Capítulo XV

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SeungHyun sentía sus manos temblar un poco, la erección que tenía había quedado completamente flácida ya, y su corazón estaba a mil; en cualquier momento le podría dar un infarto. Había cerrado sus ojos, inhalaba y exhalaba tratando de calmarse, pero era inútil.

-Están esperándote, hyung.- Susurró JiYong, acariciando sus mejillas para sacarlo de su momentáneo trance.

-No sé qué debo decir.- Dijo bajito, pero se notó claramente un temblor en su voz.

-Podrías comenzar respondiendo lo que te pregunté SeungHyun, y acláranos igual, con permiso de quién lo hicieron.- Reclamó nuevamente su padre, tan severo como nunca lo había escuchado.

SeungHyun no podía decir que tuvo una infancia mala, al contrario, sus padres fueron cariñosos con él, su noona, sus primos -menos DongWook-, toda su familia parecía adorarlo. Tal vez porque pensaban que sería omega... Nunca supo muy bien si hubo alguna razón en específico o si sólo le caía bien a sus parientes.

Sí, sufrió bullying por su sobrepeso en la escuela, pero JiYong lo defendió la mayoría de las veces, llegando a los golpes con esos niños más grandes, de ser necesario. Y pues, cuando lo cambiaron a un instituto privado en la secundaria, aprendió a simplemente ignorar sus comentarios crueles. Su rostro se fue endureciendo por esos años, y los tipos parecían acojonarse sólo con su mirada. Así que realmente nunca se había metido en problemas, era un niño de mamá, muy mimado y tranquilo; nunca había hecho ni lo más mínimo para molestar a sus padres, y hasta trataba de no ser tan flojo en el estudio.


Por eso es que no estaba muy seguro de cómo enfrentarse a sus papás, siempre había aceptado lo que ellos querían, sin dudarlo ni por un momento. No quería decir que no tuviera la capacidad para negarse, sino que confiaba ciegamente en lo que los mayores le sugerían.

Estaba seguro de que sólo buscaban lo mejor para él, así que delegaba la gran mayoría de sus decisiones a sus padres.

Durante el último año había sido igual, no había tenido que rendirles cuentas en lo más mínimo, ni tampoco los había retado de ninguna forma. Siempre obediente, siempre sumiso.

Pero ahora era un alfa, el alfa de una pequeña familia que se había formado hace menos de cuarenta y ocho horas, y como el alfa que era, debía hacerse responsable por esta decisión que habían tomado, así como lo hizo con la boda precipitada.

La gran diferencia de su "enfrentamiento" por la boda express, es que en el fondo todos estaban de acuerdo, tal vez no con el momento, pero no se oponían al acto en sí.


Esto era un rotundo no, al parecer.

-Acompañé a JiYong a hacerse un tatuaje.- Se giró, plantándose en toda su altura, para imponer aunque sea un poco de respeto.- Y lo hizo con el permiso mío. Permiso que no tiene que pedir la verdad, pero que aún así se lo di.- Se estaba cagando de miedo, pero lo disimuló increíblemente, porque su voz había sonado firme y autoritaria.

JiYong se escondió un poco detrás de él. El temor de su omega, despertó en él su instinto protector, así que se sintió más valiente.

Al menos un poco.

-Ah, muy bonito, ¿y con dinero de quién hicieron eso?- Preguntó irónico su papá.

-Fue un error haberlo cargado a tu tarjeta, lo admito, y apenas me llegue el cheque de este mes, te pagaré por eso.- Consideró seriamente volverse actor, porque ni su instinto de alfa, lograba que no estuviera aterrado por su padre.

-Sabes perfectamente que no lo digo por el dinero.- HyunSoo estaba rojo de la ira, jamás lo había visto así.

La verdad no entendía por qué estaba tan molesto.

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