Capítulo X

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-¡Pasan de la una! ¿A quién diablos íbamos a despertar, enano loco?

-Por favor, todos en este barrio son una bola de huevones burgueses que despiertan después de medio día.- Estuvo esperando  cerca de quince minutos en la puerta a que JiYong se pusiera decente -o al menos algo de ropa- hasta que por fin lo había dejado pasar, la sala estaba fresca por el aire acondicionado, pero había algo desagradable en el ambiente.

-¡Amor! ¡Mami dice que tus papás vienen en camino! Y que si quieres ir a comer con ella y papá.

-¡Dile que sí!- Gritó, SeungHyun estaba en la otra habitación hablando con su madre.

YoungBae se imaginó muchas cosas cuando vio esa indecorosa foto que SeungHyun-hyung había subido a su Instagram esa mañana. Muchas de las cuales no estaba orgulloso, más porque acababa de salir de la iglesia y la falta de sexo no ayudaba a controlar su libidinosa imaginación; igualmente había sentido envidia, y lo carcomió aún más el remordimiento.

Así que regresó al templo para rezar un poco más, no podía ver a sus amigos en ese inconveniente estado mental.

Claro que estaba feliz por ellos, se merecían esto y más, pero no ayudaba a esa sensación, que llevaba acechándolo desde meses atrás, se sentía más solo que un perro callejero. Y con lo que pasó ayer con--

-¡YoungBae! ¡Hazme caso! - Estaban sentados, a una distancia prudente, en el sofá grande de la sala de los Kwon. -Ayúdame a buscar en internet como eliminar el olor a enlace.

-Querrás decir olor a sexo, mierda me estoy mareando a la verga.

-¡No seas grosero, eres cristiano!

-¡No lo puedo evitar! Creo que este maldito olor me pone agresivo. O tal vez es porque me tuve que levantar tan temprano para venir a ver el desmadre que armaron por andar de calientes.

-¡Pensé que te habías levantado a la iglesia!

-Claro que sí, Dios es lo primero en mi día; pero este pecaminoso ambiente me está haciendo maldecir como marinero.

-¿Te acuerdas de ese capítulo de Bob Esponja en donde todos empiezan a maldecir porque hacen como delfines y ellos así de --?

-Amor, mamá va a venir a ayudarnos a arreglar la casa después de comer, así que no te preocupes; deberíamos mejor irnos a bañar, ya sabes que odia que la hagan esperar.

-¿Ya se te quitó el celo, JiYong?- YoungBae preguntó algo extrañado.

-Aún tengo un poco de calor, pero no es nada insoportable, así que supongo que sí.- Levantó los hombros desinteresado.

-Eso es raro, se supone que el celo de los omegas dura tres o cinco días, y si es el primero puede tardar hasta más.

-Sí, ya sé, pero digo, no voy a andar llorando porque no sufro como perra ¿no? Hasta en esto soy chingón.

-Sí JiYongie, es el mejor en todo- Su hyung se sentó a un lado de su omega, casi sobre él, abrazándolo y besando su mejilla repetidas veces y restregándose cual gato. Si antes eran un par de encimosos, ahora estaban peor.

-Bien, YoungBae-yah, ¿Puedes contestar si mis papás llaman? Nos vamos a bañar rápido y regresamos.- Besó brevemente los labios de SeungHyun.

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