Capítulo IX: Ansias de rebelión...

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Capítulo IX:

-¡James!-grité para que se detuviera, pero no quiso escucharme.

Corrí para darle el encuentro, pero casi resbalo con la nieve.

-¿Por qué me evitas?-le pregunté cuando estuve a su alcance y recuperando el oxígeno.

-No te evito.-respondió secamente.-Sólo quiero alejarme del ruido. Y digamos que cuando estás cerca, se forma un alboroto...

-¿Por qué me tratas así?-inquirí de mala gana.-... Ni siquiera viniste a saludarme, James... Ni siquiera, pudiste decirme un simple "hola"... Y vivimos en la misma casa...

-¿No tienes un novio al que molestar? Mejor dicho a un futuro esposo para que te escuche y me dejes en paz...-sugirió sin prestarme atención.

-¿Qué te ocurre?...-le dije con bastante rabia.

-Está bien...-comenzó a decir sin bajar su tono.-Hola, Rose. Me alegra verte a salvo, adiós... ¿Contenta?

Sarcasmo puro.

-Eres un idiota, James.

-Olvídalo, Rose... Vuelve a casa, y déjame solo....

-¿Y tú no lo puedes olvidar?-le pregunté sabiendo muy bien a lo que me refería.

-¿Hace cuánto que fue? ¿Un par de semanas? ¿Un mes?

-James, tú no sabes por lo que he pasado... Y lo que tus acciones, causaron...-le espeté refiriéndome al beso.

-¿Vaya, ahora soy el culpable de todo?

Le miré algo decepcionada por su actitud.

-Voldemort lo vio todo, vio el beso que me diste, me lo mostró...-le espeté.

Eso, pareció bajarle su sarcasmo, pues su expresión cambió de irónico a preocupado.

Ahora, ya estaba serio.

No se lo esperaba.

-¿Qué?-dijo mirándome fijamente.- ¿Lo vio? ¿Cómo? Sólo estábamos tú y yo...

-Sí, lo vio... No sé cómo, pero lo grabó... y...

-¿Te amenazó, no es así?

-Sí, lo hizo.

-Ese bastardo.-maldijo por lo bajo.- ¿Qué te... dijo?

No tuve más remedio, que relatarle todo, pero intentando ser reservada con lo de los disturbios en los distritos. Conocía a mi primo, y sabía que si le contaba más de la cuenta, podía cometer una locura.

-Él amenazó con matarte, James... -dije sintiendo que el labio me temblaba.-De hecho, amenazó con matarnos a todos.-resalté.

Se llevó una mano a la cabeza.

Tenía la mirada perdida en la nieve.

-¿Te obligó a todo aquello, verdad? ¿A lo de la boda?-preguntó después de un rato.-Todos en casa pensamos eso.

-Eso no importa ahora...-le contesté frotando mis manos e intentando entrar en calor.-Solo quiero que...

-¿Entonces, está ocurriendo?-lanzó de pronto, sin importarle lo que le iba a decir.

-¿Qué está ocurriendo?

-Los disturbios, ¿Creíste que no me iba a enterar?-me cuestionó.-Esto me hace recordar a una conversación similar que tuvimos, cuando volviste de los juegos, cuando me dijiste que me olvidara de todo eso, que me quedara callado, que no creyera en eso...

-James...

-No, Rose.-me interrumpió.- Ya me harté de quedarme con los brazos cruzados y ver que nos pisoteen como si fuéramos nada. No podemos seguir así. Debemos...

-¿De qué estás hablando? No sabes todo lo que he hecho para mantener a nuestra familia a salvo. ¿Qué planeas hacer? Reacciona, James. No hagas que todo lo que haya hecho sea en vano.

-¿Y qué hay de lo que hizo mi padre? Todo por lo que luchó, todo lo que hizo para librarnos de ese bastardo. Y no sólo él, tu madre, tu padre, nuestros tíos también lucharon por eso. ¿Y todo ese sacrificio para que sea en vano? ¿En serio quieres que el sacrificio de tus padres haya sido en vano? ¿Acaso no odias a Voldemort? ¿No odias que te haya quitado la posibilidad de crecer junto a tu madre?

Sus palabras me cayeron como un baldazo de agua helada.

-Lo odio. Sabes que lo odio por todo lo que le hizo a nuestra familia, a mis padres...-le respondí.-Pero, no quiero... no quiero que nos haga más daño...

-¿A lo mejor ya te lavaron el cerebro?-me atacó.-En el Capitolio, se te veía tan feliz, junto... a Malfoy.

-No intentes nada, James. ..-le dije intentando olvidar lo que había dicho.-Podemos escapar...-le contesté de pronto, arrepintiéndome de haber iniciado esta conversación.-Podemos huir con todos. Me lo dijiste antes de la cosecha. ¿Recuerdas?

Cualquier cosa, con tal que no cometas una locura, pensé.

-No pienso ir a ningún lado. Está ocurriendo, y quiero ser parte de ello.-respondió con seguridad.-Tantos años esperando por esto y al fin es verdad...

Le miré de costado, y preferí no decirle nada.

Parecía que era a él a quien le habían lavado el cerebro, y no a mí.

Estaba muy cambiado.

Di un paso atrás, y decidí volver a casa.

Tenía la mirada perdida.

Estaba preocupada y arrepentida de haber hablado con James.

Todo fue un error. Debí dejar todo como estaba.

Me llevé una mano a la frente y me quedé viendo como repetían la gira de la victoria por televisión.

Nuestras actuaciones eran muy reales, eso tenía que haber convencido a Voldemort.

Pero, la gente de los distritos, no se tragaba aquello, se les notaba molestos y reprimidos.

¿Y quién no?

¿Pero qué esperaban de mí?

Yo no podía llevarlos a la liberación, yo no era la indicada para eso. Nunca fui una líder como mis padres, ni podría serlo. Yo solo quería que me dejasen en paz a mí y a mi familia.

Sonaba egoísta, pero yo no era esa clase de persona con ansias de rebelión como mi primo.

Claro que odiaba a Voldemort con todas mis fuerzas, lo odiaba por todo lo que le había hecho a mis padres, pero más era mi temor porque nos hiciera daño, que las ansias de venganza.

-Cariño, ya no mires eso...-insistió la tía Ginny apagando el televisor.-Ya casi es hora de la cena, ve a sentarte.

Para ella, aún era una niña, y para otros, era el sinsajo que los llevaría a la liberación.



En Llamas, por Rose Weasley. (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora