Otra historia más.

Ella.

Ella era como otra cualquiera, con sonrisas por el día, lágrimas por la noche.

Solo que sin sonrisas.

Ella solo tenía sus libros, siempre sus libros.

Porque los amigos van y vienen, nunca se quedan, ella lo aprendió a la fuerza, porque la familia se dice que siempre estará contigo, ella descubrió que no. Pero los libros, en los libros por mucho que llores siempre puedes volver a la parte feliz, simplemente siempre puedes volver a ellos.

Ella había tenido una infancia difícil, bueno, para qué mentir, apenas había tenido infancia, había tenido que crecer demasiado deprisa, había tenido que ser fuerte cuando ni siquiera lo tendría que haber sido.

Por eso ella era así, fría como el hielo, sin mostrar sus sentimientos, sin dejar que nadie traspasase esos muros que había construido.