Capítulo 19. Ira (YoonGi)

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"El odio suscita rencillas, pero el amor cubre todas las transgresiones"

Proverbios 10:12

-J-JiMin- jadee mientras enredaba mis dedos en su cabello sedoso y fino, abría la boca para poder respirar, me mordía el labio inferior por la bella imagen, nunca me cansaría de ver sus mejillas sonrojadas y sus labios carnosos, siempre fue así tan bello, tan angelical. -N-no pares – susurré viendo como esta vez introducía todo mi miembro ya erecto entre su boca, "tan caliente...tan húmedo" pensaba mientras mi cuerpo vibraba bajo el encanto de sus caricias- Ah~- su lengua hacia pequeños círculos sobre la longitud de mi miembro volviendo loco, suspire pesadamente mientras se alejaba un poco a tomar aire y mirarme con esa maldita sonrisa ladina que sabía que me volvía loco, llevo ahora su diestra para masturbarme mientras succionaba mi glande - mierda – apreté sin querer los cabellos que sostenía, escuchando un jadeo, empecé a mover mis caderas deleitándome con la textura de su boca y su garganta – Mm~ - una de sus manos ahora jugaba con mis testículos, podía sentir mi miembro palpitar y la adrenalina recorrer mis venas con violencia – m-me vendré – tartamudee mientras curvaba un poco mi espalda, JiMin aumento la velocidad con la que mi miembro salía y entraba en su boca, enterrando un poco las uñas en mis muslos - ¡Ah!- grite al sentir el orgasmo recorrer mi columna vertebral y luego darle pequeños espasmos a mi cuerpo, terminando en la boca de JiMin, quien se tragó todo gustoso y subió sobre mi cuerpo dejando pequeños besos por mi abdomen y mi pecho - ¿Qué tal estuvo? -me susurró en los labios antes de besarme, yo tenía los ojos cerrados disfrutando todavía de la sensibilidad de mi piel en este momento – me encantas – le dije abriendo los ojos y sonriendo, para luego tomarle de la nuca y atraerlo a mí en un beso profundo, saboreando su dulce boca- dilo de nuevo...mgh~- jadeo en mis labios mientras acariciaba su espalda- te amo JiMin – al decir aquello el susodicho desplego sus alas, que poco a poco se recuperaban, su semblante luego de hacer el amor se veía más sano, pero aquello no duraba mucho.

– Sabes que esto no puede durar para siempre ¿cierto? – le dije mirándolo de reojo sentado en el borde de la cama fumándome un cigarrillo - ¿por tienes que arruinar el momento? – me dijo mirándome con tristeza mientras acariciaba mi espalda - porqué nunca ha estado en mi naturaleza tener esperanza – le dije en tono seco, esta vez sin mirarle a la cara- puedo...vivir así para siempre si es contigo- dijo con su voz a punto de romper en llanto – soy un puto demonio JiMin- le dije levantándome de la cama dejando en vista mis negras y enormes alas -que no se te olvide... – le tome de rostro para que me mirara mientras sus lágrimas caían escandalosas por sus mejillas y él cerraba los ojos con fuerza – mírame ¡mierda! – le grite a lo que él negó varias veces – es algo que no puedo dejar ...de ser – le dije sollozando ahora mientras me acercaba a besarle- perdón -susurró en mis labios – te amo – abriendo sus ojos que ahora volvían a verse cansados y sin brillo, él sabía que yo le robaba poco a poco el alma, pero había un problema o él era la victima perfecta o yo el asesino perfecto.

Habíamos acordado solo vernos dos horas por día, verme le hacía mucho daño a JiMin y yo lo sabía, pero soy tan egoísta que no me importaba, yo solo necesitaba sentir su cuerpo, recordarle que era mío, pero últimamente lo veía muy enfermo así que solo lo veía una vez cada 3 días, el resto del día me pasaba vagando por las calles de la ciudad, sintiendo lastima por las almas en pena que caminaban por allí, la mayoría llenas de sentimientos de odio y desamor, el verdadero infierno se vivía aquí, de eso no había duda. Todos los días recorría las mismas calles, las calles que había recorrido en mi vida con JiMin, nuestra casa en donde ahora vivía una familia con dos pequeños niños y un perro llamado Holly, aquella vida que nunca tendré y que siempre desee junto a la persona que amaba, paso también por nuestro restaurante favorito, donde tuvimos nuestra primera cita recuerdo las mejillas sonrojadas de JiMin y mi nerviosismo al confesármele, el parque donde nos dimos nuestro primer beso, allí me volví adicto a sus labios y simplemente las calles donde caminábamos de la mano felices, mientras en mi mente repetía como quería vivir por siempre junto al amor de mi vida, soñando con casarnos, viajar y ser felices...por siempre, golpee fuertemente el tronco de un árbol - ¿Por qué? – gritaba mirando al cielo con frustración – estuvimos tan cerca – dije en forma de susurro evitando volver a sollozar golpeando ahora mi frente contra el tronco ya algo destrozado del árbol -¿por qué te torturas tanto? – una voz ronca salía de la penumbra asustándome un poco, la sombra de la noche tomo una forma humana, masculina, muy grande con anchos hombros, con aspecto como un hombre militar pero con los ojos teñidos de sangre -¿quién eres?- le pregunte pasando saliva, sabía que era un demonio, pero uno de alto nivel – mucho gusto colega, mi nombre es Amon -me dijo extendiendo su mano, "mierda un príncipe del inframundo", rápidamente miles de preguntas nublaron mi cabeza, tenía miedo, tenía miedo de que algo le pasara a Jimin- Mucho gusto – le dije recibiendo su saludo, su tacto era terroríficamente caliente – Agust...sé quién eres – dijo con una sonrisa ladina, sus ojos rojos brillaban, mientras yo quería morir – Dime Agust ¿qué se siente coger con un ángel? – fue bastante directo, aquello me puso los pelos de punta - ¿c-como es que...? – musite sin esconder mi nerviosismo – todo saben de eso – respondió sin dejarme terminar, como si pudiera leer mi mente, "muy peligroso" – pero vengo solo por curiosidad – me dijo levantando su rostro con orgullo – ¿e-en que puedo ayudarle? – le dije manteniendo la mirada fija en sus ojos para detectar su próximo movimiento y así no me tomaría desapercibido, con mi cuerpo completamente tenso – quiero saber, ¿todo a lo que te has arriesgado vale la pena por él? – me pregunto con un brillo sádico en sus ojos, yo fruncí en ceño – no es de tu incumbencia – le dije apretando los dientes, ahora quería golpearlo, él rio haciéndome enojar más – la respuesta aunque te duela, es que no, no lo vale – dijo con una sonrisa ladina, limpiándose las lágrimas que le habían caído al reír, yo apretaba mis uñas hasta sacarme sangre – son sentimientos mundanos que no valen la pena y lo sabes- me dijo y yo solo intentaba leer las verdaderas intenciones de sus ojos, pero nosotros éramos los únicos que sabíamos lo que había pasado, como, cuando, en donde y como se sintió y aun a pesar de todo se siente, como amor de verdad, el ente se quedó callado por un momento intentando planear su próxima jugada - ¿lo amarías si supiera que te fue infiel? – dijo en un tono oscuro y sombrío y fue ahí donde lo entendí – grabe error...colega – le dije sonriendo, él frunció el ceño sin entenderlo, su aura se puso pesada, le di un derechazo con toda mis fuerzas para luego salir a correr, me jalo del pie haciéndome caer de cara sobre el pavimento, el sabor a sangre inundo mi mente de recuerdos oscuros, volteándome poniéndose encima de mi apretándome el cuello con ambas manos – pensé que serias un blanco fácil, me sorprendes – dijo mientras yo pataleaba con todas mis fuerzas debajo de él, pero su fuerza me superaba - ¿tanto confías en él? – dijo sonriendo mientras se me agotaban las fuerzas "si...confió en él", pensaba mientras mis ojos se cerraban lentamente por la falta de oxígeno "conozco cada parte de su cuerpo, cada parte de su alma, de su corazón", mi mente se estaba nublando mientras mis ojos empezaban a lagrimear – y-yo, lo amo – le dije enterrando ahora mis uñas en sus muñecas alejándolas de mi cuello y tomando oxigeno – ¡estúpido! Esta no será la última vez – grito frustrado lleno de ira y desapareció y me vi a mi mismo, pero ahora nunca volvería a ese lugar, porque ahora lo entendí todo. 



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