Faded

Capítulo 10. Novato (Jin)

Un año después

Las cosas iban bien, todo se volvió una rutina un poco aburrida, iba todos los días donde Jhope, a veces con Nam Joon, otras veces solo, las cosas se habían calmado un poco desde que JiMin desapareció, como si hubiera cobrado una deuda y JiMin hubiera sido el precio, a veces extrañaba ser un poco útil y no sentirme como un humano normal, pero me gustaba no temer por mi vida o que los que me rodeaban sufrieran por aquello. Estaba caminando fuera del supermercado tomado de la mano con Nam Joon, mientras él me contaba otra historia de la Biblia que le parecía heroica como un niño pequeño contando como ganaba en su video juego favorito, yo solo estaba perdido entre mis pensamientos, aunque amaba con todo mi corazón a Nam Joon, sentía que él me escondía muchas cosas, a veces lo escuchaba gritar de noche, otras veces se encerraba en el estudio y hablaba en lenguas antiguas, rezaba mucho, rezaba más que lo que hacíamos el amor, le mire con cara triste "¿a qué le tienes miedo?", pensé mientras parpadeaba lentamente viendo como se le formaban aquellos hermosos hoyuelos en sus mejillas al sonreír, "¿será que algún día te poder defender?", pensé mientras sonreía a medias- oye- me detuve y le tomé el rostro entre las manos – sabes ¿Qué yo moriría por ti?- le dije mientras mi pecho se llenaba de tristeza, su expresión cambio completamente hasta que frunció el ceño – yo no quiero que mueras por mí, quiero que vivas para mí- me dijo tomándome de las muñecas para alejarme un poco y darme un beso dulce en los labios, sonreí con los ojos cerrados, mi corazón daba un vuelco. Llevábamos las bolsas llenas de víveres hasta la casa que no estaba lejos como cada 15 días lo hacíamos, mi cabeza estaba llena de pensamientos que nublaban un poco mi mente, cuando me di cuenta y sacudí un poco mi cabeza vi que Nam Joon ya había cruzado el semáforo y estaba al otro lado de la calle, me percate algo tarde y di un paso para caminar hacia él, cuando vi que él volteo rápido su cabeza asustado, sentí una mano fuerte que me sostenía del antebrazo de mi brazo izquierdo, deteniendo mi caminar – Jin, ten más cuidado – me dijo una voz dulce, cuando retrocedí y un carro pasaba a toda velocidad a centímetros de mí, el semáforo estaba en verde y no lo había notado, volteé a mirar asustado con la respiración agitada y me encontré con un chico alto, moreno y con una sonrisa tierna, sin mencionar unas enormes alas blancas que lo hacían ver más bello, pero más joven a la vez – un ángel – balbuceé, el chico me guiño un ojo, a lo lejos escuchaba los gritos de Nam Joon acercándose -¡¿estás bien?! – me dijo Nam Joon zarandeándome por los hombros, asentí con la cabeza – hola – llamo de nuevo la atención el chico – mi nombre es Jung Kook, soy tu nuevo ángel guardián – dijo inflando el pecho y estirando la mano con una sonrisa sincera – hola – alcance a decirle para tomar su mano, "¿Qué significa eso? ¿JiMin no volverá?", pensé algo confundido por la aparición del chico nuevo – tranquilo Jin – llevo su mano a mi cabeza dándole pequeños golpes como si fuera un cachorro – no es que ha JiMin le haya pasado algo malo, solo no ha vuelto todavía- dijo - ¿puedes leer mi mente? – le pregunte confundido, él asintió con algo de vergüenza – y ¿la mía? – dijo Nam Joon detrás de mí, él chico volvió asentir, "¿va a pasar algo malo, por esa razón estas aquí?", le pregunte con mi pensamiento, él chico negó – estoy aquí para hacerte compañía, sé que has estado muy triste desde que JiMin se fue y te culpas por ello y eso no debe ser así- me dijo con una sonrisa triste – gracias – le dije con una sonrisa para suspirar lentamente luego – vamos a casa – dije finalmente para caminar al lado de estos dos chicos, pretendiendo que las cosas no habían cambiado y viviera en una mentira, una mentira bonita, una mentira piadosa, una mentira "blanca".

-¡Wow! tu casa es genial – dijo el chico al entrar y explorar la casa con la boca abierta – gracias, eres totalmente bienvenido – sonrió Nam Joon, mientras yo desempacaba los víveres y los acomodaba en la alacena – Dime Jung Kook- asomé mi cabeza por la puerta de la cocina para que me escuchara - ¿Cuántos años tienes? – le pregunté mientras empezaba a hacer la comida – tengo 150 años – dijo mientras daba pequeños saltos acercándose hasta donde yo estaba – vaya eres más joven que JiMin – mencioné – sip, soy un novato – me dijo llevando su manos detrás de la espalda y equilibrándose en la punta de los pies, yo trague saliva - ¿Cómo te convertiste en un ángel? – le seguí preguntando mientras cortaba las verduras – pues bueno, no me acuerdo de aquello, Nuestro Señor nos da su misericordia borrándonos los recuerdos de nuestras vidas humanas, para que no suframos ni nos aferremos a momentos tristes o a los humanos con los que vivíamos- dijo agachando la cabeza -Ah...- dije mirando de reojo a Nam Joon, que se encontraba sentado en el sofá viendo la televisión, "pero ¿Por qué JiMin si recordaba su vida pasada?", pensé frunciendo el ceño, el chico se apoyó en el borde de la puerta de la cocina – porque fue su castigo – susurró con un poco de vergüenza por haber escuchado mi pregunta sin mi permiso, volteé a mirarle desconcentrado – se enamoró de un demonio – volvió a susurrar jugando con sus dedos -Agust...- susurré, aquel nombre me hizo erizar la piel, el chico dio un salto hacia mi y llevo su palma para taparme la boca asustado, asintiendo con la cabeza – no menciones su nombre jamás- me dijo, alejándose lentamente, yo asentí con la cabeza, mi pecho dolió, ahora lo entendía todo, "pobre JiMin", fue lo último que pensé para luego volver a llenarme de tristeza, Jung Kook me devolvió una mirada triste y llena de compasión – tranquilo Jin, todo estará bien...lo prometo – me dijo para luego abrazarme, yo me aferre a su camisa por la espalda y escondí mi cara en su pecho.

- ¿Está todo bien? – me dijo Nam Joon al oído, cuando estábamos a punto de dormir, rodeando mi cintura con su brazo izquierdo, dándome pequeños beso en el cuello – sí, no pasa nada – le respondí para tomar la mano que me cubría y darle un beso – todavía eres pésimo mintiendo – me dijo para luego besar el lóbulo de mi oreja – a veces pienso que Dios es muy cruel – le dije un hilo de voz, pasando saliva – Él no es cruel, solo que nosotros somos muy estúpidos y egocéntricos para entenderlo, para entender sus planes -me dijo con un tono serio - ¿pero entonces por qué nos deja sufrir? – le pregunte esta vez volteándome para ver su cara, su brazo todavía seguía en mi cintura – porque nos dio el libre albedrio, eso quiere decir que sufrimos por nuestras propias acciones, esas son nuestra consecuencias- sus palabras estaban llenas de razón – pero... – suspiré - ¿Qué hago para que deje de doler?... ¿Qué hago para entender? – le dije con mis ojos llenándose de lágrimas, aquellas que había aguantado por mucho tiempo – creer, confiar, rezar, todo eso conlleva a tener fé- me dijo con una voz dulce, acariciando esta vez mi mejilla – habla con Él, desde tu corazón – me dijo con una sonrisa para luego darme un beso dulce en los labios, sigo acariciando mi rostro hasta que se quedó dormido, yo cerré mis ojos y recé

Padre, ¿estás ahí? ¿me oyes?

Creo en ti, confió en ti, tengo fé en ti,

Ahora necesito que tu creas, confías y tengas fé en mí,

Yo salvaré a este mundo, no sé cómo, pero lo haré, soy tu oveja, eres mi pastor,

Pero por lo que más quieras, no dejes que nada malo le pase a quienes amo,

Sé que es una petición fuerte, pero por ella...

Soy capaz de darte mi vida.

Padre, perdóname.