Capítulo 16. Lujuria (NamJoon)

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"No codicies su hermosura en tu corazón, ni dejes que te cautive con sus párpados. Porque por causa de una ramera uno es reducido a un pedazo de pan, pero la adúltera anda a la caza de la vida preciosa. ¿Puede un hombre poner fuego en su seno sin que arda su ropa?¿O puede caminar un hombre sobre carbones encendidos sin que se quemen sus pies? Así es el que se llega a la mujer de su prójimo; cualquiera que la toque no quedará sin castigo."

Proverbios 6:25-29

Suspiré fuertemente mientras esperaba que el semáforo cambiara, tenía que llevar las cosas de la cena antes de que Jin volviera a casa, osino se iba a enojar y lo que menos quería ahora es que se enojara, ya que últimamente estaba muy susceptible. La verdad extrañaba al Jin dulce y cariñoso, pero no podía culparlo, su vida había cambiado en muy poco tiempo, como hubiera querido conocerlo en otra ocasión, donde pudiéramos vivir nuestras vidas juntos y sin preocupaciones, pero creo que eso sería ser muy egoísta, querer tener a Jin para mí solo, el semáforo cambio y decidí avanzar, mientras mis pensamientos eran interrumpidos por el control de la fuerza que debía ejercer para mantener todas las bolsas del mercado intactas hasta que llegue al otro semáforo, deje las bolsas en el suelo volví a suspirar pesadamente, recordando cuantas semanas habían pasado desde la última vez que hicimos el amor, Dios como extrañaba el roce de su piel, tan solo su respiración sobre mi piel, justo en ese momento la vi, al otro lado de la acera, tuve que parpadear varias veces para distinguir si era real o un espejismo, no sé por qué pero su figura resaltaba entre las otras personas, era realmente hermosa, como ninguna mujer que hubiera visto antes, trague saliva y me dedique a mirar al suelo apenado cuando nuestras miradas se encontraron, el semáforo cambio y mis manos sudaban un poco, en el momento en el que nos topamos en el camino una de las bolsas cedió y se rompió, dejando caer su contenido justo en mitad de la calle – mierda- susurré mientras me agachaba a intentar recoger las cosas rápidamente antes de que el semáforo cambiara de nuevo – te ayudaré – su voz hizo que la piel se me pusiera de gallina, levante mi rostro y me topé con sus enormes ojos color verde esmeralda, en sus labios rojos se pintaba una hermosa sonrisa, abrí la boca y no pude musitar una sola palabra, solo no podía dejar de verla, su piel era perfecta, mis ojos sin pensarlo se posaron en medio de sus enormes pechos que se dejaban ver sobre un profundo escote, me sonroje de inmediato y me dedique a guardar rápidamente lo que se había caído en las otras bolsas, hasta que solo quedaba una naranja en donde nuestras manos se rozaron, su tacto...era muy caliente. – Parece que tienes mucho peso ahí, si quieres te puedo ayudar – me dijo para luego jugar con su cabello, yo vi que al semáforo solo le quedaban 10 segundos, así que solo asentí para ponernos a salvo de los autos, ya en la acera mi corazón golpeaba fuertemente mi pecho y sentía como si fuera a vomitar "¿qué demonios acaba de suceder?", pensé mientras caminaba rumbo a casa ahora con esta mujer extraña a mi lado. -Y ¿vives solo?- me pregunto la mujer interrumpiendo mis pensamientos -vivo con unos...amigos – dije con dificultad, pues su sola presencia me tenía absurdamente nervioso, llegamos y yo parecía ebrio intentando abrir la puerta de la casa, entramos y ella me ayudo a organizar la comida en la alacena -¿quieres un café? -le dije luego de haber evitado algún contacto que me hiciera tener que verla a la cara, sus ojos eran realmente penetrantes como si pudiera leer mi mente – claro – me dijo sonriendo, se sentó a la mesa y yo corría a prepararlo solo para no dejarla esperando tanto tiempo – me gustan tus tatuajes – su voz me hacía delirar, me sentía como si estuviera bajo el efecto de una droga alucinógena - gracias – no pude evitar sonrojarme ante su alago, di un pequeño salto al sentir su dedo delineando los tatuajes que tenía en el brazo derecho, pase saliva, de un momento a otro mi cuerpo estaba absurdamente acalorado, el ambiente se sentía también pesado, me sentía como si estuviera en un sauna – gracias por el café – me dijo acercando un poco su rostro hacia mí -eres muy guapo – de repente su mano ya no acariciaba mi antebrazo sino mi rostro, sentía que iba a morir de repente, su pierna bajo la mesa rozaba la mía, ya ahora podía sentir sus verdaderas intenciones "esto está mal", pensaba mientras mi cuerpo no reaccionaba, ahora sus manos rodeaban mi cuello, sus labios carmesí se posaron en los míos, pero se sentía diferentes a los besos que me daba Jin, sus manos sobre mi piel no se sentía igual, por muy hermosa que esta mujer fuera, todo esto simplemente se sentía mal – detente – tomé a la chica de las muñecas, con el ceño fruncido y un tono de voz enojado – yo tengo pareja – le dije sin vacilar, pero la chica solo soltó una risita – y ¿Qué pasa? No tiene por qué enterarse- me dijo con una voz algo oscura para luego tomarme de la mano y guiarme al sofá donde solo me tumbo poniéndose encima de mí, mi cuerpo pedía más, pero yo no se lo permitía, por mucho tiempo que hubiera pasado sin tener sexo no valdría la pena si por eso perdería al amor de mi vida – déjame, yo amo a mi pareja – le dije tomándola de las muñecas con fuerza – vamos protector, déjate llevar – dijo mientras movía sus caderas sobre mi entrepierna – espera ¿Cómo me llamaste? – aquellas palabras me hicieron despertar de mi trance, "¿qué había hecho?", pensé mientras intentaba alejar el cuerpo de la mujer de mí, me levante de sofá aun sintiendo el corazón en la boca, pero esta vez por una razón diferente estaba sintiendo la energía negativa que emanaba ahora el cuerpo de la mujer que se levantó sonriente y cubría por completo la habitación - vaya que eres un humano imbécil – dijo esta vez con una voz grabe, sus ojos se tornaron color carmesí, su piel se empalideció y su cabello se oscureció como si fuera la misma oscuridad que le rodeaba de la cabeza hasta la cintura – antes de invitarme a tu casa, debiste haber preguntado mi nombre – me dijo con un brillo sínico en su mirada – mi nombre es Asmodeo – dijo poniendo sus manos en su diminuta cintura y sacando el pecho con orgullo y como si su sola apariencia no fuera suficientemente vulgar, jugaba con su lengua pasándola por sus labios pintados de sangre – realmente en un momento pensé que caerías, tomos los humanos caen, la lujuria siempre será más fuerte que el amor – dijo mirándose esta vez sus largas uñas de la manos con una sonrisa de medio lado – todavía tienes la oportunidad de disfrutar de este cuerpo – me dijo acercándose como un felino en celo hacia mi – jamás -le respondí mirándola con repudio, remangando las mangas de mi camisa para dejar libres los tatuajes de mi antebrazo – te arrepentirás maldito – le dijo esta vez lleno de ira, juntando mi tatuaje, el demonio solo reía, me tomo del cuello y me levanto – vaya que tu alma es valiosa, me abre el apetito – me dijo mientras yo pataleaba en el aire, cuando a lo lejos escuche el sonido de la puerta abrirse, el oxígeno se estaba acabando y mis ojos se cerraban, yo solo rezaba que Jin hubiera vuelto junto con Jung Kook, "Jin te amo", fue lo último que pensé antes de perder la conciencia. La voz aguda de Jin lloriqueando me despertó, sus lágrimas caían golpeando mis mejillas, yo sonreí aliviado de que él estuviera a salvo – perdóname -le susurré mientras acariciaba su mejilla, él tomo mi mano dulcemente entre las suyas – perdóname – le repetí, el empezó a darme pequeños besos por toda la cara – me alegra que estés a salvo, perdón por dejarte solo- me dijo en medio de los sollozos, yo solo reí, era tan dulce y cariñoso, como siempre, nunca dejo de serlo y por eso yo nunca iba a dejar de amarlo, no importa lo que pasará, Jin siempre seria mi prioridad y el único amor de mi vida – te amo – le susurré para luego atraer su rostro hacia mí y besarle lentamente – yo también te amo- me susurró en los labios, yo sonreí.



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