SeungHyun sabía que estaba en problemas desde que la idea había pasado por su mente, lo que había hecho era no sólo deshonroso para él, su familia, sino también para JiYong. Era como demostrar abiertamente que su hermoso omega se estaba casando con un alfa débil, inútil.Pero no podría importarle menos.
Sabía que inclinarse así ante un omega era algo de lo que, según la sociedad, debería sentirse avergonzado, pero no lo pudo evitar. Desde que sus miradas se toparon a través de ese lindo velo, se sintió de la misma forma que cuando tenía seis años. Por eso había sido inevitable para él entregarse. Porque sabía, desde toda su vida, que él no se pertenecía, que era completamente del otro.
Era completamente de JiYong.
Sus almas habían estado unidas desde el primer momento en que se conocieron.
Sin importar su condición actual como alfa, sin importar cuantas cosas cambiaran, él ya le pertenecía a ese pequeño y delgado muchacho. Esta ceremonia era para él y su amado, para nadie más. Era para que por fin pudieran unirse legalmente y adquirir derechos, un trámite un poco tedioso, pero necesario para el inicio de su vida juntos.
-Hyung, creo que ya estuvo.- Escuchó el débil susurro de su JiYongie.- Debemos continuar.
SeungHyun lo sabía, pero la valentía y seguridad que tenía hace unos segundos, cuando sin pensarlo demasiado se inclinó ante el otro, había desaparecido al sentir el aura pesada del salón.
Mierda, tal vez sí se había pasado esta vez.
-Ejem, es un acto muy peculiar por parte de los novios hacer este, ehm "gesto".- El juez hizo comillas con los dedos.- Pero necesito que digan sus votos y firmen esta acta para que puedan casarse chicos.- El hombre trajeado intentó aligerar el ambiente con su intento de chiste, que sólo quedó en eso, un intento, porque nadie rio. Afortunadamente ese tiempo, logró que el alfa por fin se levantara lentamente de su incómodo escondite.
Lo primero que vio fue a su novio, que le sonreía entre divertido y con los ojos llorosos. Era difícil saber si quería matarlo o besarlo.
Pero el gesto de beso que le lanzó, más el guiñar de su ojo, le regresó el alma al cuerpo.
Al menos su futuro esposo no lo odiaba. Ya era ganancia.
Inhaló y exhaló profundamente, y le extendió su brazo nuevamente, para que el más bajito lo tomara. Éste lo hizo sin rechistar, y caminaron lo pocos pasos que les faltaba para llegar al verdadero altar, en donde estaba la mesa donde firmarían su acta.
-Y luego dicen que el impulsivo soy yo.- Susurró el omega.
-No me pongas más nervioso, mi vida, que ya se me fueron todos los huevos que tenía.
-Ya sé, los tienes hasta acá.- JiYong se señaló el cuello con la mano que sostenía el ramo, y soltó una risita, supuso que por su cara de horror.- Ah, no es tu manzana de Adán.
Eso lo hizo soltar una carcajada, y trató de contenerla al instante, cubriendo graciosamente su boca con su mano. El omega igual reprimió su risa, pero con su ramo.
El ministro tosió, tratando de llamar la atención de todos, y de que por fin la ceremonia comenzara. Era bastante evidente que el hombre quería terminar esto, e irse lo más rápido del lugar.
SeungHyun no escuchaba, se le habían tapado los oídos, y no paraba de sacudir su cabeza, tragaba y hacía todo lo que se le ocurría para que pudiera escuchar con normalidad, pero nada daba resultado.
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Flower Road
RandomSeungHyun y JiYong son pareja destinada, lo saben desde muy pequeños, y llevan prácticamente toda su vida preparándose para ello. Saben dónde van a vivir, en qué trabajarán e incluso cuantos hijos tendrán. Nunca han dudado de que serán pareja. Jamá...