18.

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  —¡Hola! ¿Y esa cara de susto? -escucho detrás de mí. 

   —  Hey, Gillian ¿cómo estás? -sonrío pasándome el cabello por detrás de mi oreja.

— ¿Buscabas a alguien? -me pregunta con su usual sonrisa.

—No, no -titubeo  —para nada, sólo pasaba por aquí porque voy al centro acuático.

—¡Vaya! Pues que bien que te alcancé -ríe.

—Sí -sonrío y después de eso hay un silencio incómodo por aproximadamente unos 7 segundos.

— Sí -dice Gillian bajando la mirada  —de hecho, quería decirte que le causaste una buena impresión a Sebastián. Cree que eres muy elegante y divertida.

 —¿En verdad? -río  — Pues es genial que piense eso de mí.

— Sí -medita un poco  — Oye, como ya sabrás, el viernes inicia el primer partido de la temporada, sería genial que pudieras venir a vernos. Ya sabes, apoyar a la escuela.

—Ah, claro. Por supuesto, me parece una idea genial. De hecho, ya pensaba en venir al juego -miento   —aunque me siento mejor ahora que soy formalmente invitada por alguien del equipo -bromeo.

  —¡Excelente! Entonces supongo que te veré por aquí el viernes.

— ¡Claro!

Empieza a alejarse para ir al llamado de su entrenador.

— En primera fila -me grita mientras corre.

Yo sólo río.

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Viernes 6 P.M.

—¡Hey babe, por aquí! -me grita Kendall quién está sentada... en primera fila. Apoyando a su primo  — No creí que fueras a venir por aquí. Ven siéntate.

—Gracias -le digo.

—¿Y bien? Alguna noticia -me pregunta.

—¿Sobre qué? -le pregunto confundida.

Creo que se da cuenta de que no sabe de que habla.

—De la vida, cariño -desvía la atención y come de sus palomitas  —Mira, ya está empezando. 

...

Termina el partido, obviamente con nuestro equipo de la escuela como campeón. Como cada temporada. Las aglomeraciones de personas que van a felicitarlos empiezan a formarse. 

 —Ven -me dice Kendall mientras me jala del brazo.

   Me dirige hacia su primo, que se veía espectacularmente bien.

—¡Felicidades a mi primo favorito! ¡Bien hecho cabrón! -lo abraza mientras el ríe y le agradece  — Mira, vino una amiga -le dice levándole las cejas y riéndose.

—Felicidades -le digo dándole un abrazo. 

—Gracias Pamela -me dice sonrojado  —Que bueno que pudiste venir, te vi mientras jugaba. Creo que me diste suerte.

Kendall está allí riéndose de lo cursi que acababa de sonar Gillian y como yo me entorpecía sin saber que hacer.

—No, para nada. Ustedes son un buen equipo, siempre ganan.

—Gracias -me dice  —Por cierto, voltea a vernos a las dos (Kendall y yo) mañana habrá una fiesta, para celebrar que ganamos el primer partido de temporada. Las veré allí, ¿verdad?

—¡Sabes que sí! Ahí estaremos, como siempre, ¿verdad Pam? -dice Kendall.

—Ah -fue inesperado y no podía negarme, mi sueño estaba haciéndose realidad  —por su puesto, sí.

—¡Genial! Entonces las veo mañana.

—¡Seguro! -Dice Kendall de la manera más convincente posible.

Y entonces Gillian se avalanza sobre ella para darle un abrazo. Luego sobre mí y me da un abrazo  y un beso en la mejilla, que fue muy cerca de la comisura de mis labios.

 ¡Por favor! ¿Sabes que estás jugando con fuego? No hagas eso, o me echaré encima a tu cuerpo, te desnudaré y me sentaré en ese gran pene que tienes.  

Yo sólo me contengo.

   —Claro -digo esto y Gillian se marcha a festejar a vestidores con su equipo. 

 

Atrapada en una NinfómanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora