Brendon tenía un plan. Ryan seguía ignorándolo pero después de eso dejaría de hacerlo. ¡Están en una banda juntos y lo ignoraba de todas formas! Debía cambiar eso. Aunque en realidad no lo ignoraba, sólo no lo adoraba tanto como él lo hacía. Había llamado a su mejor amigo bajista, compañero en el crimen: Dallon Weekes. Prometió pagarle sí lo ayudaba.
Sí Dallon no hubiese aceptado, su segunda opción hubiese sido Pete Wentz. Era atractivo y uno de sus mejores amigos, pero definitivamente no era del gusto de Brendon. Demasiado deprimente. Pete se llamaba así mismo "emo" porque se considera emocional, sensible pero a la vez quiere parecer alguien misterioso y peligroso. No estaba muerto, solo se vestía así. Se la pasaba hablando de lo importante que era el delineador de ojos y de como hacía que un chico se viese hermoso... tal vez era un poco raro. De todas formas ayudó con el plan.
Pete sugirió el nombre "Plan para conseguir a Ryan Ross, el aburrido chico que trabaja en una biblioteca vieja, que Brendon adora y quiere conseguirlo aunque sea lo último que haga en su miserable vida, está tan desesperado que llora en las noches mientras grita '¡Ryan por favor ámame!' y ya tiene harto al pobre Pete" para el plan, pero Dallon dijo que el nombre era deprimente y demasiado largo. Así que el plan se llama "Plan para conseguir el amor de Ryan". Es un nombre básico, pero es lo más corto que se lo pudo ocurrir a Wentz.
Según los tres chicos, el plan era increíble y estaba fríamente calculado. Y consistía en 5 pasos:
•Brendon entrará a la biblioteca con Dallon, tomados de la mano e ignorará a Ryan lo más posible.
•Buscarán una novela romántica, de preferencia, Romeo y Julieta, porque es la única que conocían.
•Dallon irá a pagarle a Ryan por la novela, volteará a ver a Brendon y dirá "Oh, qué hermoso es el amor ¿no crees? Él es el amor de mi vida".
• Dallon buscará a Brendon (que estará fingiendo estar distraído), le dirá "vamos, mi hermoso Julieta" y se irán tomados de la mano.
•Ryan explotará de celos y buscará a Brendon desesperadamente para declararle su amor.
Sí, era un plan increíble.
Pete estaría allí observando todo sólo porque quería estar presente para ver como todo salía a la perfección. Estaban tan seguros de que todo saldría bien que no consideraron un plan B. Ni siquiera pensaron en uno.
•••
El desesperado, el emo y el más normal de los tres se encontraban en el parque frente a la biblioteca esperando a la mejor oportunidad para comenzar con el plan. Llevaban unos 20 minutos vigilando a Ryan y lo único que el chico había hecho era leer.
―Bren, ese chico es extremadamente aburrido. No sé que estamos esperando―Se quejó Dallon.
―Estoy de acuerdo con él. Yo voy a entrar y fingiré leer algo, ustedes esperen unos 5 minutos y que empiece la acción―ordenó Pete frotando sus manos con picardía― Brendon, te dije que usaras delineador. Estás horrible, ¿cómo esperas conquistarlo con ése rostro? Recuerda lo que digo siempre, el maquillaje es maravilloso para un chico. Porque hace que un chico se vea hermoso, porque algunas veces, un chico, no es hermoso. Y tenemos que cambiar eso. Quiero que todo el mundo crea que los chicos son hermosos― Dallon y Brendon sólo lo miraban con neutralidad, ya estaban acostumbrados a ese discurso. Le entregó su delineador al pelinegro y se alejó para entrar en la biblioteca. Siempre llevaba uno escondido en su ropa, para emergencias.
Brendon se sintió ligeramente ofendido, guardo el delineador en su bolsillo y estaba listo para empezar el plan.
Pete ya se encontraba dentro de la biblioteca, fingiendo leer libros de Edgar Allen Poe y vigilando de cerca a Ross. Llevaba diez minutos allí y sus amigos todavía no entraban. Ryan ya había empezado a lanzarle miradas desconfiadas. ¿Tanta cara de ladrón tenía? Ya se estaba sintiendo incómodo. Estaba a punto de salir y arrastrar a Brendon de la nariz, hasta que unos segundos después lo vio entrar junto a Dallon.
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seventies ; ryden
FanficRyan Ross pasa sus días sentado en un banco detrás del mostrador de una polvorienta librería mientras sueña con estar en una gran banda. Hasta que un chico pelinegro se asomó por la puerta, dándole un giro de 360 grados a su vida, y a su sueño.