Voy saliendo de clase, y como siempre, todos están afuera en el campo viendo entrenar a "Los lobos" que es nuestro equipo de fútbol americano.
Todos los hombres están gritando, y las mujeres suspirando por los jugadores, pero sobre todo por Gillian, por ser el quarterback del equipo, y por quién yo me masturbé aquella noche.Me pasé de largo, soy conocida en la universidad, pero no me gusta mucho lidiar con los estúpidos compañeros huecos, no tengo una "mejor amiga" y siempre ando de un lado a otro.
Me llamo Pamela, por cierto. Tengo 21 años y como ya habrás notado, me gusta Gillian, que aunque no parece estar muy entusiasmado conmigo, algunas veces cruzamos miradas accidentales y él me sonríe.
Muchos hombres aquí en el colegio andan tras de mí, pero la verdad es que a mí no me interesan. Sólo he tenido a un par en mi cama, nada del otro mundo.
-¡Hola Pamela!
-Ah, hola Ithan, ¿qué pasa?
-Nada -contesta nervioso ante mi presencia- solo quería decirte que este sábado festejaré mi cumpleaños y me gustaría que asistieras.
-¡Oh! Gracias por la invitación -contesto con una sonrisa-te veré allí.
-Eso espero -me contesta felizmente al confirmarle que sí iría-hasta luego.
Y se va.
Ithan es guapo, el problema es que no lo creo muy de mi tipo, no quisiera lastimarlo, pues yo no busco algo serio y me cae bien el muchacho.
•
Entro a clase y me la paso leyendo durante ésta, pensando en...sexo, pues ¿para qué les voy a mentir?Son aproximadamente las tres treinta de la tarde, y voy caminando directo al estacionamiento, cuando paso por las regaderas y escucho un grito...
-¡Pamela!
Me giro y veo a mi amigo Joseph parado en la puerta haciéndome una seña con la mano para que me acerque, lo cual hago.-¿Qué sucede? -lo saludo.
-Espera, quiero que le lleves algo a mi mamá, dile que llegaré tarde hoy pues me quedaré haciendo un trabajo.
-Claro, yo se lo llevo de pasada -sonrío.
-Bueno, acompáñame, ven.
-¿A los vestidores?, estás loco.
-Descuida -me contesta- ya solo quedamos una persona y yo, no hay mucho de qué preocuparse. Anda, vamos.Ok, creo que entraré; de igual manera, no pasará nada.
Me siento en una banquilla mientras espero que llegue Joseph con su encargo.
-¿Ya? -le grito para saber si ya casi termina de buscarlo.
-¡Demonios! No lo encuentro, creo que lo dejé del otro lado del vestidor -grita estresado.
-Tranquilo -le digo- no te desesperes, de igual manera no llevo prisa.
-Gracias Pam, ya vuelvo- y se va al otro lado del vestidor.
Empieza a tardarse un poco, y yo empiezo a aburrirme, así que empiezo a recorrer el lugar, solo había entrado un par de veces y muy rápidamente.
De estar caminando mucho, de repente escucho una regadera abierta, pero no escucho a nadie haciendo ruido, recuerdo lo que me dijo Joseph: solo quedamos una persona y yo, y me imagino que ya debió haberse ido, por lo que pienso ir a cerrar la llave que habían dejado abierta.
Me aproximo con cautela, por si me equivoco y hay alguien allí duchándose, cuando de repente escucho como que alguien se está enjabonando, cuando veo quién es, me quedo pasmada ante lo que veo:
Es Gillian, completamente desnudo y bañándose. No puedo creerlo.
Inmediatamente bajo a ver qué es lo que sus manos están tallando, así es... su pene. Me asombro al ver que su miembro viril, es demasiado grande, grueso y puedo imaginarme que jugoso.
Al ver cómo se toca para tallarse, haciendo sus manos de punta a fondo de su pene, me excito, quiero meterme y chupárselo como si no hubiese un mañana.
Se ve delicioso, quiero saborearlo, masturbarlo tocando su enorme pene, y cuando al fin termine, montarme en él y tener sexo desenfrenado y que al final terminara sobre mí.
Ya no pensaba con claridad, así que estaba a punto de meterme a su regadera cuando...
-¡¿Pam?! -Joseph- ¡¿Pam, dónde estás?!En buen momento apareciste, maldita sea.
-Aquí estoy Joseph -le digo.
-Oh, creí que te habías ido, no contestabas, perdón por la tardanza es que no lo encontraba.
-Sí, no te preocupes, no me aburrí, descuida.
Qué bueno que te tardaste -pienso.
-Menos mal -contesta aliviado- gracias, te veo luego.
-Seguro, bye.Me despido de él y me dirijo hasta mi casa, obviamente tenía que pasar a la suya a dejarle el encargo a su madre.
Durante el trayecto iba pensando en nada más que en Gillian, si antes lo pensaba día y noche, después de lo que vi hoy, será imposible la idea de ya no pensarlo.
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Atrapada en una Ninfómana
De TodoTal vez esté mal visto por la sociedad, pero en los últimos años me ha quedado claro que lo que mueve al mundo es el sexo...