Las Cartas de Anna©

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Matthew.

-Aun no tenemos nada- se quejo Marcello mientra encendía un cigarrillo.

-Te e dicho que no fumes enfrente de mi.

-Por favor ya ni mi padre se queja, además estamos en tu balcon el viento se llevara el olor.

-Si quieres hacerlo adelante pero no cuando yo este cerca.

-Ya entiendo- dijo mientras tiraba el cigarro para apagarlo- entonces dime amigo, ¿porque estamos vigilando a la princesa desde tu balcon mientras juega con tus sobrinos? Acaso averiguaste algo grave de ella.

-Estoy enamorado de ella.

-Ah ya veo.... ¡¿Espera, que?!, solo piensas admitirlo asi nomás.

-Porque negartelo- dije mientras me encogía de hombros.

-¿Piensas decirle algo?.

-No lo creo.

-¿Porque?.

-Sabes el doctor que esta atendiendo a mi hermano es su exnovio.

-¿Y?.

-Bueno al parecer quiere volver con ella... Parece ir encerio con ella.

-¿Y tu no piensas ir encerio con ella?.

-Por supuesto que si... Solo que, bueno, creo que ellos merecen intentarlo otra vez.

-Tu también tienes el derecho de intentarlo, al final la decisión sobre quien es el ganador la tomara ella...Sabes creo que le agradas de la misma manera.

Voltee a ver a Marcello quien observaba a Anayansi jugando con mis sobrinos.

-Pense que no te agradaba, que la tenías tachada como un criminal.

-No era eso, solo no le tenia confianza, pero... Sabes, creo que vale la pena esa chica, creo que ambos quedan muy bien juntos-  Marcello tomo una breve pausa y me observo algo pensativo-  así que amigo, ponte los pantalones y dile lo que sientes.

-Sabes creo que no soy el único que debería tomar ese consejo- dije mientras observaba como mi hermana llegaba en su auto- ¿cuando piensas decirle?.

-Oyes nuestras situaciones son diferentes, ella es libre por el camino, sin embargo tu hermana aun tiene la herida de haber perdido a su esposo.

-Ya han pasado dos años... Al menos dile si te dará una oportunidad, le agradas a mis sobrinos por lo que se que te ira bien con ellos.

-Ese no es el problema amigo y lo sabes... Es difícil para mi el querer conquistar el corazón de tu hermana, despues de todo ella fue tambien mi cuñada... No quiero que me vea como el remplazo de mi hermano.

-Ella jamás haría eso tu hermano era un gran sujeto y bueno, tú, eres tú.

-Gracias por el consuelo- contesto con sarcasmo.

-Solo ponte los pantalones y dile lo que sientes.

-Te propongo algo si yo le digo a tu hermana lo que siento tu le dirás a la princesa lo que sientes, ¿es un trato?.

-Trato- conteste convencido- me la pasare toda mi vida solo.

-¡Hey, Helen!- grito Marcello, cuando mi hermana volteo a vernos, Marcello hizo una sonrisa graciosa- ¡Te amo, preciosa!.

-¡Déjate de bromas Marcello y vete al diablo!- grito mi hermana.

-Ya le he dicho te va a ti- dijo Marcello victorioso.

-Eso no cuenta... Ella piensa que es en broma.

-El trato era que teniamos que decirselo y se lo e dicho, que tu hermana lo tome como una broma no es mi problema... Llámame cuando se lo haigas dicho- dijo Marcello antes de irse con una sonrisa victoriosa.