Ellos Ya Vienen.

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—Ali, hija, ¿no vas a cenar? —gritaba su padre desde las escaleras, luego se acercó a la puerta de su cuarto y tocó varias veces, pero no obtenía ninguna respuesta— Vamos hija, tu madre me ha dicho que tampoco has bajado a comer.

Su padre había pensado que quizás se había quedado dormida, la pobre no hacía más que llorar después de lo que había sucedido, pero después de tanto llamarla y tocar su puerta le nació la impresión de que solo lo estaba ignorando, después de unos segundos el padre, decidió abrir la puerta para entrar. Se acercó a la cama, caminó despacio y con cuidado para no tropezar con algo en la oscuridad del cuarto. Ella tenía la sábana a un lado y le cubría una pierna, así que el padre la tomó y la cubrió completa, pero... estaba fría, húmeda, el padre lo notó de inmediato con sólo un rose. La volvió a palpar, y sintió cómo su cuerpo estaba mojado ¿Sudor? De pronto, dominado por un impulso, y una extraña sensación que aceleró su corazón de golpe, empezó a dar ligeras palmadas en su hombro y al ver que ella aún no reaccionaba, desesperado empezó a gritar su nombre, luego llamó a su esposa diciéndole que su hija no reaccionaba.

En menos de 5 minutos se reunieron todos en la habitación, un primo que se quedaría esa noche en casa se atrevió a colocar su oído en el pecho de Ali y de inmediato avisó que aún latía su corazón, aunque levemente. En seguida se arrepintió de haber dicho aquello ya que luego le nació el pensamiento de que quizás lo imaginó.

La ambulancia llegó y de inmediato le dieron auxilio, una paramédico advirtió del frasco de pastillas que tenía Alisha en la cama, la llevaron a la clínica y los padres la siguieron, desesperados y a la vez con un poco de esperanza. Unas horas después un doctor salió a dar noticias.

—Ya está estable —dijo y todos los que esperaban junto a los padres daban gracias y suspiraban dejando salir el susto.

—¿Qué fue lo que pasó, doctor? —preguntó la madre secando lágrimas de su cara.

El doctor tardó en responder, quizás pensaba en cómo decirlo, pero, tenía que decirlo en ese momento.

—Intoxicación, una mala dosis de un fuerte somnífero. Logramos limpiar su estómago de lo que quedaba, y contrarrestar lo que ya había en su sistema sanguíneo. Está débil, aún no despierta, pero se pondrá bien.

La mayoría no pensó en lo que habían escuchado, solo le pusieron atención a la parte de que estaba bien y que se iba a poner mejor dentro de poco. Tenían claro que sería una larga noche, a la gran mayoría no le permitieron quedarse, pero estarían, desde casa, al pendiente de todo.

Esta era una familia de 5 hermanos, 5 personas totalmente diferentes, gustos y pasatiempos diferentes, por eso ni se llevaban bien entre sí, los padres solo eran dos personas que vivían en la misma casa y dormían en una misma habitación, el padre trabajaba todo el día, y la madre era una ama de casa que se la pasaba entre la cocina y el jardín todo el día. Ni siquiera habían notado que aquellos niños ya no eran unos niños.

—No sabía que Ali tenía problemas para dormir —dijo Alan el hermano mayor a todos los demás mientras conducía a casa, no sabía qué más decir—. ¿Les había dicho algo a algunos de ustedes? —preguntó y nadie dijo nada, miró por el retrovisor para percatarse que estaban despiertos— Les pregunté algo.

—No, Alan. Yo no sé nada —dijo Cindy quitándose sus auriculares y se los volvió a poner.

—No, yo tampoco —dijo el más pequeño—, ya ni sale de su cuarto.

—Lo volverá a intentar —dijo Cindy como si aquello no fuera nada en lo absoluto.

—Cindy —le reprendió Alan con la mirada.

—¿Qué? Sí sabes a lo que me refiero, también sabes que tengo razón.

Después que todo aquello había pasado, Alisha había quedado bajo licencia médica por unos días, así que se la pasaba en casa, en su habitación, leyendo, escuchando música, tratando de evitar su celular, redes sociales, mensajes, noticias, todo aquello que pudiera recordarle todo aquello que se hablaba de ella, no quería saber, pero sabía que se decían cosas, aquel maldito vídeo se había esparcido como un virus entre todos sus conocidos, familiares, amigos, y un montón de gente de los que no sabía ni sus nombres. 

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Cuentos: Tiempos de lluvia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora