CAPÍTULO 11

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Fuego.

Eso es lo primero que vio Natsu cuando lentamente y con pereza abrió los ojos con un increíble dolor de cabeza producto del gran golpe que había recibido.

Lentamente su mirada desenfocada se empezó a clarear logrando tener en su campo de visión a una increíble mujer de dorados cabellos, que le caía hasta la mitad de la espalda mientras que el flequillo y nos mechones enmarcaban su rostro, y unos fríos ojos marrones que lo miraban con gran dureza.

Ambos se quedaron mirando hasta que la voz de la mujer irrumpió el tenso silencio.

-Has envejecido- dijo Lucy con voz neutra volviendo a su labor de afilar la daga que tenía en las manos.

-Lucy...- dijo en un susurro casi inaudible.

Natsu, al ver que no estaba soñando y de verdad estaba ahí con él se intentó levantar cayendo en el intento al dándose cuenta de que se encontraba con las manos atadas.

-Te he atado- dijo sin siquiera mirarle dándole más atención a la daga.

-No puedes ser su mujer ¿No?- pregunto confuso Gajeer sin dirigirse a nadie en especial- Su mujer está muerta.

Lucy al escuchar esas palabras dirigió su vista a Gajeel extrañada para luego volver su atención a Natsu que seguía en el suelo incapaz de moverse.

-¿Muerta?- pregunto conteniendo su rabia levantándose del tronco donde estaba sentada- ¿Eso es lo que les has dicho a todos? ¿Qué estoy muerta?

En pocos pasos quedo delante del gran hombre de cabellos rosas

-Pobre buido descorazonado- dijo mientras le cogía con una mano por la barbilla- Esa historia habrá humedecido los ojos de muchas mujeres, quizá algo más que sus ojos.

Natsu con un poco de esfuerzo se levantó viéndola con incredulidad y señalándola con el dedo.

-Tu estas muerta- dijo todavía sorprendido por tenerla ante él- Te vi morir. Esto no es real, no está pasando... Eres ¡Eres un fantasma!

Lucy ante sus palabras rio sin humor.

-Sera que estoy... estoy muerto- girándose a mirar a Gajeel, que también estaba atado a un árbol cerca de ellos, preguntó: - ¿Estoy muerto?

-Estas vivo, aunque deberías estar muerto- dijo fijando seriedad mientras una sonrisa ladeada aparecía en su rostro- Te has golpeado en la cabeza como ¿Seis? ¿Siete? Creo que siete, sí. Siete veces. Un montón.

Natsu sin hacerle caso a lo que decía se acercó lentamente a Lucy hasta detenerse delante de ella que seguía viéndolo igual que antes.

-Esto es...

-Real- dijo Lucy deteniendo sus palabras y pasando una mano por su pelo y mejilla- Muy real- sin dejar de acariciarle la mejilla volvió a hablar- ¿Pensabas que te olvidaría?- hizo una pausa sin dejar de acariciar la mejilla del hombre frente a ella. El que destrozo su corazón- ¿Creías que te perdonaría?

Natsu la miro extrañado por lo que acababa de decir.

-En pie o caído, dijiste. Que nunca me abandonarías, dijiste. Lo juraste- al ver lo cerca que estaban Natsu fue acercándose poco a poco a ella, a sus labios, pero antes de que nada pasara de un empujón lo aparto de ella haciendo que Natsu tropezara con sus propios pies y se apoyara en un árbol cercano- Y luego huiste. Te vi luchar y te vi huir.

"Después de una batalla para intentar escapar juntos, el Rey Zeref creo con su magia una muralla de oscuridad separando a Natsu y Lucy por lados distintos.

El cazador de demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora