Un final eternamente feliz

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-Creo que ya me estoy empezando a acostumbrar a la forma de comer aquí- dijo Víctor levantando su taza de café y bebiendo un sorbo.
-¿Ves? Te dijimos que lo harías rápido- le dijo Kenia tomando un sorbo de la suya también.
Emily, Víctor, Kenia, la abuela Tomasa, el general Bob, el capitán Pet y el anciano Gutknecht estaban sentados en la calle a una mesa de un café que había en la plaza.
-Me pregunto porqué nos han citado aquí esos dos- dijo Emily.
-Igual yo, se comportaban de forma un poco extraña cuando nos dijeron que viniéramos al café hoy- corroboró Víctor.
Ninguno de los demás presentes dijo nada al respecto.
-Sea lo que sea más les vale apresurarse a llegar, llevamos esperando 24 minutos y mi tiempo como seguridad del pueblo es muy valioso, nunca se sabe cuándo debo atender el crimen- dijo el general Bob.
Antes de que alguien dijera algo Rosita y Jaime aparecieron detrás de Emily.
-Hola, perdonen el retraso, nos confundimos con la hora, pero ya estamos aquí- dijo Rosita apenada.
-Sí, disculpen- dijo Jaime.
-No se preocupen chicos, Tom y Larry todavía no llegan- dijo el capitán Pet.
-Ah, menos mal- dijo Jaime.
-Tomen asiento- indicó Emily.
Rosita y Jaime se sentaron en dos de las cuatro sillas vacías al rededor de la mesa redonda.
-¡Si no llegan en cinco minutos me iré a hacer mi guardia!- gritó el general Bob- después de todo son ellos los inoportunos y no me necesitan aquí para nada.
Enseguida Kenia le dio una patada al general Bob, que aunque no sintió dolor sí se percató del acto.
Emily iba a hacer una pregunta cuando dos figuras pasaron a su lado corriendo.
-Hola amigos, nos alegra verlos- dijo Larry.
-¿Qué cuentan? ¿Eh?- preguntó Tom.
-¡Tom! ¡Larry! Llevan casi media hora tarde, la cita era a las 10:00 a.m.- regañó el capitán Pet.
-Sí, sí, lo sentimos, es sólo que se nos atravesaron algunas cosillas sin importancia, pero ya estamos aquí- dijo Tom sentándose en una de las sillas vacías seguido de su hermano.
-Bien, pues hablen enseguida- pidió la abuela Tomasa.
Larry y Tom se miraron con la boca abierta.
-Jaja, creo que sería mejor ir paso a paso, pasar un rato platicando y luego...
-Tom, está bien, estoy segura de que lo primero no tendrá importancia cuando cuenten lo segundo- dijo Rosita.
-Por favor mi bella dama, no les de alas a estos dos, les recuerdo que estuve a punto de arrestarlos de lo primero- dijo el general Bob.
-Pero reconoció que fue algo bueno, y nosotros se lo agradecemos mi señor- dijo Larry solemnemente.
-Esperen un momento, ¿de qué cosa están hablando?- preguntó Emily extrañada, más aún al darse cuenta de que al parecer algunos de sus amigos sabían de lo que se trataba esa reunión, sino es que todos puesto que nadie más a excepción de Víctor y ella parecían confundidos.
-Ah, claro, no lo hemos dicho jeje- dijo Larry.
Víctor frunció el ceño al igual que Emily.
-A ver, basta ya de las payasadas, cállense todos y ustedes dos hablen ya- dijo el anciano Gutknecht.
Todos se sentaron derechos mirando a Tom y a Larry, quienes se miraban entre sí y luego voltearon a ver a Emily y a Víctor, que estaban lado a lado.
Larry se aclaró la garganta.
-Bueno amigos, Emily y Víctor para ser precisos, la razón para que los citamos aquí hoy es darles una noticia a ustedes dos en concreto, los demás ya lo saben, están aquí para ver lo que opinan y porque por supuesto ayudaron a que esto pueda realizarse- dijo.
Esperó a que alguno de los dos dijera algo pero ambos se quedaron esperando a que continuara.
-Bien, entonces, mmm, Tom.
-No, tú diles la primera parte, eres el mayor- respondió Tom con voz cantarina.
-Sólo cuando te conviene- recriminó Larry- ok, verán chicos, el día que estuvimos organizando la boda, concretamente cuando llevamos a Víctor a casa de Emily para la realización de su traje, mientras pasaba a la habitación donde se lo probaría, mi hermano y yo pusimos nuestra atención en unos... regalos de Emily, que estaban en su mesa, justo en la entrada de su casa... vimos... muy bien, sin rodeos, vimos unas cartas y las leímos, uno era el poema que le escribiste a Emily cuando te le declaraste, el cual por cierta está muy bien hecho, tienes mucho talento, y la otra fue la carta que te dejó tu abuelo para que abrieras cuando fueras grande- terminó de narrar Larry.
Víctor se habría puesto colorado de pena si hubiera podido y simplemente llevó su mano detrás de su cuello.
Emily miró un poco enojada a los hermanos.
-¡Larry! ¡Tom! No pueden simplemente llegar y leer las cosas ajenas, ese poema era mío y esa carta del abuelo de Víctor, algo muy personal de él, ¡fue una violación a nuestra privacidad!- dijo dando un golpe en la mesa.
-Fue justo lo que les dijimos- contestaron los demás muertos a excepción de la pareja recién casada y los hermanos.
-Sí, y cuéntalos, recibimos un sermón por cada uno, no hace falta que añadas otro Emily, mejor escucha lo que ocasionó eso, porque no los citamos simplemente para decirles que leímos sus cartas- dijo Tom.
-Ah, pues ¿qué más hicieron?- preguntó Emily, recargando su cabeza en su mano.
-Eso es lo que quiero decir, mi turno de hablar hermano- dijo Tom- después de su boda, o sea, hace tres semanas, hemos estado haciendo una investigación entre todos nosotros, la cual ya dio resultado.
-¿Qué investigación?- preguntó Víctor.
-¡Pues no la de esa chica fugada! ¡Para eso sí estuvieron muy ocupados!- mencionó el jefe Peterson que en ese momento pasaba por ahí y había escuchado el último comentario.
-Ahí va otra vez ese- dijo la abuela Tomasa rodando la cabeza.
-Pues "ese", sí estuvo haciendo su trabajo de buscar a la chica solo, durante dos semanas y nadie...
-Pero ya hemos resuelto eso jefe Peterson- lo interrumpió Víctor con el tono más cortés que pudo- después de esas dos semanas presté mi mente para localizar a Victoria y el abuelo la encontró y aclaró que quería conservar sus recuerdos para tomar ejemplo de Emily y de mí para ser libre, no le veo nada de malo, más bien me alegro por ella, y en agradecimiento por esos pensamientos no piensa contarle nada a nadie sobre este mundo, igual que mi padre.
-Otra vez a defenderla, ese regalo no fue concedido, lo robó y burló las reglas, a mí, el jefe más respetado y correcto que...- se fue balbuceando el jefe Peterson, aún estaba enojado del escape que había dado Victoria con los recuerdos de los muertos gracias a su distracción, pero todos los demás estaban felices por comprobar que estaba siendo feliz en la escuela de artes donde la habían aceptado y estaba haciendo su nueva y mejorada vida tal como quería.
-Ahora sí chicos, ¿a qué búsqueda se refieren?- preguntó Emily.
Tom y Larry se miraron, sonriendo, lo siguiente era importante, lo sabían.
-Víctor- dijo Larry con voz calmada.
-Encontramos a tus abuelos- contestó Tom con el mismo tono.
Víctor por un momento no pudo reaccionar, la revelación lo había tomado por sorpresa.
-Esperen, ¿qué?- preguntó casi en un susurro.
-Como lo oyes Víctor, hicimos algunas investigaciones, que no fueron fáciles ciertamente, pero hace dos días encontramos su vivienda, les hicimos una visita y ya arreglamos todo para que ustedes partan enseguida con ellos, durante dos o tres semanas, tómenlo como una luna de miel familiar- dijo Tom.
Víctor aún estaba con la boca abierta pero poco a poco fue formando una sonrisa y comenzó a reír ligeramente mientras se tapaba la boca.
-No puedo creerlo- decía.
Todos lo miraban sonriendo, sabían que eso le haría feliz.
También Emily lo hacía, no esperaba la noticia, pero sin duda era una buena razón para no ahorcar a Tom y a Larry por husmear en sus cartas.
-Chicos, no, no sé qué decir, en verdad es una sorpresa, sé que este es el mundo de los muertos pero nunca imaginé verlos aquí, no se me ocurrió que podría y... en verdad gracias, a todos, por haberlos buscado- agradeció Víctor.
-Fue un gusto, así que como verás sería incorrecto hacernos algo por lo de las cartas, ¿no lo crees?- preguntó Larry inocentemente.
Todos lo miraron con el ceño fruncido.
-Jaja, sin duda- rió Víctor despreocupadamente, no tenía manera de estar enojado con ellos después de eso, ¡vería a sus abuelos!

El Cadáver de la Novia                                  Un Amor (Im)Posible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora