"No le digas a Eric"

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Son las diez de la mañana y no tengo clases hasta la una de la tarde, me estiro un poco en la cama perezosamente, echo las sábanas para atrás y me muevo sintiendo como suenan mis huesos.

Tomo mi celular y entro en Instagram para ver las fotos que Demi subió de nuestro pequeño viaje a Irlanda. Le doy me gusta a todas, están hermosas.

Entro en WhatsApp y leo los mensajes de buenos días de Sami, le respondo y salgo de su chat. Observo la foto de Gabriela, entro en su chat y veo que está en línea.

¿Y si voy a visitarla ahora? No sé por qué tengo tantas ganas de conocerla.

—Hola— envío.

—Hola, Melanie— responde ella, solo hemos hablado por mensaje, pero siento que es una niña muy agradable.

—Llegaste?— envía un segundo mensaje.

—Si, y me preguntaba si podía ir a verte ahora, solo si estás sola— envío.

—claro que sí, estoy sola, como siempre.

—Bien, llego en un rato, envíame la dirección de la clínica.

—Te espero— envía junto a la dirección.

Me levanto de la cama, cojo mi toalla para ir a darme una ducha rápida.

Una vez afuera me visto y seco el cabello, el día está lindo, me gusta el invierno, pero acá es muy duro.

Salgo de casa, bajo el ascensor y camino para tomar el metro.

Casi una hora más tarde estoy llegando a la clínica, entro en ella. Observo el enorme lugar, por todos lados puedo notar que este lugar es para gente con dinero como lo son los padres de Eric.

—Buenos días, señorita —saludo a la chica que está en un mesón que dice informaciones— vengo a ver a una amiga, su nombre es Gabriela Irving.

—La señorita Irving no recibe muchas visitas, ¿usted es familiar? —cuestiona.

—Soy su amiga, no había venido porque estaba lejos de acá —miento, al parecer no cualquier persona puede entrar.

—¿Es extranjera?

—Sí —mi acento me delata donde sea que vaya.

—Bien, necesito su pasaporte, solo es protocolo de la clínica —sonríe, le entrego mi pasaporte, ella escribe algo en el computador y me lo devuelve— piso 7, habitación 702.

—Gracias —le devuelvo la sonrisa, subo al ascensor y presiono el número siete, este sube y en cuestión de segundos se abre en el piso, salgo y camino buscando la habitación.

Toco la puerta cuando llego, estoy nerviosa, sé que cuando Eric se entere que vine a visitar a su hermana sin que él lo sepa se enojará muchísimo.

—Hola —una sonriente Gabriela abre la puerta— pasa por favor —entro en la habitación, tiene bastantes comodidades y es grande—. Gracias por venir aun sabiendo que soy hermana de Eric —ella se ve más nerviosa que yo.

—¿Cómo has estado? —pregunto.

—Bien, los doctores dicen que si todo sigue así en unos días más me darán el alta —sonríe.

—Eso es genial —me siento en un sillón del lugar, ella se sienta en su cama.

—Eres más linda en persona —juega con sus pies.

—Gracias, tu igual eres linda.

—Estoy ganando más peso, Eric dice que me veo mejor que cuando devolvía todo —es una niña muy linda he inocente, y a pesar de su edad, se ve como si fuera mayor.

En puntas (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora