Capítulo 03

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Vuelve a mí

Han pasado dos semanas y media desde que salimos del edificio de Eva. Mi herida a sanado bastante rápido, al igual que Víctor se ha recuperado. Nos hemos mantenido dentro del bosque, siendo discretos, manteniéndonos invisibles ante cualquier peligro, pues aún no estábamos preparados para enfrentarnos a lo que sea que haya ahí afuera.

Durante nuestra estancia aquí, Broke, Víctor y Emma, se han turnado para dar un recorrido asegurándose de que estemos a salvo, varias veces intente unirme, pero ninguno de mis amigos dejó que eso pasará.

Sin embargo, esta noche hemos decidido que ya es hora de partir, así que lo haremos al amanecer, por lo que podremos descansar un poco más por ahora.

Víctor se sienta junto a mí, frente a la fogata que el mismo creo hace unos minutos.

—¿Cómo estás?

Suspiro sin apartar mi vista del fuego —No lo sé — confieso.

Desde que llegamos aquí ninguno ha hablado de sus emociones, de sus sentimientos o como se sienten al respecto, nos hemos esforzado por ocultar todo eso bajo la capa de jóvenes valientes que solo planean como atacar a Eva y acabar con su imperio.

Me abraza —Se que no hemos hablado al respecto y lamento no haberme acercado a ti antes, se lo difícil que es tener que asimilar y resignarse a esto.

Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas que no había llorado, lágrimas y sentimientos que había reprimido desde lo que pasó. Lo miro y miro su dolor a través de sus ojos, veo esa misma lucha constante que tiene consigo mismo, de decir que podemos seguir adelante y que lo lograremos, la misma lucha que llevo dentro de mi cada día.

—También me duele — confiesa con la voz a punto de quebrarse.

Me acurruco nuevamente en sus brazos, los necesito, necesito sentirme en casa, segura al menos durante un momento, antes de volver a la realidad, antes de seguir pensando en mi hermano, en mi padre, en cómo le diré que mi madre ya no está, que no pude hacer más por ella, ¿Cómo podrán perdonarme?

—Lo sé... — susurro —. Lo sé.

—Hija — susurra una tierna y dulce voz cerca de mi oído —. Alex, despierta.

Suelto un quejido y giro sobre mi lugar sin molestarme en abrir los ojos.

—Alex, vamos hija, tienes que despertar — repite la misma voz.

—¿Mamá? — murmuro mientras abro levemente los ojos, logrando distinguir una silueta femenina frente a mí.

—Si mi amor, soy yo.

—¿Estás aquí? — susurro con dolor.

—Estoy aquí.

Siento una leve brisa pegar en mi pecho y abro los ojos, viendo solo árboles y a mis amigos dormir a mi alrededor. De pronto, el dolor vuelve, al saber que fue tan solo un sueño, al recordar que mi madre jamás volverá.

Me pongo de pie con dificultad y camino a la mochila que pudimos rescatar, junto a algunas botellas de agua. Antes de poder llegar a mi destino, me detengo al escuchar extraños ruidos detrás de mí. Con cautela examino todo mi alrededor, pero no hay nada más que arboles acompañándome. Regreso mi vista al frente para continuar mi camino, pero algo salta sobre mí, impidiéndome una vez más avanzar.

Caigo al suelo de inmediato, el impacto del suelo duro me hace estremecer, pero el miedo no aparece hasta que el olor a muerte llega a mis fosas nasales. Comienzo a forcejear, luchar, intentando llevar mi cara hacia arriba, pero el peso del monstruo sobre mí me deja muy pocas opciones.

—¡Oye tú! — grita Broke.

El zombie de inmediato se quita de encima lanzando al aire un desgarrador grito. Me giro y logro ver al zombie lanzarse sobre Broke, quien utiliza solo una rama como su arma. Sin pensarlo, me levanto y mientras corro a ellos, tomo una rama y me lanzo sobre la espalda del zombie, colocando la rama en su cuello, tirando de ella hacía atrás.

—¡La mochila! — le ordeno a Broke, quien rápidamente se pone de pie y corre a esta mientras yo continuo encima del zombie, tratando de darle a Broke el tiempo suficiente para que tome un arma y acabe con esto de una vez por todas.

El zombie hace un movimiento brusco, llevándome al suelo y luego, un disparo. Mantengo los ojos cerrados, ocultando mi rostro entre mis brazos y el suelo, tratando de eliminar la imagen de mi madre en mis brazos, cubierta de sangre, con su mirada perdida, con su alma abandonando su cuerpo.

—Alex —susurra la voz de Víctor cerca de mí.

Abro los ojos de inmediato y lo veo, a centímetros de mí, sin tocarme, pero transmitiendo tanta paz a través de sus ojos. Me abalanzo hacia él y enrosco mis brazos en su cuello, sus brazos me envuelven y protegen del exterior, y de mí misma.

Las horas han pasado rápido, mientras que el camino parece hacerse más largo. Nadie ha dicho una sola palabra, ni siquiera Víctor, quien ha caminado muy cerca de mí desde que emprendimos nuestro camino.

Se que se ha dado cuenta de cuan mal la estoy pasando, de lo que me ha estado haciendo desde que ocurrió, pero, no puedo permitirme parar, darme un tiempo para sanar, simplemente no puedo, hay cosas mucho más importantes que hacer en estos momentos.

—Necesitamos un auto — dice Broke desde atrás, rompiendo el silencio —. Entraremos a la ciudad dentro de poco y no tenemos armas suficientes, moriremos si no conseguimos una ventaja.

Suspiro y me detengo —Tienes razón. Yo iré a buscar uno.

—No iras sola — reclama Emma en segundos.

—Nadie se queda atrás — agrega Víctor.

Me giro sobre mis talones. Todos me miran con el ceño fruncido, evidentemente desaprobando mi decisión.

—Debemos trabajar en equipo, ustedes busquen un refugio, lo necesitaremos, yo los encontrare una vez que tenga el auto.

—Nadie debe quedarse solo, es mucho riesgo — recrimina Emma.

—Yo iré contigo — dice Broke con la voz entre cortada.

Niego —Dije que iré sola.

Se abre camino con dificultad hasta llegar a mí. Me toma del brazo con fuerza, como si estuviera sosteniendo. La miro con el ceño fruncido sin entender.

—Necesito ir contigo... por favor — suplica.

Su rostro esta sudado, su respiración es agitada, incluso luce pálida, exhausta, pero en sus ojos deslumbra un intenso brillo que me suplica que cumpla su pequeña, tal vez incluso insignificante petición.

Asiento confundida —Bien.

Baja la mirada y suelta un suspiro de alivio. Retrocede y recarga su espalda en un árbol manteniendo su vista en el suelo.

—Bien, aquí nos separamos — digo.

Víctor se acerca a mí con cautela, mirándome tiernamente. Sus manos toman delicadamente las mías mientras sus ojos observan nuestro contacto.

—Por favor... vuelve a mí — suplica.

Sus palabras retumban en mis oídos y se clavan en mi corazón, justo en lo más profundo, de donde ya no se puede salir.

Alejo una de mis manos con delicadeza y levanto su cabeza —Volveré, lo prometo.

Sonríe y asiente antes de alejarse y emprender su camino junto a Emma.

Una vez que desaparecen entre los árboles, me acerco a Broke y me pongo en cuclillas frente a ella.

—¿Estas bien? — pregunto con preocupación.

Asiente sin mirarme —Si, estoy bien.

Zona cero: Entre sombras©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora