33 Tus refuerzos vienen tarde para salvarte

311 49 27
                                    

Cuando la abro los ojos, la imagen que tengo frente a mí es un tanto borrosa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando la abro los ojos, la imagen que tengo frente a mí es un tanto borrosa. Siento los párpados pesados, un dolor intenso en los brazos, y un olor asqueroso que envuelve mis fosas nasales. Me siento un poco aturdida.

Intento frotarme la cara, pero me percato de que tengo los brazos atados por encima de mi cabeza. Entonces, como un jarro de agua fría, mi mente se despeja de golpe.

Me cago en la puta.

Lo recuerdo todo. Recuerdo la boda, el caos, la muerte de Dakota...

Dios... Dakota.

Me muerdo el interior de la mejilla cuando siento que la pena, el dolor y la lastima se aferran a mi pecho. No puedo permitirme ser débil ahora. No. Sacudo la cabeza como puedo y me aclaro la garganta en cuanto siento el nudo del llanto intentado abrirse paso.

- Hey, estás despierta - la voz de Derek llega a mis oídos. Giro levemente la cabeza, tampoco puedo moverme mucho más. Mis pies están sobre el suelo, pero tengo los brazos totalmente estirados hacia arriba y atados por las muñecas.

Y lo veo... Lo veo magullado, en la misma posición que yo, y una sonrisa torcida que intenta disimular la incomodidad de nuestra situación.

- Ya era hora de que despertases. Se me están empezando a acabar las ideas de cómo salir de aquí - bromea, a medias.

Miro a mi alrededor, ahora que mi visión está aclarada, veo la mugrienta habitación en la que nos encontramos. Por lo poco que puedo ver, no hay nada. Solo paredes cubiertas de graffitis, mugre, y una puerta oxidada frente a nosotros. Vuelvo a mirar a Derek, sus manos, y la cadena putrefacta que los amarra y queda enganchada mediante una especie de garfio carnicero, a un tubo de... ¿gas?

- ¿Dónde coño estamos?- pregunto, más para mí, que para nadie más.

- No tengo ni idea. Pero esto da mucho asco - se zarandea bruscamente, en un vago intento por salir.

Menudo zángano. Me burlo en mi fuero interno.

Aunque en realidad no sé quién es más tonto: si Derek por intentar soltarse así, o el idiota que se ha creído que con esta mierda podría retenerme.

No me da tiempo a pensarlo. Ni siquiera termino de reírme internamente, cuando un grito desgarrador se escucha a través de las paredes.

Es un grito horrendo, de esos que hacen que se te congele la sangre, y te paralices por completo.

- ¡Habla!- escucho una voz que me es familiar, aunque no sé de qué.

Otro grito desgarrador retumba desde quién sabe dónde.

Un momento...

- ¿Jhon?- lo llamo, esperando escucharlo a mi alrededor.

- No está, pequitas. Se lo han llevado junto con Thomas.

Norah Fox Donde viven las historias. Descúbrelo ahora