Capítulo I

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SeungHyun toda la vida ha sido tratado como el hermoso omega que creen que será. Algunas veces tiene comportamientos propios de betas, pero prácticamente todos dan por hecho que será un omega. Es gordito, tranquilo y muy dulce con la gente a su alrededor, en especial con su madre y hermana. Tiene gran interés por el arte, es extremadamente sensible -llora por todo- y le gusta ser protegido y consentido. No tiene las facciones más delicadas del mundo, pero su madre le dijo que sus rasgos se suavizarán una vez entre en su primer celo.

Todo en su vida es perfecto, tiene muchos amigos que lo quieren, su familia lo adora, tal vez no es el mejor en la escuela pero jamás reprueba, así que está bien; y sobre todas las cosas, tuvo la más grande suerte cuando antes de cumplir los seis años, conoció a su pareja destinada.

Kwon JiYong.

El arquetipo de alfa.

Es un líder nato, fuerte, seguro de sí mismo y muy carismático. Desde muy niño -al igual que con SeungHyun- nadie ha puesto en duda de que será un alfa. Su instinto de protección hacia sus seres queridos, su habilidad para imponerse ante los demás a pesar de su tamaño, eso entre otras cosas, lo hacen un obvio candidato a ser un alfa. Su complexión puede ser delgada y algo pequeña, pero es normal, es muy raro que alguien desarrolle características físicas de su sexo primario en la niñez o adolescencia; en especial los varones alfas, que dan cambios muy bruscos durante su primer celo a los dieciocho.

Y como todo macho alfa, tiene una debilidad llamada Choi SeungHyun, que desde que lo vio por primera vez en su fiesta de cumpleaños a los cinco, cayó rendido a sus gorditos pies.

El mayor -por nueve meses- le pareció infinitamente adorable, gordito y muy tímido. Sintió una atracción enorme por el pequeño omega. Estaba seguro en un cien por ciento que eran destinados, su conexión, la manera en que no podían pasar tanto tiempo alejados sin sentirse tristes, sus ansias por protegerlo de todo, no podía deberse a nada más que ese vínculo en las almas gemelas.

Los últimos doce años, han sostenido lo que siempre describen en las novelas románticas como una relación hermosa y sana; con él tuvo su primera cita, su primer beso, su primer faje, su primer viaje solos, su primer baile de primavera, en fin, lo han compartido todo lo que se puede compartir a esa edad. Lástima que no podían tener relaciones aún, ya que está estrictamente prohibido, pero estaba seguro que con él tendría su primera vez, y después de que concluyera su servicio militar, lo marcaría para por fin estar juntos por siempre. No podía esperar para tener hijos y criarlos.

Y todo sería con su SeungHyunnie. Su bebé.

Aunque si era completamente honesto, no sabía que tanto podrían soportar sin tener relaciones, ya que, en los últimos meses, su novio cada vez se ponía más y más necesitado en sus momentos de intimidad, lo atribuía a que su celo se acercaba, y su instinto omega de ser tomado se estaba saliendo de control. Sentía un ligero cosquilleo en su pene de solo pensarlo, últimamente había empezado a tener medias erecciones, signo de que estaba cada vez más cerca de la edad adulta. Es por eso que tenían que ser cuidadosos, si se les llegaban a salir de las manos esto, no solo sería una deshonra como omega para SeungHyun, sino que su lazo jamás estaría completo. Seguía sin entender muy bien cómo funcionaba todo esto del enlace, pero había escuchado historias terroríficas de almas mal vinculadas que sufrían muchísimo, porque una o dos de las partes eran cachorros aún cuando tuvieron relaciones por primera vez. Había incluso algunos que intentaban marcarse siendo cachorros... Sintió un escalofrío.

-Hey, ¿En qué tanto piensas? -SeungHyun le tocó la mejilla para sacarlo de su trance.

Solo le sonrió y lo abrazó. Iba a extrañarlo en estos días.

Esta última semana constantemente tenía esos escalofríos y no sabía por qué. Era tres de noviembre, y faltaban una pocas horas para que su hyung tuviera su primer celo.

-¿Me hablarás?-Le preguntó Jiyong al separarse.

-Claro, aunque seguro hasta el domingo, dicen que duele y no podré moverme.

-Como quisiera estar contigo, ayudarte a calmarlo- Susurró lo último, provocando que el mayor riera.

-Jaja, seguro que sí, pequeño pervertido. Pero cuando sea el tuyo, te prometo que lo pasaremos juntos.

-Es una promesa- JiYong se abalanzó sobre el -solo un poco- mas alto y lo abrazó con todas sus fuerzas. SeungHyun lo levantó con mucha facilidad del suelo, y eso lo sacó un poco de onda, más porque enterró su rostro en su cuello, respirando profundo, como buscando un olor que -obviamente como cachorro- aún no producía. Era definitivo, su hyung estaba a nada de su celo.

Lo dejó nuevamente en el suelo y se miraron a los ojos, se dieron un último beso y otro abrazo, JiYong se puso de puntillas para susurrarle un "te amo", y todo le supo a despedida. Quería ignorarlo, pero no podía. Simplemente algo estaba mal.

- Cuídate, nos vemos el lunes- Su hyung le tocó una de sus mejillas, que según él eran adorables.

-Vale, espero que para el lunes estés bien, adiós – JiYong le sonrió una última vez, y SeungHyun le respondió la sonrisa, pero parecía un poco triste, nostálgica. Se giró lentamente a la puerta y la cerró sin mirar atrás.

JiYong suspiró, aún con la opresión en su pecho, de que algo no estaba bien. Caminó un poco cabizbajo hacia su casa, que quedaba enfrente de la de su amado. Esperaba que solo estuviera sintiéndose ansioso porque iban a estar separados ese fin de semana.

Solo rezaba para que fuera otra de esas exageraciones tan suyas.

-


SeungHyun no lo llamó el domingo, ni fue a clases el lunes; tampoco el resto de la semana. Cuando le preguntó a sus maestros que había ocurrido con él, nadie le daba razón. En casa de los Choi, sólo repetían una y otra vez que estaba indispuesto, y cuando quiso infiltrarse por la ventana del mayor el sábado, estaba cerrada y no parecía querer abrirse. ¿Qué demonios le ocurría a SeungHyun?

Mientras miraba desde el balcón de su ventana al interior de su cuarto, parecía vacío y definitivamente no había rastro por ningún lado de su bebé. Se estaba muriendo de la preocupación.

Decidió quedarse y esperar, había nada que perder y dudaba mucho que pudiera seguir más tiempo sin saber dónde estaba su hermoso novio. Pasaron cerca de quince minutos pero no parecía que fuera a aparecer ni por acto de magia. Entonces lo vio. SeungHyun salía de su baño, tenía una toalla alrededor de su cintura y parecía recién bañado.

Algo estaba diferente en él, muy diferente.

Su cuerpo siempre gordito, se veía considerablemente más delgado, e involuntariamente sintió su pene endurecerse un poco.

Estaba pensando cosas un poco perversas e inapropiadas para su edad, ya que jamás había visto tanto de su cuerpo -su hyung era extremadamente penoso- , pero nadie lo podía culpar estando a solo nueve meses de madurar completamente. Escaneó de pies a cabeza toda la humanidad de su pareja, hasta que pasó, este se quitó la toalla y quedó completamente desnudo. Su corazón se detuvo y se puso pálido.

Ahí, entre las piernas, donde debería estar un pequeño y bello pene de omega, estaba un miembro considerablemente más grande de lo que se habría imaginado, después de su intensa investigación en internet. Descubrió que el género secundario en una persona no desarrollaba genitales tan prominentes, pero eso no era todo, el miembro tenía una protuberancia en la base, algo que jamás quiso, ni pensó que vería en SeungHyun.

Sintió un escalofrío, que le recorrió toda la columna vertebral.

SeungHyun, su bebé, tenía un nudo. SeungHyun era un alfa. Jamás iban a poder enlazarse.

Se desmayó.

Flower RoadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora