XXII. Yendo a la Espada (Parte 3).

280 43 20
                                    


Akko madrugó con mucha emoción. Y sus compañeras de cuarto lo sabían. Cada mañana en Luna Nova era escandalosa en la habitación del equipo rojo, por lo que Sucy y Lotte estaban acostumbradas.
Añadiendo a los ruidos de Akko, alguien tocó la puerta de su habitación.
Lotte paró a recibir al invitado. La bruja que estaba ahí era Constanze, pero lucía algo distinta. Se adentró al cuarto sin cuestionar. Llevaba una maquina rastreadora en la que tenía fija su mirada.
—Eh... Constanze, ¿se puede saber que haces?—cuestionó Lotte.
—Creí que andarías cuidando a Frost o Croix—añadió Sucy.
—Tengo cosas más importantes que andar cuidando de otras personas, hermanas brujas—respondió con una profunda voz la mecánica.
Antes de sorprenderse completamente, notaron las orejas alargadas. Era la Comstanze del Mundo Mágico.
—¡Genial!—gritó la castaña—Una Constanze que puede hablar. ¿Cómo es que no te habíamos visto antes?
Sin despegar la mirada de su misión, responde—Yo soy poco visible porque soy una bruja muy ocupada. Me envían mucho a misiones de campo o estoy reparando algo en el castillo.
—¿Y ahora qué haces?—dudó Sucy.
—Estoy ayudando a mi compañera Lotte en su investigación del virus Cuervo. Me envió para revisar las zonas donde estuvo la maga Frost antes de ser aislada. Por lo que veo, no hay rastro alguno del virus aquí.
—¡Exacto! Eso significa que Frost no necesitan que la aíslen—decretó la japonesa.
—Puede que tengas razón, bruja... ¿Akko, verdad?
—La única e inigualable.
—Pues, señorita única e inigualable, puede que su amiga helada vuelva a verla antes de que lleguemos a nuestro destino. ¡Por cierto! La capitana me pidió que se alistaran. Estamos por llegar al objetivo.
—Creí que estaríamos llegando en la noche.
—Pues parece que los espíritus del viento quieren que estés ahí lo antes posible, Atauko Kagari. Eso es una buena señal.
Akko celebró. Ya estaba deseosa por entrenar. La bajita las dejó. El equipo rojo se empezó a alistar para su descenso a las tierras salvajes del Mundo Mágico.

Mientras, en el borde del castillo, la capitana Hannah y su compinche Barbara veían el lejano horizonte.
—Casi puedo verlo, Barbara—indicó la líder—Las Gélidas Montañas de la Muerte.
—¿Las Gélidas Montañas de la Muerte? Creí que se llamaban Los Indomables Picos Sangrientos de los Tres Diablos.
—Ése era su nombre anterior.
—No, el anterior era Las Cordilleras de la Agonizante Perdición.
—Bueno, bueno, como se llame. El punto es que ya estamos cerca.

Poco tiempo transcurrió y llegó el equipo rojo.
—¿Estás lista, Akko? Tu parada es la primera—señaló las montañas—Ahí se dice que aguarda la Espada.
—La buscaré y la traeré con nosotras. ¡Tenlo por seguro!—la determinación de la castaña era contagiosa—Es más, puedo llegar hasta allá volando. No se tienen que desviar mucho de su trayectoria.
—Estoy de acuerdo, está cerca—complementó Sucy—Si ese valle de hongos no está muy lejos del esas montañas, prefiero ir en escoba.
—¿Seguras? Supongo que no hay problema; esta zona tiene poca fauna salvaje verdaderamente peligrosa—las tres afirmaron—Bueno, en ese caso, aquí nos despedimos. ¿No van a ir a decirles a las demás?
—Ya le avisamos a Amanda y Croix. Las demás siguen dormidas—dijo la rubia.
—Sólo estaremos ausentes dos días—dijo Sucy—No creo que sea para tanto.
Las chicas estarían por su cuenta aproximadamente 48 horas. El castillo tenía que hacer un viaje de un día de ida y vuelta a unas tierras cercanas donde estaban algunas brujas haciendo misiones para las rebeldes. El tiempo que tardarían en ir a recoger a sus camaradas sería el tiempo en el que Akko, Lotte y Sucy emprenderían sus búsquedas.
Las tres chicas descendieron a la par que se despedían con la mano. Volvían a estar de esa tierra de brotante poder y cosas desconocidas.
—¿Tú cómo crees que sea esa tal Espada, Lotte?—preguntó de repente la castaña.
—¿Eh? Pues no sé... Debe ser una bruja alta, fuerte y de carácter imponente.
—¡Yo también creo eso!
—Te veo muy emocionada, Akko—Sucy la vio curiosa—¿por qué?
La castaña vio el cielo, buscando respuesta, mas no encontró—Siendo sincera, no sé. Algo en mí me dice que esto va a ser emocionante. ¿Acaso ustedes no están emocionadas por lo que van a buscar?
—Claro que estoy emocionada—afirmó la Mandavaran—Una infinidad de hongos de otro mundo están esperándome.
Luego, observó a su otra amiga. La verdad es que Akko no sabía por qué Lotte iba con ellas. Que ella recordara, a la de lentes no le esperaba una bgran búsqueda—Lotte, ¿y tú por qué estás emocionada?
—¿Yo? Eh... La verdad es que yo no busco nada en especial como ustedes. Simplemente quería acompañar a Sucy. A diferencia tuya, ella e-estaría sola estos dos días. Creo que algo de compañía le vendría bien.
Ninguna volvió a hablar un par de minutos. Akko descifró una alocada teoría en esos momentos silenciosos, una teoría que le dibujó una sonrisa maquiavélica.
La castaña hizo que Lotte y ella bajaran un poco la velocidad, dejando que Sucy quede varios metros a la delantera. Segura que la amante de los hongos no les oiría, sonrió como una gatuna apunto de hacer algo maligno—Lotte—la voz de Akko entró por sus oídos como una afilada aguja.
—¿S-Sí, Akko...?
—¿Por qué quieres acompañar a Sucy a un aburrido viaje para buscar hongos?
No respondió. Pero su rostro dijo todo. Veía el suelo, roja, nerviosa, con los ojos queriendo huir de Akko.

Little Witch Academia "Cruzada por el Trono Mágico"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora