Little Witch Academia "Cruzada por el Trono Mágico"

IX. ¡Llegada al mundo mágico! ¡Comienza la cruzada!

—¿Pueden dejar de verme así? Sé que soy la mujer más sexy que han visto, pero no es para tanto.
Las brujas salieron del shock antes ante tan egocéntrico comentario.
—Esa actitud confirma que es 100% como la maestra Croix, ¿no?
Comentó Sucy. Todas afirmaron.
Croix se acercó a su contraparte con cabello largo, dejando asombrada a la otra, pero el comentario que desprendió fue muy relajado, demasiado, como si no le importara.
—Wow. Nunca imaginé que el cabello corto me quedara tan bien.
—Ya vez~
Respondió la Croix humana.

Ambas se empezaron a ver de pies a cabeza, para darse cuenta que su única diferencia eran el cabello y las orejas, la versión mágica teniéndolas alargadas.
—¿Y qué hacen unas humanas por aquí?
Preguntó Croix (M).
—¿Cómo sabes que somos humanas?
Dijo Diana.
—Pues... Las orejas obviamente. A menos que sean los cobradores de impuestos disfrazados, no lo son, ¿verdad? Si lo son, los desintegraré ahora mismo.
—N-No lo somos—dijeron todas alzando las manos.
—Excelente. Ahora, largo de mi jardín.
La croix de cabello largo salió del departamento, con una particular cara de desagrado. Los rostros de las brujas le parecieron molestos, a excepción del de su versión humana, por supuesto.

Las brujas no comprendían a la mujer.
Curiosas, decidieron salir a ver.
Se toparon con un hermoso paisaje verde, muy parecido al de un cuento de hadas. El pastizal era de un verde limon muy vivo. Los arboles eran flaquísimos, siendo el tronco muy poco grueso y extremadamente largo, su altura rebasaba los siete metros, además, solo tenía hojas hasta las puntas, y formaban como un óvalo en la punta. En los alrededores habían muchas más montañas, cada una más amorfa que la anterior. Coloridos pájaros con cuatro alas descansaban en sus nidos, alimentando a sus crías con gusanos azules.

Las brujas estaban en la planicie de una gran montaña, más específico, en el jardín frente a la cabaña de la Croix de aquel mundo. Cosechas nunca antes vistas por las brujitas yacían en el jardín.
Un tierno conejito rojo comía de las, aparentemente, zanahorias en las cosechas.
—Qué lindo conejito~
Comentó Akko.
De repente, una patada sacó volando al animal muy lejos, dandole un largo viaje cayendo por la montaña.
—¡Y no vuelvas a tocar mi jardín, sucio bicho!
Le gritó la Croix de orejas alargadas.
Las recién llegadas se quedaron calladas e impactadas.

Croix (M) les volvió a ver.
—¿Qué? ¿Siguen acá? Lárguense.
Croix se aproximó a su cabaña cercana, para adentrarse y no volver a salir.
Era una casita seudo circular, con tejado morado fuerte y una gran chimenea en la parte superior izquierda.

—Entonces... Ésta es nuestra bienvenida al mundo mágico... Wow.
Comentó Akko.
—¿Qué querías? ¿Una celebración?
Le dijo Amanda.
—No, pero tampoco a una Croix gritona y quejona—miró a su maestra—Sin ofender.
—No pasa nada, a mí tampoco me agradó.
Le contestó la maestra mecánica.

Diana dio un paso al frente—Debemos convencerla de que nos hablé, no tenemos ni idea de dónde estamos.
Sucy le dice—¿Cómo sugieres que la convenceremos? ¿Viste su cara?
Diana voltea a ver a su maestra pelimorada—¿Qué es lo único a lo que la maestra Croix no le puede decir que no...?

Segundos después, Chariot estaba frente la cabaña, tocando la puerta.
—¡Bu-Buenas!
—¡¿Quién es?!
—Me llamo Chariot...
—... ¡¿Qué quieres?!
—¿Puede salir?
—¡No!
El grito de la mujer le llegó hasta las brujas que estaban a lo lejos.

Chariot regresó junto las demás.
—Pues no me respondió...
Croix se indignó, dejaron a su pelirroja con las palabras en la boca. Fue caminando con paso firme a la cabaña de su "clon".
—¡Hey! ¡Más te vale que abras o si no...!
Nadie le respondió. Dentro se escuchaban murmullos de una discusión, al parecer, entre Croix (M) y una clase de niña.
Croix pegó el oído a la puerta para entender lo que decían.