tranquila desde que Brendon no se le insinuaba, definitivamente se sentía mucho más cómodo.
Y para nada extrañaba las estupideces que decía aquel chico, para nada.
Quizás, sólo quizás, podrían ser amigos. De todas formas, no tenía planeado hablarle a Spencer en algún tiempo y no quería quedarse totalmente solo. Jon no era alguien que elegiría como compañía tampoco, además él también estaba involucrado en el problema. Después de todo, él se fue con Spencer.
Brendon era un buen chico. Le daría una oportunidad, ¿qué tan malo podría ser?
• • •
El ambiente en el desayuno había sido extremadamente tenso.
Ryan lanzaba miradas de odio e indirectas bastante directas a ambos chicos sentados frente a él, logrando armar una terrible incomodidad en la mesa. Pobre Brendon, él los veía aterrado por si en algún momento empezaban a matarse entre ellos.
Spencer intentaba hablar pero era ignorado por todos menos Jon. Estaba consciente de que lo que había sucedido la noche anterior había sido malo, nunca debería haberlos dejado solos en un lugar que no conocían. Pero realmente no estaba pensando con su cabeza cuando decidió escapar junto a su compañero.
Le asustaba lo mucho que su relación con su mejor amigo había empeorado en tan poco tiempo, sentía que estaba tirando más de diez años de amistad a la basura. Pero sabía que Ryan no daría su brazo a torcer y que probablemente debería llorar, arrodillarse y ser su esclavo un mes para que lo perdone. Pero, pensándolo bien...
¿Por qué él debería disculparse? Sólo estuvo paseando un momento con Jon, no cometió ningún delito. Además, obviamente iba a volver a buscarlos, no iba a abandonar a su mejor amigo en medio de una ciudad desconocida. Y Ryan debería estar consciente de eso. Se supone que debería conocerlo después de tantos años de amistad, por lo que debería saber que él nunca le haría algo semejante. Estaba decepcionado. Se estaba cansando.
―Brendon, pásame el azúcar, pero apúrate, no vaya a ser que Jon se lo robe... como hizo con mi mejor amigo― Pidió Ryan en un tono completamente sarcástico luego de soltar de una risa, causando que el nombrado lo observe mientras fruncía el ceño, claramente ofendido.
El pelinegro lo vio confundido, dudando en alcanzarle el recipiente de vidrio que contenía el azúcar o no, pero fue interrumpido cuando Jon se puso de pie y se inclinó frente al castaño, enfrentándolo. Ya había llegado a su límite y su paciencia se estaba acabando.
― ¿Qué te pasa, idiota? ¿Acaso tienes cinco años? Spencer no es un objeto que puedo robar. Y sí tanto miedo tienes de que lo haga, entonces aprecialo como lo merece. Eres ridículo. No sé cómo pudo soportarte tantos años, eres totalmente insoportable. Ya no eres un niño, Ross. Spencer no es de tu propiedad, suficiente hace por ti al ser tu amigo. Realmente no mereces una amistad como la suya.
Spencer intervino, tomando el brazo de Jon.
―Hey Jon, tranquilízate, no es tan importante.
―No Spencer, sí es importante. No puedes dejar que este idiota te trate así.
Brendon observaba todo preocupado.
Ryan sólo ignoró todo lo que Jon dijo, por más que muy en el fondo, supiera que éste tenía razón. No merece a Spencer, nunca lo hizo.
Quizás por eso, debería alejarse.
Sólo se puso de pie, tomó bruscamente al pelinegro del brazo y lo arrastró consigo a las habitaciones.
―¡¿Qué estás haciendo?! ¡Ryan!― Se quejó mientras intentaba soltarse de su fuerte agarre, pero falló miserablemente y fue arrastrado hacia el pasillo.
Subieron las escaleras rápidamente y al llegar a la habitación, Brendon fue empujado dentro de ella, dejándolo más confundido.
¿Qué se suponía que iba a suceder ahora?
Hola! Sí, dos actualizaciones en poco tiempo. Rarísimo. Es un capítulo corto pero estoy inspirada y quería subir algo, tengo que aprovecharlo mientras pueda. Las cosas se van a poner dramáticas pero algo bueno va a salir de todo esto. Mañana si encuentro algo de tiempo voy a escribir más, pero sólo si consigo un tiempo. Además, HAY QUE CELEBRAR LOS DOS NUEVOS TEMAZOS QUE LANZÓ PANIC! HOY, qué les parecieron?
bueno, los dejo, disfruten el capítulo<3
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seventies ; ryden
FanfictionRyan Ross pasa sus días sentado en un banco detrás del mostrador de una polvorienta librería mientras sueña con estar en una gran banda. Hasta que un chico pelinegro se asomó por la puerta, dándole un giro de 360 grados a su vida, y a su sueño.