XX. La última fortaleza de las brujas.

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Del departamento descendieron una por una. Todas, gratamente sorprendidas del lugar al que llegaron. La líder, la Hannah de ese mundo, las recibía con grandes abrazos, alegría y sonrisas. No siempre te topabas con humanos, ¡mucho menos brujas humanas!
Sus sonrisas y carcajadas desvanecieron cuando descendió la última bruja: Amanda. La chica de bufanda amarilla la miró detenidamente, inmóvil y muda.
—Mira, ¡tú debes llamarte Hannah!—saludo la O'Neill.
—Eh-Eh, sí-sí—tembló a la par que tartamudeó.
—Eeeeh... ¿Te pasa algo?
—¡No-no! Por favor, pasa, siéntete en tu casa.
—¡Gracias, Hann! Te prometo que así será—bajó contenta. Husmeando las características del inmenso castillo.

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Inició una gran celebración por la llegada de sus hermanas brujas.
Una característica de la brujas de ese mundo, es que eran muy fiesteras.
Las dos menores, Kuina y Jasminka disfrutaban del bufete con el que las recibieron. Sucy leía un libro lleno de todas las clases de hongos en el Mundo Mágico que le prestó otra bruja fanática de la temática. Lotte, Barbara y Constanze observaban fascinadas la enorme estructura de piedra a la que habían llegado; a las primeras dos, ese edificio les recordaba a las enormes mansiones y castillos de fantasía que leían en sus libros, mientras que a la alemana le fascinaba el diseño arquitectónico y grandeza de la estructura. Y a todas ellas, esa fortaleza flotante les recordaba mucho a Luna Nova. La nostalgia fue la primera sensación a su llegada; todas las brujas, la "escuela" y el ambiente cálido, les hacia sentir en su hogar.

Croix, Hannah, Amanda y Akko platicaban junto a la Hannah de ese mundo, en una mesa algo apartada a la fiesta, pero sin desprenderse de ésta, por supuesto.
—Entonces—habló contenta por la inesperada pero gratificante visita—¿vienen de otro mundo?
—Así es. De la Tierra—respondió Amanda.
—¡Wow! Eso es increíble. Eso explica por qué hay otra belleza como yo—dijo refiriéndose a Hannah, su representación en el otro mundo—Cuéntenme, hermanas brujas, ¿qué les trae de visita a este ajetreado lugar? O más bien... ¿Cómo vinieron?
Akko tomó la palabra—Es una larga historia.

Intentó ser lo más breve posible, sin dar muchos detalles.
Conforme narraban su historia, la expresión de Hannah se iba arrugando. Escuchó el desenlace ya con el entrecejo fruncido—Lamento mucho escuchar eso. Puedo ver que vuestra estadía en nuestras tierras no ha sido nada agradables... Ja, y no me sorprende—se levantó de su asiento—Por lo que puedo ver, han estado peleando por el bien estar de este mundo y por el suyo, luchando contra enemigos que no les pertenecen. Mis más sinceras disculpas. Por mi negligencia es que han pasado por tantos problemas.
—¿Tú culpa?—cuestionó Croix.
—Así es—tomó un sorbo de su bebida—Ese tal Malekith del que hablan, imagino yo, que es la extraña presencia apocalíptica que nuestro orbe del destino presenció.
—¿Orbe del destino? Más despacio, somos nuevas en esto—Dijo Croix.
—Je,je,je, disculpen. Verán, los orbes del destino son artefactos mágicos que nos permiten a las brujas conocer los secretos del tiempo. Aquí, resguardado por nosotras, tenemos el orbe del presente. El orbe del pasado fue destruido hace años, mientras que el del futuro está perdido—tomó otro trago, ahora casi acabando el envase—Bueno, el caso es que nosotras, gracias al orbe del presente, detectamos anomalías negativas azotar una dimensión cercana, que era la de ustedes. Anomalías sólo superadas por las energías malignas de nuestro mundo y otra dimensión lejana.
—Esas energías negativas son ondas que se manifiestan por la maldad espiritual de uno o varios individuos, pueden manifestarse física y dimensionalmente dependiendo de su magnitud, ¿o me equivoco?
Hannah (mágica) y sus alumnas vieron con asombro la explicación de la peli-morada—¿Qué? ¿No recuerdan que yo usé y estudié respecto a eso? Con qué creen que construí ese misil que reventaron.
—Tú, ¿usaste la energía negativa?—fijó su mirada en la maestra, a la par, posaba la mano en la empuñadura de su espada.
—Sí, pero no tienes de qué preocuparte. Aprendí a la mala que no puedes jugar con esos tipo de poderes, si no, te consumirán y destruirán...
—Menos mal que lo entendiste—se calmó, tomando otro trago—Continuando con lo que decía, cuando sentimos esas energías negativas tan cercanas a nuestra dimensión, nos pusimos a investigar. Con los registros que teníamos, descubrimos que muchos rituales de transporte habían sido efectuados los últimos meses, cosa que significaba sólo dos cosas: o alguien descubrió una forma de ir y venir de mundo en mundo o un ejercito se estaba transportando. Como no existía tal manera de efectuar viajes como el primero, llegamos a la deducción que algún culto o grupo se estaba reuniendo en su mundo para crear una devastación a escala. Para evitar esto, mandé un equipo de eliminación, que se encargarían de ellos. Luego volverían con las gemas que de sus ancestras, las antiguas nueve brujas—Hannah se quedó callada unos instantes, ignorando los momentos de angustia que vivió esos días—Vaya sorpresa me llevé cuando ,hace unas noches, uno de los infelices que trabajan para el ese dichoso rey, llegó con mis dos amigas como rehenes; ¿el resto que envié? En su mirada se describía, casi tan bien como si usara palabras, cómo las aniquilo sangrientamente.
Akko tragó saliva, igualmente, estaba sudando. Los sentimientos de rabia y tristeza se batían en duelo por dominar su cabeza. Ahora, Malekith y sus cómplices alargaron la lista de crímenes cometidos; la castaña se prometió que pagarán cada uno de ellos, con intereses incluidos.
—Nunca imaginé que el enemigo fuera tan poderoso. Si no, jamás las hubiera mandado... seguirían aquí con nosotras, con sonrisas en sus rostros, bebiendo, comiendo, riendo...
Ella no se percibía a sí misma como una líder apta para las brujas de la resistencia, las últimas brujas; ese pensamiento acompañado de los hechos, le provocaban auto-decepción y furia.
—No digas eso—se anexó a la platica otra Barbara, la de ese mundo, que escuchó todo resguardada en un árbol cercano—Es culpa de todas.
—Barb, me alegra verte—cambió de tema—¿Ya saludaste a nuestras invitadas?
Se acercó con suma cortesía. Dio la bienvenida a las brujas humanas.
La Barbara del Mundo Mágico sí era muy diferente a la del suyo, a diferencia de las Hannah's, que no se distinguían muy bien a plena vista. La pelinegra, a diferencia de la humana, llevaba su cabello corto con un flequillo que le tapaba media cara. Una cicatriz partía su cachete. Le sacaba una cabeza de altura a la otra Barbara, y, por supuesto, tenía las características orejas puntiagudas. Vestía una armadura plateada con falda negra.

Little Witch Academia "Cruzada por el Trono Mágico"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora