Reencuentro inesperado

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Era ya el segundo día en que Víctor se hacía las pruebas para el traje, en ese momento estaba en la misma posición del día anterior, parado a la ventana con los brazos extendidos mientras el señor le tomaba las medidas y de paso lo pinchaba debido a su leve ceguera.
-En uno o dos días más podré comenzar a hacerlo al fin, quedará perfecto, ¿no te parece hijo?- preguntaba el sastre.
-Sí, claro- le contestó Víctor en voz baja, nada había cambiado desde el día anterior, seguía triste y vacío por la boda... al igual que seguía pensando muy seguido en Emily sin saber por qué.
-¿Le falta mucho para terminar?- entró preguntando la madre de Victoria.
-No, enseguida acabo señora- respondió el sastre quien en ese momento pasaba unos alfileres más por la tela que le serviría como molde para el traje.
-Ya terminé- dijo después de cinco minutos.
-Ya era hora, bien, regrese mañana a la misma hora y tú chico acompáñame- dijo la señora Everglot.
Víctor salió siguiéndola mientras el sastre se quedaba en el salón guardando sus cosas.
Bajaron al primer piso al salón de entrada donde los padres de Víctor y el señor Everglot los esperaban.
-Víctor, que bueno que bajas, tenemos que ir a la segunda prueba del banquete- dijo su madre mientras salían todos ellos por la puerta que el mayordomo acababa de abrir.
Fuera estaba el carruaje esperando, por lo que Víctor enseguida hizo por entrar pero al poner un pie en el carruaje el padre de Victoria lo detuvo.
-¡¿Pero qué estás haciendo muchacho?!- le preguntó.
-Yo, bueno pues... dijeron que íbamos a la prueba del banquete- respondió un poco nervioso.
-Sí, pero tú no- le dijo su madre.
-¿Entonces por qué me sacaron?- preguntó Víctor desconcertado.
-Porque de ninguna manera íbamos a dejarte solo con Victoria, es de mala suerte que el novio vea el vestido de la novia antes de la boda, además, es inapropiado que puedan quedarse solos sin vigilancia, así que anda, ve a tu casa- le dijo la señora Everglot.
Sin decir una palabra más los cuatro padres subieron al carruaje el cual partió enseguida, Víctor volteó a la casa donde estaba el mayordomo con la puerta abierta y en cuanto lo vio la cerró con un fuerte golpe.
Víctor metió sus manos en las bolsas de su pantalón y se fue caminando con la cabeza baja.
"Pero que exagerados y supersticiosos- pensaba- primero, ¿en qué haría mal ver el vestido?, segundo, ¿por qué es inapropiado quedarme solo con Victoria?, tercero, ni siquiera tengo intención de quedarme solo con Victoria, de hecho, no me habla desde que mencionó que nos obligaban a casarnos, ni siquiera me mira a los ojos, cuarto... no gano nada con pensar en esto, no se los puedo decir y si lo hiciera no quiero ni imaginarme lo que me harían, y quinto, ¿por qué no puedo ser como Emily y decir a los demás lo que pienso sin sentirme juzgado o sin que me regañen?... Aunque supongo que Emily me escucharía, a pesar de que la rechacé y que no somos amigos el último día que la vi se portó muy bien conmigo, me acompañó a este mundo para asegurarse de que estuviera bien y me escuchó sin juzgarme, incluso me dio su opinión sincera... como quisiera hablar con ella, ya sé que no la conozco mucho pero... aún así creo que es en la única en quien podría confiar... ¡y tan mal está la situación que ya hasta estoy hablando solo!" ¡Ah!- terminó de pensar antes de soltar un grito, y no exactamente porque estaba "hablándose" a sí mismo sino porque en ese momento chocó con algo cayendo al piso acostado.
-Que dolor- dijo en un susurro, sentándose y sobándose la frente, para después levantar la cabeza y ver con qué había chocado, y se encontró con un árbol, y al ver a su alrededor se dio cuenta de que había llegado a la entrada del bosque sin darse cuenta mientras pensaba. Se paró y se quedó mirando hacia el interior del bosque.
-No pensaba tomar este camino para volver... ¿o sí?... es temprano y mis padres regresaran tarde, tal vez... No, no- dijo alejándose de los árboles- no puedo ir, ya me metí en muchos problemas la otra vez y de paso a ella, y no debería abrumarla con mis asuntos, es más, ni siquiera los conoce a detalle, sólo sabe un poco y tal vez eso de la confianza no fuera tan cierto, es muy difícil hablar de esto, no sé si sería capaz de comentarlo con alguien, aunque también tenga que hacerlo y por eso llevo pensando en ella todos estos día... pero... no sé qué hacer, ¿debo de ir a buscarla?- preguntó, confundido y necesitado de consejo y de alguien que le prestara atención.

El Cadáver de la Novia                                  Un Amor (Im)Posible Donde viven las historias. Descúbrelo ahora