"Dos palabras"

8.5K 556 67
                                    

Todo me sigue dando vueltas, estoy acostada al lado de Sam, llevo una mano a mi cabeza, levanto las tapas y me observo.

Estoy con ropa, es un buen indicio. Por lo menos no hay nada de lo que tenga que arrepentirme. Observo a Sam, él está sin polera, tiene un buen físico, no tan marcado como Eric, pero... —Aquí vamos, ¿otra vez pensando en Eric? — pregunta mi cerebro.

Me levanto de la cama, cojo mis cosas y salgo como puedo de la habitación, intentando no hacer ruido. Camino en puntas y busco a Rosi en la otra habitación, está durmiendo con Eddy.

La muevo en silencio ella abre los ojos, observa a todos lados, le tapo la boca antes que diga algo y le hago un gesto para que me siga.

Salimos del lugar y llamamos un Uber.

—¿Qué demonios pasó anoche? —pregunto mientras esperamos el Uber.

—Tu pelirrojo baila bien, pero Eddy, ¡Dios que hombre! —Rosi se abanica con una mano.

—No me digas que...

—Lleva un par de meses soltero, no creerás que estuve con él sin preguntarle antes.

—Menos mal, ¿recuerdas algo más?

—Pasamos la noche bailando, tú y Sam se perdieron un rato, con Eddy los buscamos y luego llegamos acá. No recuerdo más.

—Rayos —llega el Uber y nos subimos—. No recuerdo nada —parece que tendré que dejar de beber por un tiempo.

—Me bajaré en el centro, necesito mi auto.

—Sí, hablamos más tarde —Rosi se baja, yo sigo en el Uber, llego a mi departamento, saco mis zapatos y camino en silencio a mi habitación para poder dormir.

—¡Enana, me debes una explicación! —Roxane sale de su habitación gritando.

—Ro, mi tía preferida —sonrío nerviosa.

—Nada de eso ¿Dónde demonios estabas? —está muy molesta conmigo.

—Con Sam—admito.

—¿Por qué no respondiste mis mensajes y llamados? Te busqué por todos lados, hasta le preguntamos al estúpido de Eric por ti —ella no deja de mover sus manos y a mi aún me da vuelta todo.

—¿Por qué hiciste eso?

—No lo sé, dímelo tú, yo los vi muy cercanos bailando —se cruza de brazos.

—Solo quiero descansar, es domingo —hago un puchero.

—De esta no te salvas —me apunta con el dedo.

—Prometo que hablaremos, pero más tarde —junto mis manos en señal de rendición.

—¡Ya vete a dormir! —Ro se da vuelta y vuelve a su habitación, camino hasta la mía y me meto en la cama.

Un par de horas después despierto, aún con dolor de cabeza.

—¡Dios! me duele tanto la cabeza, no debí beber dos noches seguidas, no debería seguir bebiendo así —me quejo todavía acostada— creo que debo dejarlo por un tiempo, nada bueno termina pasando cuando bebo.

Cojo mi teléfono y lo enchufo con el cargador, cuando ya tiene un porcentaje de carga lo prendo, comienza a llenarse de mensajes y llamadas perdidas, ¡sí que me llamó muchas veces Ro!

Observo la hora, son las cuatro de la tarde, dormí un montón.

Me levanto, me estiro perezosamente y luego me voy a dar una ducha.

Treinta minutos más tarde salgo del baño, me visto en mi habitación tranquilamente y cojo mi celular nuevamente.

—Al fin te conectas— llega enseguida un mensaje de ¿Eric?

En puntas (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora