Capítulo 4.

65 10 0
                                    

—Mi resaca es jodidamente gloriosa. —celebra Hunter tomándose la cabeza con ambas manos mientras se sienta en uno de los taburetes de la cocina.

—Fue una noche gloriosa. —apunta West pasando sus manos por mi cadera, aprovechando el hecho de que mi hermano se encuentra de espaldas preparando el desayuno.

Me estremezco ante su tacto.

—¡Desayunemos!—encuentro la posibilidad de saltar lo más lejos posible de West, así que lo hago, arrepintiéndome al instante de hacer un movimiento tan brusco. Mi cabeza me iba a matar.

Una vez mi hermano había servido cereal para todos, tomamos asiento en la isla de la cocina. Todos comíamos en completo silencio, con la cabeza metida en el tazón, incapaces de vernos a la cara.

La tensión en el ambiente casi podía tocarse.

—¿Qué pasó en esa fiesta? —inquiere Liam con la suficiente seriedad para que West, Hunter y yo levantemos la vista de golpe.

Hunter mira a West. West me mira a mí y yo a Hunter. Nuestras caras nos delataban de principio a fin. Todos recordábamos con pelos y señales todo lo que había pasado la noche anterior, definitivamente.

Liam nos ve con una ceja alzada. No era normal que estuviésemos tan callados y compartiendo miradas de pánico. Entré en un colapso al pensar que nos había descubierto, pero entonces, mi hermano vuelve a abrir la boca.

—Sé lo que pasó anoche.

Mi corazón casi sale de mi pecho y es imposible contenerme. Comienzo a toser como loca y me pongo de pie para caminar hacia el fregadero, en donde me sirvo un vaso con agua. Les doy la espalda por completo. Simplemente no puedo darle la cara a mi hermano después de eso.

—¿Estás bien? —pregunta Liam con cereal en su boca.

—Sí, solo me atraganté con el cereal. —murmuro girándome lentamente una vez recobro la compostura.

—Bueno, cómo les decía, sé lo que pasó anoche —presiona mi hermano, pero de pronto, una gran sonrisa comienza a estirarse por su rostro—. ¡Me acosté con una muy ardiente pelirroja!

Casi pude escuchar nuestros suspiros de alivio.

—Bueno, yo también anoté con una ardiente chica. —comenta Hunter llevando la cuchara a su boca, mientras me mira con algo de malicia en el rostro.

—Se podría decir que yo igual. Una muy ardiente castaña de ojos verdes. —West dice e imita la acción de su mejor amigo.

Maldita sea.

Nadie había anotado con nadie. Mucho menos West, ya que él solamente me había enseñado cómo besar a alguien porque jamás lo había hecho.

Imbécil.

Había sido un simple juego que se había salido de control. Ellos realmente necesitaban dejar de mirarme o Liam se daría cuenta y la tercera guerra mundial se desencadenaría justo aquí.

—Iré a mi habitación a ponerme algo más cómodo. —digo casi corriendo fuera de la cocina. Sólo quería escapar de la incómoda situación.

Cuando iba a comenzar a correr escaleras arriba, siento como unas manos se posicionan en mi cadera y me hacen girar de manera rápida y violenta.

Ahogo un grito por la sorpresa al ver que el rostro de Hunter se encuentra a unos pocos centímetros del mío.

—¡¿Qué demonios te ocurre?!—grito susurrando, temiendo que Liam salga de la cocina y nos encuentre en esta comprometedora situación.

Being a Girl.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora