La tenue luz de la luna chocaba en el rostro de la inconsciente chica de cabello naranja con una suavidad angelical. Como si la propia luna intentará despertarla. Si Amanda no lo hacía pronto, podría morir de hipotermia. Ignorando esa posibilidad de muerte, era un milagro que aún respirara. La caída que tuvo no era ningún juego. Cualquier otro ser viviente hubiese fallecido. Para suerte de la O'Neill, su cuerpo no chocó con el suelo, si no con un profundo lago que ahora la cargaba cual madre a su hijo.
Amanda flotó durante varias horas, la corriente no era brusca con su trayecto. El calmado viaje de la acróbata a través del agua encantada la alejó bastante del punto del que descendió.
Al final, la corriente cedió y dejó a la chica en una orilla. Ahora, húmeda y con la fría noche, pareciese que su último aliento sería en tierra firme.
No obstante, una pequeña silueta se asomó en el bosque junto al río. Ésta miró a lo lejos a la moribunda. Se le hizo una criatura extraña, pues no tenía las orejas punteadas como la mayoría de criaturas que conocía. Se acercó con un palillo en mano. Movió a la inconsciente un poco para ver si seguía en este mundo. No hubo reacción. A pesar de esto, la niña sintió el muy débil respirar de esa persona.
—¿Qué será esta cosa?
Agarró más valor al notar que no se movía. Se aproximó e investigó su cuerpo. La piel era normal, sin embargo, nunca había visto ese color de cabello anaranjado. Tocó más hasta que sintió los pechos—¡Dios mío, son grandes! Parece que es femenina.
Interrumpiendo su inspección, el sonido de unos perros la alertó—Maldición... Me siguen buscando.
Se aterrorizó. Sacó su varita e hizo que el cuerpo de Amanda levitara. Se la llevó en su huída a través del profundo bosque durante el resto de la noche—Descuida, fémina, yo te cuidaré, ¡o mi nombre deja de ser Atsuko!----------------
La mañana del joven Andrew había transcurrido normal, como siempre. Se levantó con el primer destello del sol. Coordinó a los cocineros para que prepararan el desayuno del rey, mandó a las sirvientas a que limpiaran el trono, inspeccionó que los guardias estuvieran en su lugar, llamó a su equipo de tesoreros para que lo mantuvieran al tanto de los tratados comerciales siempre cambiantes entre los reinos subordinados, revisaba una vez más las reformas propuestas por el consejo y leía el periódico para que ningún detalle del exterior se le escapara. Todo esto antes de que el rey despertara. Usualmente, el regordete niño se levantaba en el momento que quería. Estaba prohibido interrumpir sus aposcentos a menos que fuera de alta importancia. Por esto, y muchas cosas más, es que Andrew se encargaba de llevar a cargo lo que viene siendo la gran parte de la administración del reinado tan temprano, se puede decir que el reino se mantenía gracias a él. Su rey no tenía problema con esto, es más, por eso consideraba al jóven Andrew su mano derecha, básicamente lo mantenía.
El castaño leía las últimas noticias mientras tomaba su café. Eran las ocho de la mañana. Su día iba como todos los anteriores, y eso le gustaba. Todo era perfecto hasta que un cansado y agitado guardian de la entrada se adentró al palacio corriendo.
Ante tal informalidad, Andrew alzó la voz—¡¿Acaso crees estar en un establo?! Más respeto caballero.
—Lo-Lo siento, señor, es que tengo una noticia urgente.
—Ninguna noticia es merecedora de esta falta de respeto.
—¡Los caballeros del rey han vuelto!
Andrew se estremeció—Dios mío, eso sí que es merecedor de tus actos.
Se dirigió lo más rápido que pudo al cuarto del rey. Entró de un portazo por la prisa, ruido que molestó al rey—¡¿QUIÉN OSA DESPERTARME?!
—¡Mi rey, los caballeros han vuelto!
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Little Witch Academia "Cruzada por el Trono Mágico"
FanfictionDos años han pasado desde que Atsuko Kagari detuvo al misil junto a sus amigas y devolvió la magia al mundo; dos años en los que las nueve brujitas se han vuelto más unidas que nunca... Las vacaciones de verano han acabado, y el momento de volver a...