La película no había empezado, y ya llevaban casi veinte minutos de malditos comerciales, la mitad de esas cintas Hollywoodenses ni siquiera llegarían o a nadie le importaban de lo malas que se veían. Odiaba que apagaran las luces y los hicieran pensar que ya iba a comenzar, pero nada, más y más anuncios.Ya había arrasado con más de la mitad de sus enormes nachos, y un tercio de las palomitas, si bien aún le quedaban papas fritas, el hot dog y los M&M's, el maldito de SeungHyun tenía razón, sí se lo iba a terminar. Y si el otro se atontaba, hasta se comería lo suyo. De repente tenía un hambre voraz, y ya se imaginaba la cara de sabelotodo del alfa, burlándose con su sexy voz "¿Ves que sí te lo ibas a acabar todo, mi amor?".
Estaba perdidamente enamorado de él, pero no soportaba que tuviera razón, menos cuando estaba insinuando que era un cerdo con la comida chatarra.
Bueno, el alfa no había dicho eso, pero lo vio en sus ojos. "Come, cerdito, come". Seguramente quería engordarlo para que nadie lo volteara a ver, o... Tal vez era porque lo quería listo para cuando lo dejara embarazado. Había estado muy insistente con eso de tener doce hijos.
Sabía que no estaba bromeando del todo, porque cuando eran niños, habían pactado tener veinte hijos. Gracias a Dios ya habían disminuido, pero no creía que el alfa fuera a dar su brazo a torcer muy fácil con eso de tener muchos cachorros.
Pero no había manera de que él y SeungHyun tuvieran veinte hijos. Ni doce, ni seis... al menos le daría dos. Sí, habían pactado tres en su trueque, pero ya encontraría la manera de zafarse. Tenía suerte de que el futuro padre de sus criaturas, era dulce y manejable, definitivamente habría alguna forma de convencerlo.
Aunque si el parto era tan horrible como su madre les había contado a su hermana y a él años atrás, tener un hijo único sonaba mejor. Estaban de moda ¿no?
-Ni ha empezado tu película, y ya casi te lo embutiste todo, bebé.- SeungHyun le había susurrado al oído, antes de rodearlo con su brazo, y acercarlo un poco a él. Había quitado el reposa brazos de en medio, para que no hubiera ninguna barrera entre ellos.
-No empieces, o te haré ir a comprar más- Lo amenazó, aún con la boca llena de nachos.
-Haré cualquier cosa que me libre aunque sea por unos minutos de ver gente bailando en una isla griega.- Besó su sien.
-Ya no me alimentes, me vas a dejar obeso.- Hizo un mohín en la oscuridad, y supuso que el mayor lo había visto, ya que soltó una risita.
-Yo fui obeso por muchos años, y nunca te quejaste. Quiero saber lo que es tener un novio gordito, parecía encantarte.
Se rió.- Eso es porque tu eres guapo, si me pongo gordo me veré horrible, y ya basta, déjame ver que he esperado años por esto.- Seguía comiendo palomitas, el más alto sólo lo apretó más a su lado, y no siguió hablando.
Al menos vería la película en paz.
-
Algo le debió haber dicho que no vería la película en paz.
Aunque las segundas partes nunca eran buenas, esta estaba siendo bastante decente. Divertida, mucho sol y romance, además de que las canciones estaban hermosas. Se la estaba pasando bien, si no fuera porque SeungHyun no dejaba de molestarlo.
Bueno, no lo estaba molestando, más bien era ¿tierno? Sí, digamos que era tierno.
Acariciaba distraídamente su hombro con el pulgar, de repente besaba su mejilla, y le decía cosas en el oído para hacerlo reír. Era algo lindo, pero en serio quería ver a Meryl Streep contando su bello verano con Pierce Brosnan y sus otros galanes.
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Flower Road
RandomSeungHyun y JiYong son pareja destinada, lo saben desde muy pequeños, y llevan prácticamente toda su vida preparándose para ello. Saben dónde van a vivir, en qué trabajarán e incluso cuantos hijos tendrán. Nunca han dudado de que serán pareja. Jamá...