Capítulo 6. Se llama interactuar

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Gracias a Hiro y los mendigos videítos, se había vuelto bastante popular. Sus compañeros de clase le admiraban y le mostraban algunas cosas que hacían su pequeño sequito de fans que aún estaba en constante crecimiento. Había imágenes graciosas de él y edits de sus videos. Todo gracias al pelos de cabrilla; realmente eso de grabar su talento había sido una buena idea que estaba rindiendo frutos, si seguía así muy pronto seria tan famoso como su abuelo.

Bendito Internet. Bendito Hiro.

Aún así había un problema que le daba dolor de cabeza, y era que no quería ser un pony de un solo truco. Tenia que experimentar con otros géneros y otras formas de música. También había comenzado a considerar empezar a escribir sus propias canciones ¿Era un Rivera no? Quizás todos llevaban ese talento dentro

Mientras pensaba en que canción cantaría esa vez, Socorro chillaba emocionada en el borde de la cama mientras jaloneaba el cabello lacio de Hiro y le pasaba el cepillo.

Ah claro, pues Hiro estaba ahí sentado a los pies de su cama. Resulta que Doña Sol siempre tenia visitas los sábados de toda su familia lo que provoco que Hiro tuviera un ataque de nervios por ver tanta gente en la casa que le bombardearon con montones de preguntas y opto por mejor huir antes de convivir con el familión de Sol.

El nipón había creído que Sol era alguien solitaria, pues no se había casado ni tenia descendencia; no se esperaba que tanta gente la quisiera y le visitara constantemente. ¿Acaso Hiro no sabia que en México era común tener una amplia familia aunque no fuesen precisamente de sangre? Lo importante aquí era que Hiro decidió huir con él, por alguna razón que solo un omnisciente sabe.

Y eso los llevaba a esa situación, donde Hiro era peinado y maquillado por las infantiles manos de Socorro y Miguel miraba todo con una sonrisa burlona.

-Auch- mascullo el ameri-asiatico al sentir como le jalaban del cabello para trenzárselo otra vez

-Vas a quedar bien chulo- menciono con burla Miguel mientras fruncía los labios; Hiro le dedico una mirada asesina entonces con una mano cubrió los ojos de Socorro y con la otra le enseñó el dedo corazón al joven músico.

Miguel le saco la lengua juguetonamente entre risas mal disimuladas. Siguió dándose golpecitos con su dedo índice buscando inspiración de algún lugar, aunque era difícil con los suaves quejidos de Hiro y los balbuceos de Socorro. Ese hoyuelo en su mejilla apareció cuando sonrió ante aquella escena del joven Hamada quedándose quieto para que su hermanita jugara con su alborotado cabello. Era una imagen tan tierna.

-Si tomas una foto durara más- gruño Hiro para después mirar como la hermanita de Miguel le decoraba las trenzas con lazos de colores y ligas con mariquitas y abejas.

-Ay no aguantas nada- se quejo el latino mientras bufaba -Hoy quiero intentar algo nuevo- Anuncio tocando un par de cuerdas al azar mientras miraba el interesante techo de la habitación

Hiro trato de darle su mejor sonrisa a Socorro luego de que esta le diera un espejo para que viese la "obra maestra" en su cabello -Esta bien, pero si comienzas a cantar algo urbano me lanzare por esa ventana... Lo juro- estrujo los ojos en señal de que hablaba en serio.

El latino resolló indignado mientras golpeaba su pecho exageradamente -Me pinches ofendes, yo soy un hombre con buen gusto- Hiro soltó una risilla mientras negaba y comenzaba a jugar con su teléfono; Miguel aclaro su garganta y comenzó a cantar -¡Laaaaaa! La cucaracha la cucaracha ya no puede caminaaaaar... Por que le falta, por que le falta...- Hiro alzo la mirada y una ceja completamente incrédulo, Socorro se dio un facepalm.

El nipón rodo los ojos y le lanzo una almohada, Miguel juraba que esa era puntería Rivera. Atino a soltar un quejido mientras revisaba meticulosamente que la guitarra no se hubiese dañado -Eres un idiota Miguel...- murmuro Hiro mientras pellizcaba el puente de su nariz

Amorcito CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora