CAPÍTULO 13

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[SIN EDITAR]

No muy lejos de donde los habían cazado había una pequeña cabaña que pertenecía a las dos peliazules.

Todos ellos se encontraban en la gran sala de madera donde había una mesa llena de libros y papeles además de unas cuantas estanterías repletas de objetos y algunas armas.

Levy se encontraba sentada en la mesa examinando la extraña lanza de oro y piedras preciosas mientras, de vez en cuanta, consultaba algunos libros y examinaba algunos papeles a la vez que apuntaba cosas.

Junto al lado de ella, se encontraba Natsu vigilando cada uno de sus movimientos sin perderla ni un segundo de vista.

Gajeel se encontraba sentada de manera despreocupada en un viejo sillón que estaba situado no muy lejos de donde la enana peliazul estaba.

Por otro lado, Lucy se encontraba medio ajena a todo mirando alrededor examinando cada centímetro de la casa, pero sin despegar de nada de lo que pasaba.

  -¿Tenéis sed?- pregunto Juvia con mucha timidez- Puedo traeros algo de beber... o comer si tenéis hambre.  

-No quiero nada que venga de vosotras- dijo Gajeel con un gruñido sin mirarla, ganándose en puñetazo de Lucy y una mala mirada de Levy.

-No seas estúpido- dijo Lucy mirándolo mal para después dirigirse a Juvia que los miraba con los ojos muy abiertos- Muchas gracias Juvia, pero no hace falta.

-Va... vale. Bien.- dijo cambiando la mirada de uno a ostro para después fijar su vista en el pelinegro- Lo siento.

Después de decir eso, se alejó de allí y se sentó en la mesa cerca de donde se encontraba Levy que le lanzo una mirada tranquilizante.

-Vaya... Esto es muy interesante- dijo Levy llamando la atención de todos- Tengo una proposición para vosotros.

Lucy se acercó a ellos quedando junto al lado del pelirosa, quien le dirigió una mirada de reojo, mientras Levy se paraba frente a ellos con la mano extendida.

-¿Tregua?- pregunto Levy mirando con atención a Natsu y a Lucy esperando su respuesta.

Natsu asintió lentamente, pero cuando iba a hablar lo interrumpieron.

-¿Tregua?- pregunto Gajeel exaltado mientras se levantaba de un salto de donde estaba sentado y se acercaba con grandes zancadas a ellos hasta detenerse delante del pelirosa frente a la enana peliazul- Ni sueñes que vayamos a dejar que tú en...

-Vale, vale... Tregua- dijo Natsu colocando una mano en su hombreo mientras lo alejaba unos pasos de Levy al tiempo que le decía en voz baja:- Calmate y no compliques más las cosas.

Levy tenía una mirada mortal clavada en Gajeel, y si no hubiera sido por Juvia esta ya le abría clavado la daga que tenía enganchada a la bota.

Apartando la mirada del pelinegro, soltó un suspiro y volvió su atención a Natsu y Lucy.

-Este diamante- dijo mientras cogía la punta de la flecha de encima de la mesa y la ponía frente sus ojos- la has sacado de una lanza dorada ¿Verdad?

-Sí. Asi es- dijo Nastu asintiendo y mirándola con atención.

Levy asintió con la cabeza como si eso no le sorprendiera y, acercándose a la mesa detrás de ella, cogió un enorme libro con pinta de ser muy viejo y lo puso frente a sus ojos.

-Goblins- dijo la peliazul con seguridad señalando el dibujo de unos pequeños monstruos de color verdoso que se encontraban vestidos con extrañas armaduras y portaban algunas armas.

El cazador de demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora