Desde que el día comenzó, le fue de la patada. Lo despertó ese estúpido gallo del vecino de Sol, se dio una ducha de agua helada gracias a que el calentador se averió y cuando intento arreglarlo casi se queda sin cejas. El autobús lo dejo, así que tuvo que tomar un taxi junto a una pareja que iba directo al hospital, pues su bebé estaba a punto de nacer.
Así que llego tarde, ganándose una charla motivacional del director Rodríguez sobre no desperdiciar su tiempo o se quedaría ahí por siempre. (Gracias, eso solo lo estresaba aún más)
Sus preciadas gomitas se habían quedado atoradas en la maquina expendedora y bueno, al menos había terminado las pequeñas piezas de la pulsera "Baymax" Quizás debia buscarle otro nombre, ya que ese no era muy original.
Todo su terrible día valdría la pena cuando lograra ensamblar las diminutas piezas con éxito; se repetía constantemente mientras bebía un café cargado y caminaba a la casa de Sol, quien probablemente le volvería a reprender por no almorzar apropiadamente, a veces le recordaba a su querida Tía Cass.
Así que después de comer lo que Doña Sol llamo "Enjitomatadas" volvio a encerrarse en su habitación para trabajar.
Todo iba de maravilla hasta que llegó Miguel quejándose y tirándose al suelo con dramatismo, se limito a rodar los ojos y continuar acomodando las piezas, cada una en su lugar correspondiente. Wasabi tenia razón, cuando las cosas encajaban perfectamente era hasta cierto punto relajante y... Ahí estaba otra vez el quejido del Rivera.
Se volteo con enfado quitándose las gafas con un exagerado aumento -¿Que te sucede?-
-Voy a tener examen de algebra, ¡No es justo arroz! Hoy no tenia ganas de hacer un algo- dramatizo de nuevo haciendo un puchero, Dante soltó un chillido de lamento mientras bajaba las orejas.
Hiro cerro los ojos, reprimiendo el impulso de decirle una grosería; opto por mejor volver a su trabajo.
El moreno resolló indignado con una mano en su pecho al verse ignorado, muy bien estudiaría sin el típico "¡Si se puede Miguel!" que le daba su familia pero aparentemente no ese cabellos de maguey. Podía hacerlo, no era tan difícil ¿Verdad? Si hasta el baboso de Abel pudo hacerlo para terminar la preparatoria el también podía. Muy bien Miguelito, esas motivaciones rifan.
Bien, entonces 21 - 6x = 27 - 8x
-Achis... ¿Desde cuando las matemáticas tienen letras?- mascullo ladeando la cabeza y sosteniendo el libro con descuido.
El mayor volvio a gruñir desde su lugar -Cállate ya Miguel- el mencionado hizo un puchero y lo imito con voz chillona mientras movía la mano como si esta hablase.
Ok ahora si ya se iba a concentrar. Lo juraba por su papá Héctor; Y ya tocando el tema ¿Como estará? ¿En el mundo de los muertos habrá escuela? ¿Qué aprenden? ¿Sobre alebrijes, sobre las propiedades del cempasúchil? Quizás a ellos ya les importaba un cacahuate las matemáticas.
-Oye arroz, ¿Crees que existan escuelas en el más allá?- Cuestiono con asombro en su voz.
-¡Shut up Miguel!- Advirtió irritado señalándole con una mano sin mirarle realmente, mientras con la otra buscaba una llave.
Ah si... Se supone que estudiaba ¿verdad? Ay estaba bien menso.
-Ahora si güey concéntrate- Se reprendió a si mismo tomando con determinación el libro ante la atenta mirada de Dante, que había entrado a la habitación sigilosamente para que Sol no lo sacara (Con eso que la mujer detestaba a los caninos) -Esta expresion es una ecuacion, que se verifica solo para determinados valores de las incognitas...- No pos que interesante, no entendía ni madres, pero muy interesante.
