-A ver, ya, me rindo -reacciona Christian al ver que su chiste no causó ninguna gracia a su primo hermano Raúl-. ¿Qué pasa contigo? Lo del ascenso te tiene tenso, nervioso, eso lo entiendo, pero, ¿hasta cuándo?
-Christian, es que trabajé por esto más que por cualquier otra cosa en mi vida, y ahora que está a la vuelta de la esquina, con más posibilidades que cualquier otro candidato, no sé qué pensar, ni siquiera sé cómo me siento.
-La verdad, no sé qué decirte. Pensé que estarías emocionado, quizás, pero lo que veo no se parece a eso, y estás dejando que te domine, Raúl, y tú no eres así.
Raúl se levanta de su asiento y camina hacia la ventana de cristal. La vista desde el séptimo piso hace que todo se vea más pequeño. Antes, esto solía calmarlo, pero últimamente nada aplacaba su ansiedad y sus nervios. Había trabajado mucho para conseguir lo que se aproximaba, pero al estar tan cerca, se le hacía abrumador.
-Te fue excelente en la evaluación.
-Sí, eso sí. Es solo que... la entrevista es mañana y no me deshago de este nudo en mi garganta. También tengo un extraño mal presentimiento y ni siquiera sé por qué.
Su mente se perdió en la vista del exterior. La lluvia esa noche era feroz; por cómo se escuchaba, golpeaba con fuerza. Christian, al ver que no había forma de cambiarle el ánimo a su primo, decide dejarlo pensar.
-¿Qué hora es? -pregunta Raúl luego de unos minutos de silencio.
-Las 9:30 p.m. ¿Ya te vas?
-Sí, trataré de dormir temprano.
-¿No vas a cenar? Stefany se esmero en hacer la cena hoy porque estabas aquí.
-No tengo hambre, pero dile que muchas gracias.
Empezó a recoger sus pertenencias (un portafolios, celular y llaves del auto), se dirigió a despedirse de Christian y luego al ascensor.
Conduciendo de camino a casa, no dejaba de pensar en por qué se sentía así. Una parte de él se sentía con todo el potencial para ese puesto en la empresa, pero todo lo demás se ahogaba en sensaciones negativas. No sabía si era miedo, aunque se parecía mucho y sería válido ante una nueva responsabilidad con destino totalmente desconocido para él, pero también podrían ser dudas, aunque no eran aceptables después de haber trabajado tan duro. Cuestionar si era capaz de hacerlo, si se lo merecía, o si era realmente lo que quería.
Se perdió tanto dentro de sí que solo sintió el gran golpe que lo hizo reaccionar y frenar de golpe. Delante se veía un bulto en el suelo, una presión en la cabeza, la respiración de repente sofocada, un sabor extraño en la boca y los latidos acelerados, no le dejaban pensar.
-¿Estará muerto?... Dios, he matado a alguien!
Los vehículos empezaron a detenerse, las personas se salían de los autos y se acercaban al bulto. En menos de 5 minutos ya había más de 15 personas amontonadas. Alguien se acercó al auto y lo hizo salir del shock. Tuvo que salir del auto y, despacio, aun sin pensar, empezó a caminar hacia eso tirado en medio de la calle.
Se percató de que era una mujer y que, por toda la sangre que se apreciaba a pesar de la lluvia y la posición de la cabeza, ya estaba muerta.
Se llevó las manos a la cabeza. No sabía qué hacer o decir. Llovía de forma exagerada, sus piernas fallaron, cayó de rodillas al piso y ahí se quedó hasta que llegó la ambulancia y la policía.
Se llevó las manos a la cabeza. No sabía qué hacer o decir. Llovía de forma exagerada, sus piernas fallaron, cayó de rodillas al piso y ahí se quedó hasta que llegó la ambulancia y la policía.
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Cuentos: Tiempos de lluvia.
Conto📚Colección: 🌧Tiempos de lluvia⛈ 🔞 No son cuentos para niños. 🗓Publicado en Febrero 2018. Esta es una recopilación de cuentos de autoría propia, seleccionados en base a su escenario y contenido para formar parte de esta colección. ⚠️Contenido par...