"Amor de madre"

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—Melanie, solo quiero que sepas que me agradas mucho, tienes una forma de ser que hace que todos a tu alrededor te quieran. Y me incluyo, acabo de conocerte, pero se ve que eres una buena persona —estoy sentada en una especie de habitación pequeña, como una oficina, pero está llena de cosas de doctor y otras que no reconozco—. Era mi oficina en casa, antes de adoptar a Eric y Gaby trabajaba en el hospital, cuando nos decidimos en adoptarlos comencé a trabajar menos para dedicarme a ellos. Pero creo que no funcionó muy bien. A veces siento que hice las cosas mal con Gabriela, ¿Cómo no lo noté antes? Soy doctora y no noté que mi hija me necesitaba —ella suelta un largo suspiro poniendo una mano en su frente y apoyando la cabeza en su mano. No sé si esas palabras me las dice a mí, o simplemente se está cuestionando, pero de todas formas le respondo.

—No fue mala madre. A veces hay cosas que los padres no ven porque nosotros no queremos que lo vean —a mi mente vienen recuerdos de Ro llorando sola en el baño. Mi abuela jamás lo supo, nunca notó porque ella se quiso ir de Irlanda.

—Gracias por enseñarle ballet, no sabes lo feliz que está. Cada vez que estoy con ella solo habla de eso y de lo increíble que eres. Más aún por estar con Eric a pesar de su forma de ser. Él sufrió mucho cuando niño. Supongo que te lo contó —asiento.

—Lo hizo —ya no estoy tan nerviosa al hablar con ella a solas.

—Lo hubieses visto cuando llegó de urgencia porque lo apuñalaron en el orfanato, me dio tanta lástima que pase por eso. Cuando él despertó, luego de varias horas, tenía miedo, solo preguntaba por su hermana y eso me partía el corazón. Él me vio a los ojos y agradeció que lo haya ayudado, en ese instante supe que iba hacer cualquier cosa por ayudarlo a él y su hermana —se sincera conmigo y lo agradezco. Saber que por culpa de Sam llegó al hospital de urgencia me pone triste, pero si no hubiese sido por eso quizás ellos nunca se hubiesen conocido— ese día que él llegó yo estaba trabajando en el hospital, justo en urgencia infantil, trabajaba en esa área dos veces por semana, él llegó un día de esos. Creo que fue un ángel caído del cielo, ya que yo no podía tener hijos y ellos necesitaban unos padres —sonríe, quizás recordando ese día en que vio a Eric por primera vez— adoptarlos no fue un impedimento, los papeles los hicimos rápido y así de fácil llegaron a casa.

—Eric es una buena persona, al igual que Gaby, ella es tan adorable —sonrío un poco. Luego una tristeza me invade por completo— me hubiese gustado conversar así con mi madre —suelto las palabras antes de si quiera notar que estoy hablando. Busco desesperadamente con la mirada su reacción, sin embargo, ella se ve normal, como cuando comenzamos hablar.

—¿No la conociste? —cuestiona.

—Ella murió cuando yo nací —admito, después de todo que estemos hablando de ella es mi culpa.

—Lo lamento —estira su mano y aprieta la mía. Siento una calidez especial.

—Papá supo salir adelante, así que supongo que es por eso que soy fuerte. Y me siento mal diciendo que algo faltó en mi vida, pero sí, ella faltó en mi vida —mis ojos se llenan de lágrimas, sin embargo, no derramo ninguna.

—Una madre siempre es necesaria. Por eso, cualquier cosa que necesites Mel, estaré aquí —sonríe para tranquilizarme. Cosa que agradezco enormemente.

—Gracias —realmente agradezco que ella me diga esas cosas. Tía Cristina fue como una madre para mí, pero siempre me sentí desplazada por Jazz. Y era lógico ya que ella es su hija biológica.

—Ahora, vamos a lo que vinimos —suelta mi mano y se pone seria. Tiene unas expresiones muy parecidas a Eric, me cuesta trabajo entender que no son familia de sangre.

—Lo que dijo Eric allá abajo, lo lamento tanto. Anoche llegamos cansados y no...

—No me molesta eso —me quedo en silencio— solo quiero saber si ustedes se cuidan —eso fue bastante directo.

En puntas (✔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora