Tiempo

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Dos días.

Dos días y aún nada.

Nono estaba con sus nervios a flor de piel al igual que el resto de sus guardianes. Algo le decía que debería confiar en que su petición fuera respondida, aun cuando todo indicaba que nada bueno traería la vida en esos momentos. El rubio estaba en estado crítico en el hospital, más cerca de los brazos de la muerte y en coma inducido, los médicos explicaban en sus informes que habían marcas claras de lucha: realmente intento defender a la niña aún con su vida.

Los análisis al cadáver de Nana tampoco decían cosas buenas: había intentado protegerse y defenderse, pero por su avanzado estado de gestación eso fue difícil, los asesinos habían golpeado y apuñalada su vientre matando al cachorro y dejándola morir desangrada.

Mientras intentaba parar su mente de todas las posibilidades y concentrarse en lo que realmente debía hacer, el Coyote ingreso a la oficina corto con todo eso con rapidez.

-Dime que son buenas noticias-demando el actual Capo de Vongola

-Ellos están al teléfono-dijo el guardián y mano derecha de Nono

Por una vez en esas 48 horas de locura pudo sentir esperanza.


-La Vongola nos ha ayudado mucho a lo largo de los siglos, innumerables veces a decir verdad.

Nadie podía negar las palabras de Bermuda, era una verdad que las veces que los Arcobalenos pedían ayuda, la Vongola era la primera en responder sin pensarlo mucho. Aun así la mesa de reunión seguía tensa, Reborn solo los miraba con indiferencia a todos: había sido él quien los había convocado con la solicitud de Nono, sabían su respuesta al tema.

Todos dirigieron sus miradas a los que encabezaban la mesa de juntas: Bermuda por un lado al ser el que más siglos había vivido además de ser el portador de llama de la Noche que mantenía todo en equilibrio, y por el otro lado estaba Luce, la portadora de la llama del Cielo, la contra parte de la llama de la Noche. El peso de la decisión recaía en ellos por obvias razones.

-Esta es la primera vez que la Vongola nos pide ayuda, Giotto fue la persona que más ayudo a los Arcobaleno en el pasado, pagando un precio muy caro por ello, si no fuera por la ayuda de él y sus guardianes tal vez la maldición nunca hubiera sido rota-volvió a argumentar Bermuda- personalmente siempre me he sentido en deuda con su familia-dijo tomando por sorpresa a todos los presentes sin excepción- así que no dudare en proteger a la última de sus descendientes, es lo mínimo que puedo hacer por conservar su legado.

-Creo que todos pensamos lo mismo-dijo Luce luego de observar a todos los presentes- La Vongola solicita ayuda y los Arcobalenos responderemos al llamado.


Tiempo, tiempo era lo que no tenían.

La niña había dado pelea, para ser una mocosa era hábil al pelear aun así no podía hacer mucho contra un grupo de alfas y betas adultos. En esos instantes estaban huyendo con el cuerpo magullado de la chica, si, se habían pasado un poco de la mano cuando la intentaron controlar, pero al menos habían obtenido una muestra mínima de sangre para el análisis. Pero no pudieron hacer mucho antes de ser alertados que el grupo más peligroso del mundo estaba detrás de ellos.

Tsuna apenas podía sentir sus brazos por la posición incómoda en que se encontraban atados, podía jurar que uno de sus brazos estaba fracturado por el infernal dolor, eso había sido para que no intentara huir una vez más, al igual que una de sus clavículas. Sabía que su cara debía tener un moretón por la cachetada que le dieron luego de morderle a la mano que sostenía la jeringa cuando intentaron las primeras veces obtener sangre.

Freedom (KHR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora