Detalles.

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Cada día él descubría pequeñas cosas sobre ella, detalles que cualquiera pasaría por alto.

Descubrió que le gustaban los narcisos, que observaba a la gente cuando esta no se daba cuenta, que le gustaba el mar en invierno, pero no en verano, o que le gustaba más el brazo izquierdo, y docenas de  pequeñas características que la diferenciaban, y que a él le fascinaban.

Ella sonreía, y lo hacía sinceramente, como antes había hecho.

Hablaban y caminaban, escuchaban música y reían y se miraban como no lo hacen los amigos.

Se sentía bien con él, se sentía como si pudiera con cualquier cosa.

Pero se dio cuenta de que no podía con todo.

Otra historia más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora