— ¿¡Quien jode!? ¡A las 7 AM las personas dormimos!
—Bonita forma de recibir una llamada de tu novio.
— ¿Athan? ¡Por dios, déjame dormir!
—Preciosa, llegaras tarde a la escuela.
— ¡Pero si hoy es domingo!
— ¿Segura?
<<El viernes fue mi cita con Athan, el sábado fue cuando comimos pizza de cena… Y ayer era domingo y fuimos a la iglesia...>>
— ¡Hoy es lunes! Se me hará tarde. Dios, voy tarde.
—De nada.
Me levante de golpe y corrí al baño, cepille mis dientes veloz y me di una ducha. Me coloque el uniforme lo más rápido que pude y baje con mi cartera a paso veloz.
—Pensé que no ibas hoy… —murmuro mamá recogiendo los platos sucios. —Ya sabes, anoche tenias dolor de cabeza y por todo te gusta faltar.
— ¿Dónde está Edward?
—Se fue con Dervila.
— ¡¿Qué?!
—Aquí tienes tu desayuno. ¡Te ves horrenda!
—Mamá es tarde…
—Ni hablar, mi bebe no llegara a la escuela como una loca, ¡eres la hija de una estilista! ¿Qué pensaran de mí? Ven.
Mamá hizo que mi larga cabellera castaña cobriza se viera presentable y bonita. Luego me maquillo bastante natural y me sonrió.
— ¡Te ves preciosa! Ahora sí, puedes irte. Toma, no olvides tu almuerzo.
— ¡Adiós!
***
Cuando llegue a la escuela todo el mundo estaba en clases. Llegaba 15 minutos tarde. Toque la puerta.
—Llega tarde. —murmuro el maestro de Historia cuando entre.
¡No me diga!
—Lo siento.
—Siéntese y termine de interrumpir. —Tome asiento—. Vengo en un segundo, no quiero alboroto.
Escuche como negociaban el puesto de Adams, el chico que iba justo detrás de mí. Luego sentí como alguien me daba golpecitos en la espalda. Era Athan.
—Hola, ahora voy justo detrás de ti.
—Genial.
—Así que para ti hoy era domingo.
—Sí, lo sé, soy una despistada.
—Sin duda alguna.
Cuando la campana sonó y el profesor entro y nos despacho del aula, salimos, el pasillo estaba lleno de estudiantes. Dervila llego corriendo, me tomo por la mano y me arrastro como pudo hasta los baños.
— ¿Qué sucede?
— ¡Oliver me beso!
— ¿Qué? Espera... ¿Qué? ¿Y tú qué?
— ¡¿Yo que!? ¡Soy una idiota! Salí corriendo como imbécil.
—Pero… ¿Por qué?
—Estaba muy nerviosa, sabes que me gusta Oliver desde toda la vida y bueno, casi me desmayo cuando se acerco y me beso así de repente. ¿Y sabes que es lo peor? ¡Ni siquiera estaba preparada! Hubiese sabido que eso ocurriría me hubiera comido una menta antes o algo…