Capítulo 20. Envidia (JiMin)

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"El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante..."

1 Corintios 13:4

-Solo relájate- me susurró aquel demonio que amaba con una voz ronca mientras ponía una venda negra encima mis ojos -¿q-que es esto? – susurré mientras podía jurar que en la habitación lo único que podía oír era mi corazón palpitar fuertemente- sabes que cuando lo hacemos...a veces mi lado malo se hace presente y te hace daño verlo -susurró a mi oído haciendo erizar mi piel, trague saliva – e-está bien, podría funcionar...aunque amo ver la expresión en tu rostro cuando te vienes- susurré algo apenado por mis palabras – me encanta cuando hablas sucio – susurró Agust a mi oído para luego morder un poco el lóbulo de mi oreja – pues esta vez, la idea es que tus otros sentidos se agudicen...será interesante- dijo metiendo lentamente sus manos frías por debajo de mi camisa, sosteniéndome de la cintura, obligándome a caminar unos pasos hacia la cama empujándome un poco para que sintiera el borde de la cama, me arrodille para subir a está deslizándome con las rodillas hacia lo que pensaba era el centro de la cama, antes de recostarme, él me detuvo poniendo sus manos en mi estómago para que me irguiera, pude sentir sus muslos al lado de mis piernas y su pecho pegado a mi espalda - ¿q-que?- susurré hasta que sentí su mano cubriendo mi boca – shh, solo déjate llevar...- me dijo mientras mi cuerpo vibraba un poco nervioso. En aquella posición desabotono lentamente mi camisa, sus largos y fríos dedos se deslizaban en mi piel desnuda e hirviendo del pecho, posándose atrevidamente en uno de mis pezones apretándolo- e-espera- dije casi en forma de gemido sosteniendo su mano en mi pecho de la muñeca – si sigues así te atare de manos- me dijo en un tono amenazante pero sensual, tomando mi mano por la muñeca y llevándola a su boca para empezar a lamer dos de mis dedos, su boca se sentía tan húmeda y caliente y los movimientos que hacía eran muy obscenos, mientras su otra mano volvía a estimular mis pezones, apretándolos entre las yemas de sus dedos haciendo pequeños círculos- Ah...-gemí y mi mano libre la lleve a mi entrepierna, dolía, quería liberarlo, pero fue detenida por Agust – no, no todavía...¿enserio tendré que atarte?- negué varias veces con la cabeza – n-no ya me portaré bien...lo prometo- jadeé en un hilo de voz – buen chico- me dijo y juro que podía ver aquella sonrisa malvada pintada en sus labios...juro que a veces me gustaría ser como él. Finalmente decidí poner ambas de mis manos en la nuca ajena mientras aquel demonio hacia lo que quisiera con mi cuerpo, pero no me quede quieto y empecé a frotar mi trasero con su entrepierna-Mgh...eres un travieso amor...se supone que el malo aquí soy yo- gruñó el demonio sobre la piel de mi hombro luego despojarme de la camisa, para luego morderme y succionar mi piel, dejando sus marcas reclamándome como su propiedad. -Ah...Mgh...s-si amor ahí- jadeaba con dificultad con mi mejilla y mis rodillas apoyadas sobre la cama y mi trasero completamente elevado, mientras aquel bello demonio me penetraba lenta pero certeramente, sosteniendo ambas de mis manos por mis muñecas detrás de mi espalda, evitando finalmente que me masturbara- q-quiero que te vengas... s-solo sintiéndome dentro de ti- gruñó con una voz profunda que podía sentir rozar mi ya húmeda piel- s-si...¡si!...mgh- grite al sentir como su glande masajeaba mi punto dulce- te encontré- susurró y pude sentir su sonrisa contra la piel de mi nuca, la cual sentí cuando se recostó sobre mi espalda para empezar a embestirme rápidamente haciendo énfasis en la fuerza de estas cuando rozaba mi próstata- m-me...m-me corro- lleve la cabeza hacia atrás sintiendo como una corriente eléctrica recorría bajando lentamente por toda mi columna vertebral posándose en mi pelvis, haciendo que me corriera lentamente manchando las sabanas y parte de mi abdomen, sintiendo como segundos después él se venia dentro de mi con un grueso y excitante gemido peligrosamente cerca de mi oído, cayendo luego pesadamente a mi lado sobre la cama completamente exhausto, me quite la venda luego de que liberó mis muñecas y peine sus cabellos pegados a su frente observando lo precioso de su rostro y lo mucho que me gustaban sus facciones, suspiré y me levanté de su lado solo para ir al baño, cosa que me arrepiento de haber hecho, pues la imagen en el espejo me hizo sentirme mareado y terminé vomitando en el inodoro, quedando inconsciente allí.

-Lo siento mi ángel precioso...es mejor que me vaya...toma tus medicamentos y cuídate por favor- me susurraba mientras con dificultad abría los ojos para verle una ultima vez antes de que se fuera, quien sabe por cuanto tiempo esta vez, besó mi frente y escuche finalmente el sonido de la puerta cerrarse tras de él, las lagrimas nublaron mi vista y quede inconsciente de nuevo. No sé cuantos días han pasado luego de la ultima vez que pude ponerme en pie – ¿YoonGi? ...mm...¿Min YoonGi?- susurraba mientras me sostenía de las paredes con dificultad, con mis piernas tambaleantes, cayendo finalmente de rodillas – amor...ven...te necesito- susurré tomándome el rostro entre las manos mientras no podida parar de llorar, pues el dolor de mi pecho jamás se sintió tan profundo y tan oscuro, como si consumiera mi alma segundo a segundo.

Luego de un par de semanas, pude recuperar mis fuerzas para salir de casa y comprar algunos víveres, tenía que llevar una gorra y un cubrebocas porque parecía que mi cuerpo estaba pudriéndose lentamente, tenía vetas moradas y verdes cubriendo mis extremidades, además de tenues marcas rojizas que me quedaban del amor de mi amado, sonreí al delinearlas con mi dedo sobre mi muñeca, vaya que lo extrañaba. Estaba caminando con un par de bolsas plásticas en cada mano y tomé por pura casualidad la calle donde pasaba frecuentemente cuando era humano, me dio escalofrió al recordar que en esa calle me habían asesinado, cuando vi a Agust apoyado sobre el portón de una tienda fumando un cigarrillo perdiéndose entre sus pensamientos, sonreí, él se veía perfecto, parecía tan calmado y consiente de eso, que me daba algo de...envidia, a veces hubiera querido ser un demonio, así no estaría como estoy ahora y podría libremente estar junto a él- estoy de acuerdo contigo pequeño- aquella voz me hizo temblar y las bolsas se deslizaron de mis manos – t-tú...p-príncipe de las tinieblas- la voz salió cortada de mis labios pues estaba a punto de tener un ataque de pánico- mucho gusto soy Leviatán...aunque supongo ya has oído de mi- dijo el chico de aspecto juvenil pero que en sus ojos carmesí escondía una gran bestia, mi cuerpo no reaccionaba, tenía pavor y mi cuerpo no estaba en condiciones para luchar- yo puedo hacer realidad tus sueños...no tendrías que pasar por la etapa de ángel caído que están dolorosa y agobiante- dijo mientras sacudía la cabeza, apoyando su mano sobre mi hombro – yo te puedo hacer demonio, como lo deseas...pero sabes, que las cosas no son gratis ¿cierto?- dijo con una sonrisa increíblemente terrorífica pintándose en sus labios - ¿Q-qué deseas a cambio?- le respondí agachando mi cabeza rezando por mi vida – dame tu amor a cambio- dijo sin vacilar relamiéndose los labios por la expectación – n-no puedo...mi amor ya no es mío, es de mi amado- dije mientras sentía como sus garras salían lentamente de sus dedos y se cavaban en mi piel -¡tu estúpido amor te tiene así!...¿que no lo ves?...te esta matando lentamente- dijo con los ojos teñidos es ira, mientras me retorcía de dolor- l-lo sé, pero ...n-no me arrepiento de nada, puedo dejar todo...¡todo!...menos mi amor y si eso me va a matar, que lo haga – le dije con una voz fuerte -¡Que estupidez!- grito antes de lanzarme fuertemente al suelo – mientras tu te estas muriendo tu amado, estaba feliz caminando por ahí – sus palabras eran ciertas, pero no me causaban ningún mal pensamiento- me alegra que este feliz y si por mi fuera, yo llevaría el sufrimiento de los dos tras mi espaldas, no tengo problema por eso...mi motivo de vivir, es él por lo que jamás me sentiría mal porque él esta bien y yo no, por que lo amo- dije levantándome con mi diestra intentando detener la hemorragia de mi hombro izquierdo- ¡Cállate!...¡Cállate!- dijo llevando ambas de sus manos a sus oídos – si fuera por mi...no dudaría en dar la vida de nuevo por él- le dije acercándome mientras notaba como mis palabras le hacían daño - ¡MALDITO SEAS!- fue lo ultimo que dijo antes de desaparecer entre las tinieblas, suspiré tranquilo cuando de repente todo a mi alrededor se movía, caí hacia atrás cuando Agust me detuvo entre sus brazos – te tengo...¿estás bien? – susurró con una sonrisa mientras yo finalmente pude recobrar algo de mis fuerzas – mientras permanezca a tu lado...todo estará bien mi amor, te amo, eres mi vida...jamás lo olvides.-



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⏰ Última actualización: Aug 20, 2018 ⏰

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