Capítulo VI

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No tenía planeado llegar hasta en la mañana, se suponía que el sábado era su día libre cada dos semanas, pero estuvo tan ansioso todo el día, que su capitán lo dejó ir unas horas antes, para que pudiera llegar a Seúl en la madrugada. Eran poco más de las dos de la mañana y supuso que todos estaban dormidos en su casa, les daría una gran sorpresa en la mañana.

Como no tenía mucha ropa de civil, había tenido que ir vestido con su uniforme de policía y por alguna extraña razón, se estaba sintiendo inusualmente caliente. Apretaba fuertemente la correa de su mochila que llevaba al hombro, donde llevaba unos libros que le quería dar a su mamá y el regalo de cumpleaños para JiYong.

Pero entonces lo sintió, justo cuando abría la puerta de su casa, el olor más delicioso que jamás hubiera experimentado.

El olor de su omega.

No podía ser verdad. Dejó la mochila en la puerta y salió corriendo hacia el olor, apenas cerrándola nuevamente con seguro. Debía estar soñando. Su omega estaba cerca de aquí.

Respiró profundamente, concentrando su olfato al máximo, estaba incrédulo de lo que pasaba, buscaba con desesperación comprobar que el olor que lo guiaba a ciegas, de verdad viniera de dónde se imaginaba. Antes de abrir los ojos, lo supo, estuvo completamente seguro. Lo supo desde el momento en que le llegó a la nariz, pero no quería ilusionarse antes de tiempo.

Corrió a la casa de los Kwon.

Atravesó el jardín de su casa, y rápidamente llegó a la casa de sus suegros; saltó la pequeña reja sin el más mínimo esfuerzo, y golpeó la puerta con desesperación, dándose cuenta a los segundos de que estaba loco ¿Qué estaba haciendo? Lo último que necesitaba era despertar a su familia política, sería mejor entrar por la ventana de JiYong, no debería ser tan complicado subir ya que que había un árbol, al igual que en su casa, y había visto a su novio hacerlo un millón de veces.

Además de que con su nuevo cuerpo de policía, sería aún más sencillo.


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Realmente no le costó subir, tenía razón, su metro ochenta y dos, y sus músculos nunca le parecieron tan útiles como ahora. Abrió lentamente la ventana y el fuerte olor a omega en celo casi lo hace caer. Su pene se puso más rígido que nunca, pero debía concentrarse o moriría virgen.

Cuando tocó el piso del cuarto de JiYong con su bota, casi se besa a sí mismo por ser tan increíble, pero un quejido que provino de la cama de su amado lo regresó a la realidad. Estaba ahí, a pasos de su omega Kwon JiYong, que sufría al estar solo y sin un pene dentro. Él sabía exactamente qué debía hacer.

Se quitó la chaqueta del uniforme, la corbata y apenas pudo sacarse las botas cuando otro gemido, más fuerte que el anterior le dijo que ya tendría tiempo de desvestirse después. Lo importante era su pareja que lo necesitaba.

Temeroso, pero muy ansioso, se acercó a la cama en la que se habían besuqueado tantas veces, y que ahora iba a presenciar su primera vez. Casi grita de la emoción.

-JiYongie, mi amor, aquí estoy- Susurró en su oído, recibiendo un murmullo con su nombre como respuesta, y sintió un obsceno orgullo, su novio parecía dormir, pero lo tenia presente en su sueños.

Se subió a la cama, quedando sobre él, había leído que la mejor manera de hacerlo la primera vez que anudara era así, con él encima y el omega boca abajo. Una lágrima de felicidad se le salió al referirse a JiYong como omega.

-Soy yo bebé, estoy aquí, tu alfa está aquí- Se restregó un poco sobre el omega.- Despierta bebé, ¿JiYongie, quieres mi nudo? Te ayudará con el dolor, mi amor- Jadeó ante el contacto. Quería cogerse al omega hasta por las orejas, pero no planeaba aprovecharse de él, menos en este estado.

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