Capítulo 14. Alas (Jin)

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- Jin...ya casi es hora –

Abrí los ojos de un golpe y sentí como no podía moverme, mi cuerpo estaba paralizado, vi como una sombra subía por mis pies hasta mi pecho, luego aquella sombra tomaba cierta forma humana y rodeaba mi cuello con sus manos, no podía respirar, vi de reojo que NamJoon estaba aún recostado al lado mío sin notar lo que sucedía, "no puedo morir aquí, no puedo rendirme", pensaba mientras intentaba respirar más lento para no agotar mi reserva de oxígeno, "concéntrate", me repetía a mismo recordando las lecciones de Hobi, "NamJoon está a tu lado, no puedes permitir que le hagan daño", era como si esta vez escuchara la voz de Hobi intentando inspirarme, cerré los ojos y alcance a mover mi mano hacia la mano de NamJoon que estaba más cercana a la mía, tomé algo de su energía para poder irradiarla y espantar al ente -¡Ah! – grite con fuerza sentándome viendo como una barrera de luz cegadora salía de mi cuerpo hacia el exterior haciendo que el ente abandonara el lugar, de inmediato NamJoon salto quedando de pie junto a la cama - ¿Qué paso? ¿estás bien? – me dijo sacudiéndome un poco de los hombros, yo me dejé caer de nuevo pesadamente a la cama y él seguía preocupado mirándome, yo parpadeaba con lentitud – vinieron, vinieron por mí – le dije con lágrimas en los ojos – es...imposible, no pueden llegar hasta aquí – me dijo algo incrédulo, pero con la voz temblorosa - ¡Ah! – un grito que venía de la sala nos hizo saltar a ambos, mi corazón quería salir de mi pecho, vi como NamJoon salía corriendo hacia allí y mis piernas reaccionaban lentamente para poder seguirle el paso. El pasillo se me hizo eterno, mis piernas parecían gelatina, luego hubo un silencio escalofriante, me hizo erizar los bellos de la piel, así que intente con todas mis fuerzas llegar allí, luego lo vi, era TaeHyung había despertado, Kookie lo veía con terror mientras él se retorcía de dolor en el suelo, de su espalda se abría una herida dolorosa y empezaban a brotar alas de plumas negras, escurría sangre, la piel alrededor se veía infectada y secretaba pus – ¡No!- gritaba Kookie manoteando entre lágrimas mientras NamJoon lo detenía de la cintura unos cuantos metros lejos de TaeHyung, corrí e intente ayudarlo, lo toque por el hombro, pero su piel parecía fuego, de inmediato me aleje, la habitación empezó a temblar, estábamos presenciando el nacimiento de un demonio.

Todo se volvió oscuridad a mí alrededor, volví a sentirme ahogado, parpadeé varias veces para enfocar la cara de TaeHyung tan cerca de la mía, sus manos en mi cuello, tal y como lo había sentido antes, pero aquel tacto estaba quemándome la piel, sus enormes alas negras nos rodeaban, su aliento como fuego golpeaba mi rostro – a-ayúdame – musito ahora el demonio, tome las manos que me ahogaban por las muñecas, él me levantaba con facilidad mientras yo pataleaba para poder liberarme – él me dijo que si le daba tu vida, dejaría de ser un demonio y podría estar siempre con JungKook – me dijo con un brillo terrorífico en sus ojos, yo negué con la cabeza y empecé a llorar, hasta que escuche la voz que había escuchado en mis sueños

-TaeHyung no es cierto, él solo quiere engañarte, tú no eres así, tú no quieres herir a nadie, Jin...Jin nos salvara a todos-

Él demonio escucho con atención y algunas lágrimas también brotaban de sus ojos, quito sus manos lentamente dando algunos pasos hacia atrás, mirando sus manos incrédulas de lo que planeaba hacer hace unos segundos, yo solo caí de rodillas agotado mirándolo con tristeza y él desapareció entre las tinieblas – ¡TaeHyung! – gritaba Kook en los brazos de NamJoon, yo me desmayé.

-Jin...ya vienen por ti, yo...estaré a tu lado-

Esta vez pude reconocer la voz de JiMin, que se hacía cada vez más clara – tengo miedo- le respondí

-No tengas miedo, yo lucharé a tu lado-

Parpadee lentamente despertándome y NamJoon estaba recostado en mi pecho, le acaricie el cabello, él solo me vio y me dio un beso algo necesitado, pude sentir algunas de sus lágrimas caer en mi rostro – no quiero perderte- me susurro en los labios, yo solo sonreí e intente grabarme cada milímetro de su bello rostro – te amo – le susurre y le volví a besar, esta vez con algo de tristeza.

"El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está aún en tinieblas. Juan 2:9"



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