• Perspectiva de Nathan •
Un terrible dolor de cabeza punzante hizo presencia en cuanto recobré consciencia. Los pájaros cantando afuera fueron los que me habían despertado y los insulté mentalmente por unos instantes. ¿Por qué tienen que cantar a esta hora? Son molestos, no tienen motivo aparente y, según yo, solo lo hacen por la...
—Mañana. —musité en voz alta, abriendo los ojos de golpe y viendo el sol pegar contra las cortinas de la ventana.
Mi cabeza pesaba y daba muchas vueltas, lo cual causó que me fuera difícil levantarme por unos minutos más en los cuales contemplé el techo. Miré directamente a mi reloj: 7:23 am del día siguiente. ¡¿Qué?! Había dormido por casi un día entero.
—Mierda. —por fin me enderecé, y en seguida, unos ronquidos me respondieron.
Volteé al sillón y ahí estaba la razón: Graham, quien, al parecer, se había resignado a dormir en el incómodo sofá. Es lo justo, ¿no? Un día le toca la cama y el siguiente el sillón.
O mejor yo todos los días la cama.
No recordaba mucho del día anterior, sólo el hecho de haberle reclamado que vino a verme al hospital. Sin embargo, una sonrisa se me dibujó al verlo dormir de esa forma tan peculiar que tiene: con el brazo derecho colgando, sábanas por si ni un lado y boquiabierto... Era simplemente ridículo, pero se notaba que estaba cómodo.
Vi mi celular en busca de un mensaje de Vic, pero fue inútil. Me había borrado de todas las redes sociales existentes; tal vez hasta de Snapchat aunque ni cuenta tengo. Negué y decidí tragarme el dolor. La doctora me había sugerido mantenerme alejado de cualquier tipo de situación que pudiera estresarme o entristecerme, y ese era el único de sus consejos que pensaba seguir. La idea de tener un día libre de problemas y de pura diversión hizo que tecleara un mensaje simple pero directo al grupo de mis amigos: "Hoy. 8:00 pm. Vortex Club. Yo invito todo." Sin pensarlo dos veces le piqué a "enviar". Me sentía motivado y con muchas ganas de distraerme. De pronto, un olor desagradable proveniente de mi propia playera me interrumpió. Empecemos por una ducha.
• Perspectiva de Warren •
Desperté con una torcedura en mi espalda y en mi brazo derecho por haberlo aplastado al dormir en el incómodo sofá, después de que el señorito Prescott se desmayó sobre la cama la tarde anterior y no volvió a despertar. Dios, ese chico no deja de sorprenderme cada día, ya sea para mal o para peor.
Extrañamente, subí ambas comisuras de mis labios al acordarme de lo tranquilo y despreocupado que se veía cuando se había acercado a mí y me había tomado las mejillas con ambas manos. Estaba muy drogado, pero no quitaba el hecho de que parecía estar más en paz y alegre que cuando estaba sobrio. Luego, sus ojos vinieron a mi mente: tan azules y profundos...
—¿En qué piensas? —Max me sacó de mi nebulosa de pensamientos repentinamente.
—En nada. —se me cayó el gesto en seguida y enfoqué mi vista en mi trabajo de clase.
—No me mientas, sonreíste como bobo; te ví. —me dio un codazo para llamar mi atención—. ¿O es un "alguien" quien ocupa tu mente? —repuso interrogando de forma divertida.
—Solo me acordé de un chiste. —mentí y me encogí de hombros sin darle importancia.
—Lo que digas. —me dedicó un ruedo de ojos—. ¿Escuchaste sobre la fiesta?
—¿Qué fiesta? —la miré de reojo mientras me concentraba en escribir las ecuaciones químicas del pizarrón.
—Habrá una fiesta hoy en la noche, organizada por el Vortex Club.
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You didn't have a clue
FanfictionWarren Graham, el típico chico inteligente, amante de los videojuegos y geek tiene que compartir habitación con su polo completamente opuesto, Nathan Prescott, el típico chico rico, egocéntrico y el más nefasto de todo Blackwell. ¿Qué podría pasar? ...