Whyd you only call me when youre high?

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Día tres.
Songfic.
Law x Sanji, Sanji x Law.

Why'd you only call me when you're high?

Me niego a terminar esta noche sin ti a mi lado, pero tú sólo respondes mis mensajes con un "¿por qué solo me llamas cuando estás drogado?".

~
A una hora desconocida de aquella noche, recuerdo haberme separado del meollo para ir al baño solamente a verme al espejo. Recuerdo también que no era una noche muy diferente; típica fiesta repleta de adolescentes con deseos de idiotizarse con sustancias no buenas para sus cuerpos. Pero, claro, yo no era una excepción. Los porros enrollados a mano que había llevado Usopp ese día estaban deliciosos. Y claro que a Nami nunca le habría rechazado aquellos tantos shots de quién sabe qué mierda.

Levanté la cabeza encontrándome a mi mismo al otro lado de la pared. La imagen del espejo me decía que ya era hora de irse a casa, pues, aunque lo intentaba, ya ni siquiera podía quedarme quieto frente a mi reflejo. Y cuando lo logré a duras penas... me sonreí aunque mi cara se sintiera entumecida.

¿Irme a casa? ¿Tan temprano? No, claro que no. El ambiente afuera tenía para rato y primero muerto que perdérselo. Pero... ¿dónde estabas tú? Eras una de las razones por la que me encontraba ahí ese día y nuestra conversación no fueron más que estupideces. Prácticamente no quería irme porque no estabas a mi lado y no quería que te quedaras con esa idea de mi. Ahora sabes lo que me gustas, ¿cierto? Ahora sabes por qué esa noche actuaba tan raro, ¿verdad? Pues después de que salí del baño creí haberte visto irte cargando tu saco y yo, idiotizado por todo lo que estaba pasando, decidí convencerme que esa noche había sido otro de mis sueños en los que me encontraba contigo.

Porque creía haberte hablado más temprano esa noche y, según recuerdo, no había resultado muy bien. ¿De verdad te dije todas esas cosas? Sí que soy estúpido, Law, debes saberlo.

Me acerqué a la gente de nuevo y Usopp me preguntó por ti. Parecía preocupado, pues aunque estaba bajo la influencia de la mariguana, no mostraba su característica sonrisa de junkie jovial, solo ojos rojos y cara larga. Ahora todo parecía tan fantasioso y nublado que hasta era fácil recordar los momentos contigo en formato de que nunca pasó, que todo me lo había imaginado. Pero la pregunta de Usopp me hizo entrar en razón un minuto, memorando lo que creí había imaginado pero que, sin embargo, todo comenzaba a decirme que fue verdad.

Antes de que la cosa se saliera de control, me encontré un refugio en un lugar oscuro a prueba de ruido para llamarte. Hablábamos la misma mierda sin sentido, o bueno, yo lo hacía.

—¡Necesito un compañero! —te grité a través del teléfono y tú solo reíste, así que continué con mi ridículo monólogo—. Bueno, ¿vas a salir esta noche?

No respondiste, sino que apareciste frente a mi de pronto. Tan alto, maduro y guapo que te veías, yo ni siquiera podía con mi existencia en ese momento y todavía me sonríes así, en la penumbra del callejón solamente iluminado por la farola de al final de la calle y, ahora, por tu presencia también.

Si no hubiera tenido nada de alcohol encima en ese momento, quizá no te habría seguido el juego. Pues te me acercaste y te tomé de la mano para llevarte adentro. Saludaste a todos en un minuto y volviste conmigo inmediatamente. Nos sentamos apartados de los demás y prendí un cigarrillo ya cuando nos acomodamos en nuestro rollo. Me hablabas de tu día, la universidad y como cada vez se hacía más difícil hacerte tiempo siquiera para dormir. Yo quería decirte algo mucho más importante: que me gustas. Sí, era la noche y el momento indicado para hacerlo, pero se hace cada vez más difícil hacerte escuchar mientras sigo bebiendo.

Maneras de ir al cielo o caer de él.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora