"Ojos marrones"

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—Eric, sé que me estas leyendo— envío otro mensaje, el cual nuevamente es dejado en visto por Eric.

¿Hasta qué punto puedo dejar de lado mi orgullo? o claro, hasta el punto de saber que no perderé mi beca por culpa de Eric.

Ya es de noche, las calles de Nueva York vuelven a iluminarse, observo la gente caminar y algunos jugar con la nieve, afuera sigue nevando.

¿Qué estará haciendo papá ahora? ¿estará con tío Dave? ¿estará solo? Tal vez esto fue un error, quizás nunca debí salir de casa. Apego mi frente a la fría ventana

¡No! No me rendiré al primer obstáculo.

—Si no me respondes iré a tu casa—

Amenazo a Eric.

VISTO.

Listo, hasta aquí llegó mi paciencia, me pongo de pie, busco mis zapatos y mi abrigo, me pongo unos jeans, un suéter y salgo de la habitación. Cojo mis guantes, bufanda, gorro y salgo de casa, Roxane dijo que con Demian irían a buscar algo donde unos amigos por lo que no tengo quién me detenga.

Bajo en el ascensor, solo espero que el metro aun funcione a esta hora, salgo a las calles nevadas, me resbalo un poco, pero sigo mi camino, meto las manos en los bolsillos y solo dejo mis ojos a la vista. Llego al metro, bajo las escaleras, observo la hora, aun debería pasar uno que otro, miro a ambos lados, aún hay gente esperando lo que me indica que tengo suerte y pasará otro metro.

Minutos más tarde me subo al metro express, ¿el problema? No sé dónde queda la casa de Eric, solo sé que es en Manhattan, debí pensarlo bien antes de salir furiosa del departamento.

—Eric, ¿puedes responderme? No sé dónde estoy— envío, esta vez no hay visto, guardo el teléfono cuando la voz del metro anuncia que estamos en Manhattan, espero que las puertas se abran y salgo del vagón.

Debo admitir que estoy algo asustada, no algo, mucho, estoy muy asustada. Armándome de valor salgo a las calles para ver si hay algún indicio que recuerde de esa tarde que estuve en casa de Eric.

NADA, absolutamente nada, solo calles desiertas. Observo mi celular y no hay respuesta.

—Demi, podrías darme la dirección de Eric— envío un mensaje a la única persona que puede ayudarme en estos momentos.

—No iras a su casa enana.

—Es solo para saber dónde vive, mañana debo ir a su casa para comenzar el entrenamiento, pero ya sabes, sigue furioso y no quiere darme su dirección...

—¿Segura?

—No te mentiría

Demi me envía la dirección de Eric, la copio y pego en Google maps, diez minutos caminando, no es tanto.

Guardo mi celular y camino, observo a todos lados, ya es de noche y Manhattan no me gusta tanto, no me siento cómoda aquí. La nieve se pone más espesa aun, no sé cuántos milímetros han caído, pero es tanto que mis zapatos se entierran y dejan sus huellas en la nieve, incluso me cuesta un poco caminar.

Saco mi celular nuevamente para ver el mapa, voy en la dirección correcta, sigo caminando, comienzo a reconocer el lugar, las casas adineradas se ven a lo lejos, apresuro el paso, si me quedo en la calle me congelaré en cualquier momento.

Por Dios Melanie, ¿Qué estás haciendo?

¡A sí verdad! salvando mi trasero de ser expulsada.

Debo hacer esto por obligación, no por que quiera. Hay muchas casas, camino y busco la de Eric, pero todas son parecidas.

—Eric, estoy afuera— hago un último intento para que me responda, y debe hacerlo, de lo contrario me congelaré aquí.

En puntas (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora